Siete cosas que deberías saber sobre las bebidas energéticas

Siete cosas que deberías saber sobre las bebidas energéticas

Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.

Una imagen de una bebida energética.forest_strider via Getty Images/iStockphoto

Prometen ‘despertarnos’ y hacernos estar más activos, pero las bebidas energéticas no son inocuas. En mayo de 2021 el Ministerio de Consumo ya alertó sobre la elevada ingesta de estos productos entre los más jóvenes: uno de cada cuatro niños entre 3 y 10 años las consume, la prevalencia entre los adultos es del 30% y entre los adolescentes aumenta hasta el 62%.

Como explicó el ministro Alberto Garzón, suelen equipararse a un refresco normal, pero no lo son, principalmente por su alto contenido en cafeína. Éste no solo puede alterar el sueño, sino llegar a causar riegos cardiovasculares, entre otros.

Como anunció entonces el titular de Consumo, se crearía un grupo de trabajo para elaborar unas recomendaciones sobre su consumo. El día ha llegado y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) acaba de hacer públicas sus conclusiones. Éstas son las principales.

1. Una lata puede equivaler a un café... y hasta a dos

Las bebidas con alto contenido en cafeína son aquellas que aportan más de 15 miligramos de esta sustancia por 100 mililitros de bebida, algo de lo que hay que informar en el etiquetado. Normalmente, de media, las llamadas bebidas energéticas contienen 32 mg de cafeína/100 ml.

De esta manera, una lata de 250 ml contendría 80 mg. de cafeína, lo que equivaldría a un café expreso; una de 330 ml, 105,6 mg de cafeína, como 1,32 cafés expreso y una de medio litro, 160 mg de cafeína, como dos cafés expreso.

2. Demasiado azúcar

La Organización Mundial de la Salud recomienda no ingerir más de 50 gramos de azúcar al día. Una lata de 250 ml puede aportar entre 27,5 y 30 gramos, y una de medio litro, entre 55 y 60 gramos, más del límite recomendado.

3. Problemas de salud asociados

“El consumo de más de 60 miligramos de cafeína en adolescentes de 11 a 17 años (unos 200 mililitros de bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml) puede provocar alteraciones del sueño. A partir de 160 miligramos de cafeína (500 mililitros de una bebida energética con 32 mg de cafeína/100ml), puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares”, afirma la AESAN. Estos efectos se sumarían, además, a los de otros alimentos que contengan cafeína, como café, té, chocolate o guaraná.

“Las altas concentraciones de cafeína son especialmente perjudiciales para personas con determinados cuadros clínicos, como hipertensión o alteraciones del sueño, pudiendo agravar los síntomas”, añade. Por este motivo, si se tiene alguna de estas afecciones o se consume medicación de manera habitual, es necesario consultar con un médico si se puede o no tomar estas bebidas.

4. Dependencia y tolerancia

El consumo regular de cafeína puede causar dependencia física moderada a partir de 100 mg/día, así como tolerancia a esta sustancia, lo que crea la necesidad de consumir una dosis mayor que la inicial para conseguir un efecto similar al original.

5. Con alcohol, un cóctel explosivo

La AESAN es clara: “No deben combinarse bebidas energéticas con bebidas alcohólicas”. Como subraya, “estudios recientes demuestran que el consumo de alcohol mezclado o en combinación con bebidas energéticas conduce a estados subjetivos alterados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica”.

6. No son para deportistas

Las bebidas energéticas  no deben sustituir a la hidratación y recuperación de metabolitos por medios convencionales como el agua o a través de bebidas isotónicas.

7. Ojo a tu peso

Los efectos adversos que pueden ejercer la cafeína y otros ingredientes de las bebidas energéticas dependen de la masa corporal. Cuanto menor sea tu peso, más alteraciones producirá en tu organismo.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la ASEAN recomienda:

  • Evitar su consumo por parte de niños, adolescentes, embarazadas y durante el periodo de lactancia, así como por personas con hipertensión o problemas cardiovasculares o si se padecen alteraciones del sueño. 
  • No combinarlas con bebidas alcohólicas.
  • No tomarlas para rehidratarse tras hacer deporte.
  • Y, si decides consumirlas, lo mejor es que sea de manera ocasional y eligiendo los formatos de menor tamaño. Consulta con un profesional sanitario si tomas alguna medicación de manera habitual.