Desi Arnaz, la estrella de la televisión que puede darle otro Oscar a Javier Bardem
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Desi Arnaz, la estrella de la televisión que puede darle otro Oscar a Javier Bardem

El actor podría obtener su segunda estatuilla por dar vida a este icono latino en 'Being The Ricardos'

Javier Bardem y Desi Arnaz, el personaje que encarna en 'Being The Ricardos'.Getty Images/Amazon Studios

Al filo de volver a hacer historia, Javier Bardem puede conseguir en la madrugada de este lunes su segundo Oscar, esta vez por su papel en Being The Ricardos. En esta ocasión, al igual que sucedió cuando ganó la estatuilla a Mejor actor de reparto por No es país para viejos, comparte la nominación con su pareja, Penélope Cruz.

Bardem, que opta en esta ocasión al galardón de Mejor actor protagonista, comparte pantalla con Nicole Kidman. Ambos dan vida al matrimonio formado por el artista cubano Desi Arnaz y la actriz estadounidense Lucille Ball.

El artista al que encarna Bardem fue todo un icono y una revolución en Estados Unidos, en una época donde que un cubano lograse más espectadores en televisión que el presidente Eisenhower era casi impensable.

De hecho, la serie que protagonizaba junto a su mujer, I love Lucy, fue uno de los programas con más audiencias de la época. Desiderio Alberto Arnaz y de Acha III nació en el seno de una familia cubana acomodada que tuvo que huir a Miami tras la Revolución Cubana de 1933.

Sin saber demasiado inglés estudió en el colegio St. Patrick Catholic High School y empezó su trayectoria musical tocando para varias bandas como el Sexteto Siboney. Tras trabajar con el español Xavier Cugat, formó la Orquesta Desi Arnaz en Miami Beach en 1937.

Con este conjunto introdujo la conga en EEUU y le dio la visibilidad suficiente como para dar el salto a Hollywood gracias a la audición de Too Many Girls, donde conoció a Ball, de la que dijo en un primer momento que parecía una “prostituta de 10 centavos” y con quien se casó en 1940.

Protagonizó tres cintas antes de que en 1943 fuera llamado a filas por ejército estadounidense para combatir en la Segunda Guerra Mundial y a su regreso cosechó éxitos con su nueva orquesta, entre ellos, Babalú un canción popular afrocubana que hacía referencia a la deidad santera Babalú Ayé y que se convirtió en la canción que representaba a su personaje, Ricky Ricardo, en I love Lucy.

Más allá de popularizar la música cubana en Estados Unidos, donde no se oía música latina como sí sucede hoy en día, y ser precursor de la conga en este país —también llegó a interpretar flamenco—, fue compositor de 10 bandas sonoras para cine y series de televisión. Entre sus otras tonadas más conocidas estaba Cuban Pete, que luego con el paso de los años se popularizó por salir en La Máscara.

Tal y como se ve en la película, que fuese el partenaire de Ball en la serie despertó dudas entre los productores y creadores por su acento cubano, pero Ball luchó porque así fuera ya que si no iba a ser constantemente infiel. Con el paso del tiempo, las tornas se cambiaron y Arnaz fue de los productores más exitosos de la época.

  Desi Arnaz en 1949 vestido de flamenco.BettmannBettmann Archive

Las infidelidades entre ambos —no como se muestra en la cinta— fueron una constante en su relación, que fue de las más escandalosas de la época. Según contó Darwin Porter, autor de The Sad & Tragic Ending of Lucille Ball, y recogen medios como Mujer Hoy, no ocultaba su pasión por los prostíbulos, el alcohol y el juego, calificándolos como “pecadillos insignificantes”. Tuvo numerosas amantes, según los rumores, incluso llegó a pagarle un aborto a Ginger Rogers tras un affaire. Pero Ball no se quedaba corta y tuvo sonadas aventuras con Henry Fonda, James Stewart y Orson Welles, entre otros.

Tras su divorcio de Ball en 1960, Arnaz no volvió a la escena pública y se dedicó a la productora Desilu junto a su exmujer —de shows como The Andy Griffith Show, The Dick van Dyke Show y Star Trek— aunque en 1963 vendió su parte y se dedicó a la producción independiente.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

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Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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