Las claves de la polémica por el veto por franquista a Juan de la Cierva

Las claves de la polémica por el veto por franquista a Juan de la Cierva

El Ministerio de Transportes impide que se ponga su nombre a un aeropuerto.

Juan de la Cierva. Bettmann via Getty Images

El nombre de Juan de la Cierva, ingeniero, aviador, inventor del autogiro, uno de esos españoles insignes que todos estudiamos en el colegio, está en el centro de la polémica estos días: el Ministerio de Transportes ha impedido que sirva para bautizar un aeropuerto en Murcia, su tierra, porque hay un informe que señala que colaboró con el golpe de estado fascista de 1936. A caballo de esta polémica,  también ha saltado a la primera línea que el Ministerio de Ciencia retira de todos sus premios los nombres de los científicos que ahora mismo lucían, para denominarlos sólo por su materia (según una orden de marzo), y así quitar también el referido a De la Cierva.

Sin embargo, la familia del ingeniero niega su relación con el sublevado Francisco Franco, rechaza los informes por no aportar pruebas y reivindica su figura, como lo hace el Gobierno regional murciano, del PP, frente al “sectarismo” de La Moncloa.

De dónde viene la polémica

El Ministerio de Transportes ha basado su decisión en un informe encargado por la Secretaria de Estado de Memoria Democrática, comandada por Fernando Martínez y dependiente del Ministerio de la Presidencia. Dicho dossier vincula al inventor murciano con el intento del golpe de Estado de julio del 36 y eso violaría la Ley de Memoria Histórica de 2007 (en vigor hasta que se apruebe la de Memoria Democrática, en trámites), que impide rotular edificios o calles con nombres relacionados con el fascismo.

Martínez, en una carta fechada el pasado 6 de mayo y enviada al ministro José Luis Ábalos, explica que la iniciativa de poner Juan de la Cierva al aeropuerto, pese al visto bueno de la Asamblea de Murcia (2017) y de la comisión de Fomento del Congreso (2019), “resulta contraria al espíritu y tenor de la ley 56/2007”. Apoya su misiva en el breve informe encargado al historiador Ángel Viñas que “deja de manifiesto”, dice, “la participación del aviador e ingeniero Juan de la Cierva a en la preparación del intento de Golpe de Estado del 18 de julio de 1936”.

Viñas asegura que “formó parte de un pequeño grupo de conspiradores monárquicos, británicos y españoles, contra la República, que tuvo gran influencia entre los círculos de derecha”. Añade que a él recurrieron los conspiradores “para conseguir un avión con el que trasladar a Franco desde Canarias”, el Dragon Rapide, y que el general “Mola se sirvió de él para establecer conexión con traficantes de armas nazis, episodio en el que intervino el almirante Canaris, jefe del Servicio de Inteligencia Militar nazi”.

Juan de la Cierva murió en diciembre de 1936, poco más de cuatro meses después del inicio de la Guerra Civil, justamente en un accidente aéreo, ante lo que el historiador señala “no cabe la menor duda que su muerte en Londres al despegar en un avión de la KLM con rumbo a Ámsterdam el 9 diciembre de 1936 cortó los servicios que JdlC - Juan de la Cierva - no dudó en prestar desde el primer momento a los sublevados”.

Lo que dice la familia

La familia del renombrado inventor rechaza las conclusiones de este informe. Sostienen que nunca habló directamente con el que luego sería el dictador Franco, sino que el contacto para el avión se produjo a través del corresponsal de ABC en Londres, y que no sabía ni cuál iba a ser el destino de la aeronave ni lo que se iba a hacer con ella, cuando además llevaba años viviendo en la capital del Reino Unido y alejado de la política nacional.

Varios de sus allegados están dando entrevistas en estos días en las que defienden que el informe de Viñas está fundamentado en “conjeturas”, no en pruebas documentales, sino en referencias de su círculo de amistades. Añaden que sus ideas eran monárquicas y anglófilas y que trabajó con el Gobierno de la Segunda República antes del golpe. También se duelen de que si De la Cierva fuera catalán no estaríamos ante este debate, como sucede con personajes como Lluis Companys, que fuera presidente de la Generalitat.

