Un profesor universitario lanza una serie advertencia a la Generación Z sobre su seguridad económica futura: "El mundo laboral ha cambiado"
Se deben crear entornos que den sentido al esfuerzo.

La Generación Z se enfrenta a un panorama muy distinto al que conocieron sus padres y abuelos. Así lo advirtió recientemente Suzy Welch, profesora de la Universidad de Nueva York, en una charla que no ha dejado indiferente a sus estudiantes.
Sus palabras, directas y realistas, ponen sobre la mesa lo que muchos jóvenes ya perciben. Se trata de la tan deseada seguridad económica de las generaciones anteriores que ya no está garantizada para los jóvenes de ahora.
“Cuando yo era joven, sabía que si estudiaba y trabajaba duro tendría más dinero que mis padres y podría comprar una casa. Hoy, esa promesa ya no existe”, explicó Welch, quien pertenece a la generación boomer.
En sus aulas, dice observar un desencanto generalizado entre los estudiantes, fruto de la suma de varios factores como la crisis económica, el aumento del coste de vida, el cambio climático y las transformaciones profundas en el mercado laboral.
El contrato social roto
Según Welch, el modelo clásico de “buenos estudios, buen puesto, progreso interno” está en crisis. El mundo laboral en 2025 no se parece al de décadas anteriores: las empresas reducen personal en mandos intermedios, lo que bloquea ascensos y limita oportunidades de desarrollo. Además, la inteligencia artificial ya está impactando en profesiones cualificadas, poniendo en duda la estabilidad de miles de trabajadores.
En paralelo, los precios de la vivienda crecen mucho más rápido que los salarios, siendo las zonas más caras y con peor accesibilidad son Baleares, Madrid, Cataluña y Canarias, según el último informe de Sociedad de Tasación S.A. Para los jóvenes, incluso con formación universitaria, el acceso a la propiedad se ha convertido en un objetivo casi inalcanzable.
Una generación marcada por la incertidumbre
El escepticismo de la Generación Z, según la profesora, no debería interpretarse como apatía o falta de ambición. Más bien, responde a un realismo endurecido por la experiencia de múltiples crisis.
Muchos estudiantes se preguntan qué sentido tiene esforzarse en un sistema que parece no ofrecer garantías, y al mismo tiempo expresan preocupación por la crisis climática, convencidos de que el futuro del planeta es incierto.
De la crítica a la empatía
Más que criticar la falta de entusiasmo de los jóvenes hacia el trabajo tradicional, Welch anima a empresarios y líderes a comprender el origen de esa actitud. La Generación Z se está incorporando masivamente al mercado laboral. Junto con los millennials, se estima que representarán el 74 % de la fuerza laboral en 2030, según datos de Forrester.
Para la profesora, las empresas deben crear entornos que den sentido al esfuerzo y ofrezcan vías reales de progreso, si quieren atraer y retener talento. “El mundo laboral ha cambiado”, concluyó Welch.
