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Del abandono de Trump a la bronca de Lula: las claves de una Cumbre del G7 que deja más dudas que respuestas

Del abandono de Trump a la bronca de Lula: las claves de una Cumbre del G7 que deja más dudas que respuestas

La reunión de líderes en Canadá no consigue cerrarse con el consenso de EEUU en temas clave, ni tampoco limar las diferencias entre Estados Unidos y la UE. 

Una figura que representa a Trump frente al cartel que indica la celebración de la reunión del G-7STR

La Cumbre del G7 en Kananaskis (Canadá) concluyó este martes tras dos jornadas de conversaciones "francas y abiertas" sobre la situación de la economía mundial y los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, pero sin un comunicado final conjunto que demuestre el consenso en temas clave con EE.UU.

El primer ministro canadiense, Mark Carney, anfitrión de la 51 cumbre del Grupo de los Siete, se esforzó durante su rueda de prensa final en despejar las dudas de los medios de comunicación sobre el nivel de consenso que existió con el presidente de EE.UU., Donald Trump, durante las dos jornadas de trabajo en temas como el conflicto en Ucrania.

Carney se enfrentó a varias preguntas sobre las razones por la falta de una declaración conjunta sobre Ucrania, cuando el G7 sí había emitido en la noche del lunes un texto sobre el conflicto en Oriente Medio en el que el grupo expresó su apoyo incondicional a Israel y culpabilizó a Irán de la guerra.

Por otro lado, estos dos días concluyen también con importantes diferencias entre Estados Unidos y algunos de sus principales socios, especialmente la Unión Europea (UE), a raíz de su agresiva política comercial. Pero tan pronto como Trump abandonó de forma inesperada Kananaskis en la noche del lunes por el conflicto armado entre Israel e Irán, la situación se torció para la parte europea.

A bordo del Air Force One de regreso a Washington, el presidente estadounidense lanzó nuevas amenazas contra Europa. "Estamos hablando, pero no siento que lo que están ofreciendo sea todavía un acuerdo justo", declaró Trump antes de añadir: "O hacen un buen acuerdo o van a pagar lo que digamos que tienen que pagar". A pesar de sus palabras, Von der Leyen reiteró este martes que las negociaciones prosiguen con avances.

Los momentos clave

Los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido se citaron el domingo con múltiples frentes abiertos y aparentemente sin un consenso multilateral a la guerra arancelaria de Trump.

Sin embargo, el intercambio de bombardeos entre Teherán y Tel Aviv como respuesta al ataque israelí contra varias instalaciones nucleares y objetivos militares iraníes sí llevó a los mandatarios a la unanimidad.

Unanimidad sobre Oriente Medio. El G7 acusó a Irán de ser "la principal fuente de inestabilidad y terrorismo" en Oriente Medio y reafirmó su posición de que Teherán "no debe, bajo ninguna circunstancia, adquirir un arma nuclear", a la vez que solicitó resolver la crisis y una desescalada que incluya un alto el fuego en la Franja de Gaza.

En la misma declaración conjunta, que parecía improbable y fue emitida tras la cena de trabajo que los líderes mantuvieron el lunes, el grupo acordó que "Israel tiene derecho a defenderse".

El abandono de Trump. Los bombardeos entre Israel e Irán empujaron a Trump a abandonar el encuentro el lunes para viajar a Washington a reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional mientras EE.UU. considera su entrada directa en el conflicto.

El líder republicano descartó que su regreso tuviera que ver con la negociación de un alto el fuego entre Jerusalén y Teherán y en su lugar pidió a Irán la "rendición incondicional" y ha advertido que aunque saben "dónde se esconde el llamado 'Líder Supremo'", "no va a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora".

La bronca de Lula. La segunda jornada de trabajo estaba destinada a los países invitados por Canadá: México, Ucrania, Brasil, Corea del Sur, Australia y Sudáfrica.

Al inicio de la sesión conjunta, y cuando el primer ministro canadiense, Mark Carney, se disponía a pronunciar las palabras de bienvenida, el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, interrumpió para dirigirse a su equipo.

Carney intentó entender lo que Lula estaba diciendo en portugués con cierto enfado a sus colaboradores. En otra dos ocasiones, el primer ministro canadiense intentó retomar el control, entre la sonrisas del presidente francés, Emmanuel Macron. Pero Lula siguió mirando en dirección contraria y hablando con su equipo.

Finalmente se aclaró la situación: su aparato de traducción simultánea no funcionaba correctamente y el sonido era demasiado bajo para que el presidente brasileño pudiera entender a Carney.

El momento de Meloni y Macron. Las cámaras que retransmiten encuentros como estos siempre dejan imágenes clave de momentos distendidos entre los líderes. En esta, el más viral estuvo en manos del presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

La italiana, que acostumbra a protagonizar escenas así por sus expresiones faciales, fue grabada mientras el francés le susurraba algo al oído que le hacía reaccionar con un gesto con los ojos que puede ser interpretado como sorpresa o hartazgo.

La firma accidentada. Además de la firma de la declaración sobre Oriente Medio, Trump aprovechó para formalizar el acuerdo comercial alcanzado con el Reino Unido, después de imponer a casi todo el mundo aranceles mal considerados "recíprocos".

El estadounidense y el primer ministro británico, Keir Starmer, sellaron el pacto con un apretón de manos y una foto algo accidentada.

Cuando el neoyorquino fue a abrir la carpeta que contenía el documento, todos los papeles se cayeron al suelo. Fue Starmer quien se agachó a recogerlos mientras él lo miraba. Además, Trump se refirió al trato como un "acuerdo con la Unión Europea", cuando el país abandonó el bloque en 2020.

Carney frena la atención a Trump. Carney ejerció de anfitrión, pero las cámaras apuntaban en todo momento a Trump.

Antes del inicio formal del encuentro, en una comparecencia conjunta ante las cámaras, el estadounidense acaparó una rueda de prensa improvisada para hablar sobre Rusia o China e incluso criticar a su antecesor inmediato, el demócrata Joe Biden (2021-2025).

Carney cortó entonces esa sesión: "Voy a ejercer mi rol como presidente del G7 ya que tenemos unos minutos más con el presidente y su equipo y luego tenemos que empezar la reunión", dijo imponiéndose.

Dedicatoria de Cristiano Ronaldo. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, entregó a Trump una camiseta de su compatriota Cristiano Ronaldo con un guiño a la necesidad de "jugar en equipo".

"Jugando por la paz. En equipo", escribió el representante comunitario en X, donde acompañó su mensaje con tres fotografías, en una de las cuales se podía leer la dedicatoria de Ronaldo, que aludía también a ese juego "por la paz".