  Juan de la Cierva, en Hanworth, Reino Unido. Bettmann via Getty Images

Su figura

Juan de la Cierva fue uno de los ingenieros e inventores más reconocidos de ls historia contemporánea no sólo española, sino europea, creador del conocido como autogiro, una aeronave que sirvió de base para la construcción de los actuales helicópteros y con el que se consiguió el primer vuelo exitoso del mundo con un avión de ala rotatoria.

El inventor, que sigue dando nombre a calles o colegios de toda España, nació en Murcia en 1895 y con apenas 15 años ya experimentaba con artilugios para tratar de volar, su verdadero sueño. Ya en 1910, Juan de la Cierva construye con algunos amigos unos planeadores lo suficientemente grandes como para poder volar en ellos. Así es como se crea el primer aeroplano enteramente fabricado en España y cuyo vuelo fue reconocido como una hazaña nacional, según narran en la historia del Proyecto Juan de la Cierva, consultado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Ese fue construido con maderas, telas y cuerdas de piano.

Posteriormente, inició la carrera de Ingeniería, momento en el que sigue experimentando con sus ideas aéreas, hasta que el año 1918 concluye la realización de su trimotor, como se explica en el artículo Juan de la Cierva Codorniú, inventor del autogiro (1895-1936), publicado en la Biblioteca de la Fundación Juan March. Este invento supuso un fracaso para el científico, ya que el aparato se estrelló, lo que hizo que Juan de la Cierva abandonara la idea de los trimotores para pasar a buscar formas más seguras de volar.

Así es como, tras varias ideas, pruebas e intentos, Juan de la Cierva crea y hace volar el autogiro el 17 de enero de 1923. Concretamente, fue a partir de 1920 cuando el ingeniero comienza a gestar la idea del autogiro mediante un sistema de alas móviles, suprimiendo el peligro de entrar en pérdida por reducción de la velocidad de un avión.

Se trata del autogiro C-4, que voló por primera vez en la ciudad de Getafe en la mencionada fecha, pilotado por el capitán Alejandro Gómez Spencer, quien realizó posteriormente un recorrido de 4 kilómetros en un circuito cerrado de Cuatro Vientos, el 31 de enero de 1923, según la Asociación Juan de la Cierva Codorniu. Este invento constituyó la primera aeronave de ala rotatoria de la historia que voló, sentando las bases de lo que hoy en día es el helicóptero y suponiendo un experimento que es el hito más grande en la evolución del ala rotatoria.

De la Cierva patentó su inventó que se vendió por todo el mundo. El ingeniero Eduardo Consejo, del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España, ha indicado a la Cadena SER: “Somos muy poco conscientes en España de la categoría mundial de Juan de la Cierva. Sus autogiros se fabricaron bajo licencia en Alemania, en el Reino Unido, En Francia, en Estados Unidos. Japón, Yugoslavia....La aeronáutica naval de la República española adquirió también sus autogiros embarcados en 1934”. Y añade una anécdota: “En julio de 1935 se emitió el primer sello del mundo de una aeronave de alas giratorias, un autogiro C30, -el último modelo que desarrolló de la Cierva antes de morir-Aparecía sobrevolando la catedral de Sevilla. Así que de alguna manera la República homenajeó a Juan de la Cierva otorgándole este privilegio”.

A partir del próximo año, como figura en un orden publicada en el BOE el pasado marzo, los Premios Nacionales de Investigación se denominarán por el área de conocimiento por la que son concedidos, como Biología y Medicina o Ingenierías y Transferencia de Tecnología. Se han reestructurado las áreas que se convocan, que pasan de diez a seis, y se han dividido en dos categorías. En una se reconoce el mérito de toda una carrera y en la otra, de nueva creación, para los menores de 40 años. De esta manera, en total, se entregarán 12 premios.