El momento 'tierra, trágame' de esta concursante de 'La ruleta': su pesadilla, hecha realidad

El momento 'tierra, trágame' de esta concursante de 'La ruleta': su pesadilla, hecha realidad

Jorge Fernández no daba crédito.

La concursante de 'La ruleta'.Antena 3

La ruleta de la suerte es uno de los programas más vistos cada día en España. El concurso de Antena 3 siempre deja escenas de emoción y alegría con tres personas que acuden para ganar dinero y pasárselo bien.

Este jueves se ha vivido uno de esos momentos ‘tierra trágame’ al ser incapaz una concursante, Irene, de adivinar un panel en el que tan solo faltaba una letra y que le daba mucho dinero.

Los concursantes de este programa fueron Sintas, Lucía -que llegó al panel final, donde se llevó 8.000 euros además de los 4.394 ganados previamente- e Irene, una chica que tenía todo a su favor para ganar el último panel del concurso, el que da más dinero si se cae en el bote.

Tras adivinar prácticamente todo el panel, Irene tenía todo a favor para ganarlo y además llevarse una importante cantidad de dinero. La pista era “Qué buena pinta” y el panel estaba ya prácticamente completado: “Curr_ de langostinos con pastel de arroz”. Solo faltaba una consonante, la última de la primera palabra de la frase, pero Irene fue incapaz de saber de qué se trataba.

Tras decir la “h” a la desesperada ante el bloqueo que sufría incapaz de reconocer la consonante que faltaba, Irene tuvo la suerte de disponer de un comodín. Tenía 925 euros ya acumulados y en la siguiente tirada cayó en la casilla del x2, lo que suponía que si acertaba la consonante que faltaba se ponía con 1.850 euros.

Pero había un problema: la concursante seguía sin saberlo. Jorge Fernández no daba crédito a lo que ocurría. Con el reloj en su contra y visiblemente nerviosa, el turno pasó y Lucía, la otra concursante, ya pudo resolver el panel. Faltaba la y y la receta que se buscaba era “Curry de langostinos con pastel de arroz”.

El momento es de esos que no querrá recordar nunca, porque de ganar 1850 euros pasó a irse de vacío por ser incapaz de adivinar tan solo una consonante, el final de una primera de siete palabras.