Ni llevar la sombrilla oxidada, ni hacer castillos de arena: las prohibiciones más locas de las playas españolas

Ni llevar la sombrilla oxidada, ni hacer castillos de arena: las prohibiciones más locas de las playas españolas

¡Ojo con las multas!

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La playa es el lugar predilecto de la mayoría de los españoles para desconectar. Tumbarse en la orilla o darse un baño refrescante hacen que muchos se olviden de todo... si no te cae una multa.

¿Alguna vez has pensado que si no tienes la sombrilla en buen estado te pueden sancionar? ¿O qué pasaría si te entra un apretón en el mar? En ambos casos volverías de las vacaciones con una buena multa económica. Al menos en la mayoría de costas españolas.

Aunque no hay una normativa de playas a nivel nacional, si hacemos un repaso a las prohibiciones de las principales localidades costeras podemos comprobar que las hay muy locas. A continuación puedes encontrar algunas de las más surrealistas. Toma nota si no quieres volver con la cartera vacía.

Si piensas ir a la playa en Valencia, será mejor que hagas un repaso al estado de todo lo que que quieres llevar. Según una normativa local, desde el año 2010 está prohibida la entrada a las playas con objetos oxidados, incluyendo sillas, hamacas o sombrillas. La finalidad: evitar la contaminación y posibles daños físicos en caso de fuertes rachas de viento.

Esto no es nuevo. Cada año son más las playas que se suman a esta norma. Prohibido pegarse el madrugón y guardar el sitio para el día de playa desde primera hora de la mañana.  En varias de la Comunidad Valenciana o Andalucía ya la aplican. Estos madrugadores pueden llevarse una multa de entre 150 y 300 euros, en función de la localidad.

Si vas a Galicia, ni se te ocurra coger marisco. Por hacerlo en las zonas de marisqueo las multas pueden oscilar entre 150 y 30.000 euros en función de las veces que se cometa la infracción y la cantidad que se extraiga.

La prohibición reside en la cantidad de marisqueo furtivo que hay en las costas gallegas y la limitación de horarios y permisos para poder mariscar.

Si no eres de los que calcula bien las distancias, ten cuidado si vas a las playas de la Comunidad Valenciana. Hay que mantener una ‘distancia de seguridad’ de, al menos, seis metros entre la toalla y la orilla.

Además, en localidades como Cullera (Valencia) la multa puede oscilar entre 500 y 1.500 euros por incumplir esta distancia, pero también por dejar los objetos en la arena (si no hay nadie con ellos).

El cubo, el rastrillo y la pala son los complementos más típicos de la sombrilla y la toalla. Aunque en las Islas Canarias, mejor que se queden en la maleta.

La multa por hacer fosos, castillos y figuras de arena sin permiso en las playas del archipiélago puede alcanzar los 1.500 euros. ¡Ojo si viajas con los más pequeños!

La duda de si se puede orinar o defecar es una constante. Aunque nos pese, las aguas menores son relativamente comunes en las playas, pero lo que va un poco más allá suele reprimirse... al menos, en adultos cívicos. Pues bien, en el Levante, el Cantábrico o en la costa andaluza, las normativas señalan que está prohibido hacer las necesidades en el mar.

En Murcia o en la localidad onuvense de Lepe, las sanciones ascienden a 750 euros mientras que en Málaga, por ejemplo, son 300.

En playas como La Malvarrosa de Valencia o en la de Gozón de Asturias olvídate de entrar con el carro del bebé. Está prohibido acceder con cualquier tipo de vehículo, ya sea el carrito, el monopatín, el patinete o la bicicleta.

La circulación de cualquier medio de transporte rodado está prohibido.

Ni fiestas, ni música. Más allá de las normas cívicas y de convivencia, en muchas playas españolas existe la prohibición explícita de no poner música bajo ningún concepto. Tampoco se puede tocar ningún instrumento, así que nada de coger la guitarra en la toalla.

Las de Gozón (Asturias), la de La Albufera (Valencia) o la de Almuñecar (Granada) son algunas con esta normativa.

A pesar de estar al aire libre, cada vez son más las costas que prohiben fumar a los bañistas. En total, hay 78 playas libres de humo en España, la mayoría de ellas (59) en Galicia.

Aunque en Asturias y Cataluña están exentos de multas, en el resto de comunidades autónomas la sanción puede ascender a 400 euros.

La cerveza fresquita y el tinto de verano para acompañar el sol se han acabado si vas a la playa de Tossa de Mar (Girona). Allí las multas ascienden a 1.600 euros por beber en la costa. Y no solo eso: en la localidad gerundense está también prohibido mantener relaciones sexuales y celebrar despedidas de soltero.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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