Cómo poner cachonda a tu pareja con solo palabras

Cómo poner cachonda a tu pareja con solo palabras

Un buen intercambio de frases sucias es capaz de sacarte de la rutina para ayudarte a mejorar tu rendimiento en la cama.

Dirty talk doesn't have to be complicated

Poner cachonda a tu pareja solo con palabras no tiene por qué ser complicado. Como resume el columnista sexual Dan Savage, la mejor forma de hablar sucio es ser simples y directos: “Dile lo que le estás haciendo, dile lo que le vas a hacer, dile lo que acabas de hacerle”.

Aun así, por simple que sea, a muchas personas les cuesta, y al final acaban diciendo algo que han oído en Pornhub que no suena natural o algo que resulta incómodo, extraño y cortarrollos.

Como esa escena de la famosa serie de los 90, Seinfeld, en la que Jerry le cuenta a George lo que le ha dicho a una mujer la noche anterior: “Ella me estaba hablando de sus braguitas y yo le suelto: ’¿Hablas de las braguitas que tu madre te dejó preparadas?”.

″¿Las braguitas que tu madre te dejó preparadas?′ ¿Qué significa?”.

Ni idea, pero quienes no saben muy bien cómo decir guarradas (y que suenen bien) se sentirán identificados con la escena.

Teniendo en cuenta las miles de formas en que pueden salir mal estas situaciones, ¿para qué molestarse en intentarlo? La respuesta es sencilla: porque cuando lo hace bien una persona que te atrae mucho, no hay nada más excitante que su voz. El cerebro es el órgano sexual más importante, así que es lógico excitarse por lo que dice tu pareja sexual en plena faena. También funciona en sentido inverso: decir en voz alta los deseos y fantasías que sueles guardarte para ti resulta muy excitante.

Un buen intercambio de frases sucias es capaz de sacarte de la rutina para ayudarte a mejorar tu rendimiento en la cama, según Jenny Block, experta en relaciones y autora de O Wow: Discovering Your Ultimate Orgasm.

Los sonidos y la voz nos ayudan a olvidarnos de la colada y a concentrarnos en lo bien que se siente nuestra pareja
 

“Nuestro cuerpo puede estar sintiendo algo, pero si nuestra mente no está excitada, el placer siempre será menor”, asegura. “Decir cosas cachondas nos ayuda a salir de nuestra mente y entrar en nuestro cuerpo. Los sonidos y la voz nos ayudan a olvidarnos de la colada y a concentrarnos en lo bien que se siente nuestra pareja”.

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Ahora que ya conoces los beneficios de tener un poco de labia, presta atención a estos consejos para mejorar tu lenguaje sucio.

Que sea simple

No tienes que convertirte en una estrella del porno así de repente. Di algo que te resulte natural en ese momento y no pienses que tienes que preparar un discurso sexual complicado. No consiste en soltar un monólogo sexual, no hace falta que estés todo el rato hablando. Un simple “tengo ganas de sentirte dentro de mí” en el momento oportuno, entrando a la habitación o cuando estéis besándoos, puede obrar maravillas.

“Siempre le digo a la gente que piense en sus sentidos”, comenta la sexóloga Megan Stubbs. “Si no sueles decir palabrotas o utilizar lenguaje vulgar, no te sientas presionado a hacerlo. Puede que le cortes el rollo a tu pareja si de repente le sueltas una barbaridad”.

Intenta mantener una actitud juguetona y preparar el terreno con antelación. Cuando tu pareja esté en el trabajo o haciendo recados, déjale caer alguna indirecta sobre las ganas que tienes de hacer travesuras cuando os veáis.

“Sugiero ir aumentando poco a poco la excitación por el encuentro sexual”, propone Stubbs. “Mandar un mensaje como: ‘Qué ganas de que llegue esta noche’ es una buena forma de iniciar una conversación de ese estilo”.

Pregúntate cómo te quieres sentir y cómo quieres que se sienta tu pareja

Cuando te preocupa cómo vas a sonar o si tu pareja se va a reír de ti, las conversaciones sucias pueden ser intimidantes. No busques un mensaje muy intelectual. Tantea el lado sensorial del sexo. Cuando empecéis a centraros en cómo queréis sentiros, os daréis cuenta de que tenéis un arsenal de lenguaje sexual mucho más amplio del que pensabais, según Heather McPherson, terapeuta sexual.

