La ministra de Exteriores de Alemania se planta en el este de Ucrania con casco y chaleco

La ministra de Exteriores de Alemania se planta en el este de Ucrania con casco y chaleco

La líder de los Verdes germanos visita Shirókino, una antigua aldea costera del mar de Azov capturada por fuerzas prorrusas en 2014 y recuperada en 2015 por Kiev.

Alemania está jugando un extraño papel en la crisis de Ucrania. Ha tardado en dar el paso de reforzar su presencia militar en la región, justo tras la visita de su canciller, Olaf Scholz, al norteamericano Joe Biden, y se pone de perfil a la hora de hablar de graves sanciones a Rusia por aquello de los intereses en juego que tiene con el gas.

Sin embargo, en las últimas horas ha lanzado una imagen clara de compromiso con Kiev con la visita de su ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, ya no a la capital, Kiev, sino a Shirókino, una antigua aldea costera a orillas del mar de Azov, a pocos kilómetros del puerto de Mariúpol, capturada por fuerzas prorrusas en 2014 y recuperada en 2015 por el Ejército ucraniano. Allí se la ha visto paseando por las calles afectadas por la contienda, con casco y chaleco para su protección.

Los habitantes de este pueblo lo abandonaron porque se encontraba justo en la línea de duras batallas entre dos ejércitos. En enero de 2015 se lanzó un devastador ataque con cohetes contra Mariúpol desde Shirókino. En julio de ese mismo año y tras meses de enfrentamiento armado, el Batallón Azov de la Guardia Nacional de Ucrania y las Fuerzas Armadas retomaron la aldea.

Ahora, la imagen de la ministra, de una formación progresista como Los Verdes (de la que es colíder) e inclinada al antibelicismo, ha llamado la atención en la zona.

Baerbock se reunió primero con su homólogo ucraniano, Dmitro Kuleba, en lo que fue su segundo viaje a Kiev desde que asumió la cartera de Exteriores de Alemania. Luego, en una rueda de prensa conjunta, reiteró que Alemania no planea enviar armas a Ucrania, pero está dispuesta a aumentar la asistencia financiera y humanitaria.

“Junto con la ministra de Exteriores Annalena Baerbock visité Shirókino. El antiguo pueblo costero parece apocalíptico en el siglo XXI: militares, minas y perros. Así es como se ve la agresión (rusa)”, escribió la viceministra de Exteriores de Ucrania, Emine Dzheppa, en su cuenta oficial de Twitter. Y agradeció a Alemania el apoyo y la asistencia para disuadir a Rusia de una mayor escalada ante la presencia de más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania.