Por qué no siempre es buena idea disfrazar a tu mascota en Navidad

Por qué no siempre es buena idea disfrazar a tu mascota en Navidad

La idea de que nuestro perro o gato nos acompañe con un detalle navideño es común en numerosos hogares.

Perro salchicha vestido con gorro de Papá Noel y jersey navideño.Image by cuppyuppycake via Getty Images

Pastorcillos, Papás Noeles, Reyes Magos, angelitos... La Navidad está llena de todo un personajes típicos de las fechas que ocupan desde la decoración navideña hasta disfraces y felicitaciones.

En este ambiente son muchos los que deciden que para dar un ambiente más navideño, hay que disfrazar a las mascotas, con unos cuernos de reno, un jersey navideño o cualquier otro elemento que se le ocurra.

Sin embargo, no siempre es buena idea. Para saber si deberíamos hacerlo o no, basta con conocer un poco más al animal que nos acompaña. “Lo primero que deberíamos tener en cuenta es que es una idea nuestra que a nuestra mascota puede que no le haga demasiada gracia o, por el contrario, que le sea indiferente”, explica Ixone Capataz, veterinaria de AniCura San Fermín Hospital Veterinario. 

Por este motivo, apunta que hay que estar especialmente atentos a las “señales de incomodidad” y respetarlos si la idea no les agrada o las prendas que usamos les incomodan.

Otro punto a tener en cuenta, según Capataz, es que el animal ya esté previamente acostumbrado a llevar otras prendas como pueden ser chalecos o chubasqueros para salir a pasear. “En estos casos puede ser más sencillo. En cambio, hay otros que pueden estresarse a la hora de vestirlos o de sentir que llevan algo encima que no pueden quitarse”, detalla.

Tampoco vale cualquier disfraz que se encuentre por casa, ni colocarle al animal el primer gorro navideño para humanos que veamos. Eso podría ser un grave error ya que podría provocar incluso accidentes.

“Los mejores serían aquellos que se hayan diseñado específicamente para animales, teniendo en cuenta su anatomía. Deberíamos evitar complementos como zapatos o bufandas y gorros que se sujeten al cuello, por el riesgo de asfixia”, apunta la veterinaria.

  Perro disfrazado con diadema navideña.GIPHY

Otro punto a tener en cuenta es que no tengan piezas o adornos que se puedan caer y despegarse. “Si esto ocurre pueden ingerirlos provocando un problema mayor”, explica la especialista, quien recuerda que en ningún momento deberían usarse caretas por el riesgo de asfixia y porque se desorientan al no poder ver bien.

“Un disfraz es ropa, que al fin y al cabo los animales no suelen llevar y en la mayoría de los casos no la necesitan. Por eso, es importante siempre que lo que les pongamos les permita seguir moviéndose libremente y que estemos seguros de que no van a generar accidentes”, señala y añade que no habría que perderles de vista mientras lo lleven puesto para evitar accidentes. 

Si lo que queremos es celebrar la Navidad con ellos y hacerles partícipes de la fiesta, el disfraz no es la única opción ni precisamente la mejor. Tal y como recuerda Capataz, lo que valoran los animales es el tiempo que se pasa con ellos jugando o dándoles cariño. “Este puede ser un buen regalo”, apunta.

“Podemos estrenar el año paseando con ellos por su lugar favorito, preparar unas galletas navideñas caseras aptas para nuestras mascotas, con ingredientes adecuados para animales, regalarles una sesión de spa en casa si son animales que disfrutan del baño, o una sesión de masaje encima del sofá”, explica.

Además, Capataz recuerda que no hace falta recurrir a los disfraces si lo que buscamos es entretenerles en Navidad o sacar una buena foto. “Las bolas de navidad de plástico pueden ser un gran entretenimiento para los gatos, y siempre podemos sacarnos fotos con ellos sin necesidad de recurrir a los disfraces”, explica. “Se trata de buscar aquello que más le guste a nuestra mascota y adaptarlo a estas fechas”, añade.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
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Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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