“También podéis seguir la fórmula de Dan Savage de ir a lo simple. Ser juguetones y crear una atmósfera tranquila que os haga sentiros seguros también ayuda”, añade.

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Aprende a dar instrucciones

A grandes rasgos, hay dos tipos de lenguaje sucio, indica Kenneth Play, educador y asesor sexual. El primer tipo sirve para excitar con antelación, mientras que el segundo consiste en dar instrucciones.

Cuando llegues a casa, quiero que te pongas tu lencería favorita, te tumbes en la cama bocabajo y me esperes hasta que llegue a casa para jugar contigo
 

“Las instrucciones y directrices resultan muy excitantes a algunas personas. Son mensajes del estilo: ’Cuando llegues a casa, quiero que te pongas tu lencería favorita, te tumbes en la cama bocabajo y me esperes hasta que llegue a casa para jugar contigo”.

Que no te incomode hablar de sexo fuera del dormitorio

Las investigaciones demuestran que las personas que se sienten más cómodas hablando de sexo en su día a día tienen una vida sexual más satisfactoria. Si nunca hablas de sexo, te costará más tener estas conversaciones en la cama, así que no te cortes y habla sobre sexo con tu pareja en cualquier momento.

“A la gente le intimida sobre todo porque no sabe qué decir. En ese momento, muchos se quedan sin palabras o no están seguros de cómo expresarse”, explica la terapeuta sexual Vanessa Marin. “La mayoría de la gente no habla abiertamente sobre sexo, así que tienen que practicar hasta que se sienten cómodos”.

Si dices algo que no ha funcionado del todo bien, háblalo más adelante

No pasa nada si provocas una pequeña risa nerviosa, pero a veces lo que dices puede molestar a tu pareja. Es posible que en ese momento no te sepa decir por qué le ha molestado, pero si sientes que has ido demasiado lejos, no te olvides de hablarlo en otro momento.

Dejad claro que estáis “preparando un espacio erótico en el que el lenguaje sucio gira en torno a las fantasías”, no en torno a lo que pensáis realmente de la otra persona, recomienda Play. Por ejemplo, a mucha gente le corta el rollo que la llamen “papi” o “mami”, pero es una fantasía basada en la autoridad y en la dominación sexual, no en el incesto.

“Si cometes un error o vas demasiado lejos, la solución es simple: rectifica. Respeta que a tu pareja no le guste y respeta sus motivos si te los cuenta. Hazle saber también que no está obligada a explicarte por qué no le va, simplemente acéptalo”, advierte Play.

No tiene por qué ser obsceno para ser excitante

Lee la situación. No sueltes una vulgaridad a no ser que todas las señales sugieran que es una buena idea, recomienda Block apelando a su experiencia personal.

“Una vez utilicé un lenguaje demasiado obsceno y lo que conseguí fue cortarle el rollo a la otra persona. Mi pareja fue muy comprensiva y me pidió que rebajara un poco el tono. Me sentí superavergonzada”, recuerda.

Al final, Block y la otra mujer pasaron un buen rato y pudieron reírse de ello después. (Reírse juntos = sexo más satisfactorio).

“Se convirtió en un secreto íntimo entre nosotras. Ella supo valorar el hecho de que estuviera dispuesta a intentarlo. Los detalles los podíamos ir resolviendo por el camino”.

Para facilitarte las cosas, aquí tienes un listado de ejemplos de frases cortas avaladas por expertos:

“Llevo todo el día fantaseando con lo que quiero hacer contigo”.

“Ahí, ahí. Tócame ________”.

“Sí, dame más”.

“Cuando llegue quiero verte con mi falda favorita y sin bragas”.

“Me vuelves loco/a cuando _______”.

“Voy a correrme para ti”.

“Sabes genial”.

“Quiero que me utilices como un juguete”.

“Me encanta cuando gimes mi nombre”.

“Fóllame duro”.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.

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