Comprometido

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Paul Revere fue un artesano implicado en los derechos de los colonos británicos de América de Norte.

Estatua de bronce de Paul revere en Boston.Visions of America/UIG via Getty Images

Se cuenta que cuando la actriz Audrey Hepburn era niña, durante la Segunda Guerra Mundial, ella y su familia dependieron de organizaciones benéficas para conseguir alimentos y medicinas. Cuando abandonó su exitosa carrera cinematográfica quiso revertir, de alguna forma, aquella acción y se convirtió en Embajadora de Buena Voluntad de UNICEF.

Hace apenas unos años una adolescente sueca sorprendió al mundo con un discurso diáfano, rotundo y sincero sobre el calentamiento global. Y es que Greta Thunberg consiguió remover la conciencia de millones de personas con un mensaje sencillo y directo: “Nuestra biosfera está siendo sacrificada para que los ricos de países como el mío pueda vivir lujosamente; pero el sufrimiento de muchos está pagando los lujos de unos pocos”.

Estos son simplemente dos ejemplos de personas comprometidas. La Real  Academia define el vocablo “compromiso” como algo “que implica riesgo, dificultad o peligro”. Tres cualidades que, sin duda, caracterizaron a Paul Revere (1735-1818).

El motín del té

Paul nació en Boston y, profesionalmente, siguió los pasos de su padre al convertirse en aprendiz en el complejo negocio de la orfebrería, una actividad que tuvo una importancia trascendental en la historia, ya que le permitió conocer a influyentes personajes de la ciudad.

Su otra gran pasión fue la política. Desde muy pronto mostró un enorme interés por los asuntos sociales y entró a formar parte de los llamados Hijos de la Libertad –Sons of Liberty-, una organización de patriotas americanos creada para proteger los derechos de los colonos frente a los abusos del gobierno británico.

Cuando en la década de 1760 la economía de las colonias entró en recesión el negocio artesanal atravesó uno de sus peores momentos, por lo que Paul se vio obligado a abandonar su zona de confort e iniciarse en la senda de la odontología, fabricando dientes postizos de marfil.

El 16 de diciembre de 1773, el año en que falleció su primera esposa dejándole con ocho hijos a los que criar, Revere formó parte de los patriotas –entre 60 y 150 personas disfrazadas de indios mohawk- que abordaron el HMS Darthmouth, un barco cargado de té enviado por la Compañía de las Indias Orientales. Al amanecer había más de 45 toneladas de té en el agua por un valor estimado en 10.000 libras esterlinas.

Si uno por tierra, si dos por mar

Durante los dos años siguientes Paul Revere realizó numerosos viajes a Nueva York y Philadelphia llevando información sobre el movimiento de las tropas británicas en las colonias americanas. Junto con otros compañeros leales –que se autodenominaron Mechanics- estableció su cuarte general en una taberna conocida como Green Dragon, en donde debatían los siguientes movimientos a realizar.

En 1775 estos patriotas fueron alertados sobre posibles movimientos de tropas británicas cerca de Concord, una localidad no muy lejana de Boston. En abril los informes que disponían indicaban que los ingleses se estaban moviendo en secreto hacia Concord y Lexington, pero se desconocía tanto el momento exacto como el camino que tomarían.

Para adelantarse a sus planes Revere aleccionó al sacristán de la Iglesia Norte de Boston para que, con la ayuda de una linterna, le hiciera señales desde el campanario si veía movimiento de las tropas de Su Graciosa Majestad: “Una luz si van por tierra, dos si van por mar”.

Cuando Revere vio colgados en el campanario dos faroles comenzó una cabalgada nocturna visitando bastiones patriotas desde donde otros jinetes –unos cuarenta- difundieron hacia otros lugares el mensaje de alerta. El compromiso de estos patriotas permitió que los colonos estuvieran prevenidos y pudieran hacer frente a la ofensiva de las tropas británicas.