Los productos básicos para que la piel no sufra con el frío extremo

Los productos básicos para que la piel no sufra con el frío extremo

No se deben utilizar los mismos productos que en verano o primavera.

Happy woman applying lip balm in winter holiday in a snowy mountain. Girl protecting lips with lip balm in winter with a snowy mountain in the backgroundGetty Images/iStockphoto

Las bajas temperaturas que está dejando la ola de frío polar no sólo han destrozado los termómetros, también pueden destrozar la piel. El invierno provoca habitualmente más sequedad e incluso eccemas en algunas personas, pero cuando el frío es extremo, la situación se puede complicar aún más.

Igual que se cambia de ropa para mantener el calor corporal, es necesario cambiar de productos para preservar la salud de la piel. Esta se seca más en invierno, entre otras cosas, por las oscilaciones en los niveles de filagrina, una proteína que ayuda a mantener la barrera epidérmica en los meses más fríos.

Si a esto sumamos los cambios bruscos de temperatura al entrar en casas y comercios con la calefacción alta, la piel se resiente aún más. Estos son los productos que deberías utilizar o revisar.

Bálsamo limpiador o leche limpiadora

Es hora de dejar aparcados por el momento los limpiadores astringentes y otros productos como el agua micelar para optar por leches limpiadoras o bálsamos que retiren las impurezas y los restos de maquillaje sin dañar la barrera protectora de la piel. El limpiador Cleanse Me Softly, de Sloris y de venta en Miin, es una opción que mantiene la hidratación y es apto para pieles sensibles.

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Una hidratante más potente

“Es importante cambiar la textura de los productos. En verano a la gente le gusta más utilizar loción porque es más ligera y absorbe mejor, pero en invierno, con el tiempo seco y frío, es importante utilizar una crema más intensa”, explicaba Lilin Yang, de la tienda de cosmética coreana Miin, a El HuffPost. Con los termómetros bajo cero es importante elegir una crema potente que mantenga la hidratación y si es necesario aplicarla mañana y noche.

Especial protección para manos y labios

Son dos de las zonas del cuerpo que más sufren por el frío ya que suelen estar más desprotegidas y en contacto directo. En el caso de las manos, lo más importante para protegerlas es llevar guantes, pero también es necesario aplicarse crema a diario para cuidarlas. Entre las temperaturas gélidas y los geles hidroalcohólicos están sufriendo más que nunca. La crema Cicaplast, de La Roche-Posay, es una de las más vendidas del mercado por su efecto reparador.

En cuanto a los labios, es recomendable aplicar un bálsamo o un cacao a diario, aunque llevemos mascarilla. Protectores labiales como el de Neutrogena son siempre una buena opción. Si los labios se agrietan más de la cuenta puede utilizarse una mascarilla de noche como la de Laneige, que es la más vendida en la web de Sephora.

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Un bálsamo para descamaciones y rozaduras

Algunas zonas del rostro pueden secarse o agrietarse más de lo normal, apareciendo incluso rojeces, rozaduras o descamaciones, problemas que algunas personas ya sufrían por el uso prolongado de mascarilla. Para estos casos es necesario un tratamiento especial como un bálsamo reparador o ultrahidratante. Productos como el Ultrabalm de Lush, uno de los más vendidos de la marca, son los mejores aliados.

La protección solar es imprescindible

Los dermatólogos no se cansan de repetirlo. Es imprescindible ponerse protección solar a diario, aunque no brille el sol y aunque llevemos mascarilla. Si quieres una cobertura ligera con un poco de color, la Fusion Water Color de Isdin es una muy buena opción.

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España, esa sección en la que intentamos contar el lado hedonista de la vida sin dejar de lado otras realidades.

  

Sobre qué temas escribo

Como redactora de LIFE, escribo sobre temas de cultura, moda, belleza o estilo de vida. También he abordado temas de medioambiente, feminismo o sociales, pero donde más cómoda me encuentro es explorando la relación de la moda con otras disciplinas culturales o su impacto social, y sobre todo lo que tenga que ver con el cuidado de la piel.

 

Siempre desde una perspectiva cercana, he tratado cuestiones como la estrategia del Museo del Prado para triunfar a través de sus redes sociales, explicado cómo Melania Trump utilizó su armario como arma política o desmentido bulos relacionados con la protección solar. Es probable que el 80% de los temas que he publicado se hayan escrito mientras sonaban Beyoncé, Oasis y Arctic Monkeys. Además, también me encargo de preparar el boletín de LIFE que enviamos cada sábado intentando resumir la actualidad de la semana.

 

Mi trayectoria

Nací en Vigo en 1992 y desde que tengo uso de razón siempre quise ser periodista. La única excepción fue la época en la que tuve fantasías con ser pintora, pero descarté rápido la idea cuando mis padres me anotaron a clases y me di cuenta de que no era lo mío. Estudié Periodismo en la Universidad de Santiago de Compostela (USC), donde me gradué en 2014 después de pasar un año en Roma que me hizo apreciar todavía más la cultura italiana. Dejé Galicia para mudarme a Madrid en 2015 y cursar el Máster de Periodismo Cultural en la Universidad San Pablo Ceu. Aprendí en Radio Galega y en Pentación Espectáculos, donde descubrí lo que hay detrás de producciones de teatro y de grandes eventos como el Festival de Mérida. Colaboré puntualmente con Guía Repsol o la revista L'Officiel y llegué a El HuffPost en 2016, donde empecé compaginando mi trabajo como redactora de Branded Content con temas para la sección de tendencias, que terminó convirtiéndose en LIFE, donde actualmente soy una de las redactoras. Fui finalista en los Premios Ecovidrio de 2017.

 


 

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