Rayden: "Me cabreó mucho lo que hizo 'La Voz Kids"

Rayden: "Me cabreó mucho lo que hizo 'La Voz Kids"

El cantante reedita su disco 'Sinónimo' y prepara 'Homónimo', el tercero de su trilogía.

En una época en la que se cancelan conciertos según el partido que gobierne, Rayden le planta cara a un ayuntamiento y monta un concierto alternativo en respuesta a la cancelación de su actuación. En un momento en el que prima la electrónica y en el que los cantantes de reguetón están en lo más alto de las plataformas de streaming, David Martínez se atreve con una actuación a trío con voz, guitarra y contrabajo.

A pesar de esta vocación por lo instrumental Rayden saltó a la fama, igual que Arkano, al ganar las batallas de gallos de Red Bull en 2006, y después pasó a formar parte del grupo de rap Atresbandas.

  Rayden, durante el concierto de cierre de la Ruta Firestone 2019 en la Joy Eslava.Ruta Firestone

Entonces rapeaba con sudadera con capucha y gorra, e incluso visitó algún que otro plató de televisión donde se veía obligado a improvisar sobre las noticias del día. Esa imagen de rapero, que le ha costado tantas críticas a Arkano en su último lanzamiento, ya es historia hoy le parece una “ridiculez”.

Las críticas a las parodias de la música urbana no son las únicas que salen de la boca del cantante de Alcalá de Henares (Madrid) en su charla con El HuffPost Life. Tampoco se corta al hablar de la SGAE, ni del discurso del odio al que “han sacado rentabilidad” los políticos en las últimas elecciones del 10-N.

Ya lo avisaba antes de empezar a cantar en su estreno en la Joy Eslava, en el concierto de cierre de la Ruta Firestone 2019: “Si oís algo que os parezca una opinión política, probablemente lo sea. No hay doble sentido”. Tomen nota.

¿Qué ha pasado para que de hacer rap con Atresbandas hayas pasado a hacer algo más parecido al rock o al soul con una banda?

Lo que ha pasado es que he ido madurando poco a poco, he ido conociendo la música y los instrumentos como puede ser la voz, la cabeza, la mano al escribir… También he preferido no sonar con una pista grabada, que las hay maravillosas, pero hacerlo con banda. O en trío, con contrabajista y guitarrista, o simplemente en acústico. En algunos conciertos me gusta transmitir la fuerza de una banda eléctrica o conectar a pelo con una guitarra. Me parece muy estimulante porque hay mil formas de llegar a mi música y al que le guste una canción mía puede volver a escucharla en todos esos formatos. 

No te gustó nada, por ejemplo, la interpretación que hicieron Melendi y Bisbal en La Voz Kids (Antena 3) [Una parodia a la serie El Príncipe de Bel Air después de una improvisación de Arkano en directo]

Arkano es un gran colega, tiene uno de los mejores corazones del panorama musical, da igual el estilo. Lo único es que no es un programa de humor, en teoría es un programa de música. Cuando ha habido voces críticas señalando que era un concurso, han saltado a defender que era música y que era un reflejo de las grandes voces emergentes. Más aún cuando es infantil. 

Que el único guiño que haya a lo urbano sea utilizar a alguien como un expendedor de caramelos Pez, que le diga una palabra y que suelte eso, es circo. Que lo único que se muestre sea una ridiculez, dice mucho. Para que algo se tome como parodia se tiene que tomar alguna vez en serio y creo que por parte de la masa media no se toma la música urbana nunca en serio. Quitando La Hora Musa (La 2), La 2 Noticias, Late Motiv (Movistar +), Sesiones Movistar +, el resto de programas son bastante responsables de que se infravalore la música en directo. Sobre todo la urbana que es un género tan amplio que cabe todo. Empezar a mostrar el prejuicio que la gente tiene no me gustó nada. 

Que lo único que se muestre del rap sea una ridiculez, dice mucho

¿Has formado parte de ese circo?

Cuando gané la Batalla de gallos de Red Bull fui a Espejo Público (Antena 3) y a un par de programas más y me di cuenta de que era parte del circo y del problema, no de la solución. Desde entonces, me he propuesto ser la solución y me he peleado para que se mantengan unas características técnicas. Que si un día llega un rapero o rapera a televisión que haya las condiciones y las exigencias necesarias y no se pierda por estas cosas. A mí me ha cabreado mucho. Hay muchos programas a los que he dicho que no por no hacer el mamarracho, porque lo que se esperaba de mí era que improvisase sobre la noticia del día o que al final improvisase con unas palabras. Con 20 años era un chaval impresionable con estas cosas y pasé por el aro dos veces. 

¿Y es más fácil o más difícil posicionarte en la escena?

Soy un fiel reflejo de que las nuevas tecnologías han servido para democratizar la música y que gracias al camino de las redes sociales se han podido descubrir muchos artistas. Tiene muchas cosas malas, pero también buenas. Antes se demonizaba la radiofórmula y ahora en las plataformas de streaming ponen a ciertos artistas de lanzamiento como música pasiva. Te los comes sí o sí y hay clicar para quitarlo o los incluyen en una playlist donde tienen millones de suscriptores. También ocurre que a según quiénes y la plataforma que se lance, de repente se colocan como discos de oro, de platino… Tienen unos números virtuales muy inflados. 

Los festivales que se hacen eco de estos números para su cartel, luego no venden suficientes entradas… A la vez hay grupos que están dejando de girar porque ya nadie va a las salas, porque ya la gente no siente necesidad de ver un concierto en vivo porque cada vez es más artificial. Lo malo es muy malo y lo bueno es muy bueno.

Los políticos están utilizando el discurso del odio como un bien líquido

¿Y la SGAE qué tiene que ver en esto? 

Quedan menos de cinco años para que la SGAE desaparezca y se forme otra asociación que reconozca el trabajo de los artistas. Es un organismo que tiene que representarme. Si no me siento representado y encima siento que ataca a mis intereses, no es sostenible. Es como una pareja, si te está engañando, por mucho que la perdones no hay confianza. No se puede sustentar durante mucho más tiempo.

¿Y dónde está la solución?

Debería ser un organismo limpio y un catalizador. Sin designaciones a dedo, sin cambiar de la rueda dos notas y que se pongan a las tres de la mañana esos temas producidos justo por esa persona elegida a dedo y con una mala praxis. Si realmente hubiera un estamento veraz y eficaz, para delante.

Simplemente un organismo que sea moralmente eficaz, que vele tanto por mis derechos como por los del escuchante, que no tenga un afán recaudatorio. No debería ser un cobrador del frac que no representa la realidad, es ilógico. Me niego a pensar que el poder corrompe tanto. A mí me va bien y me siento poderoso, pero no quiero poner la zancadilla a nadie. Ahora más que nunca, que estoy en un punto que me doy cuenta de que todo lo que digo tiene consecuencias. Solo contesto, cuando me preguntan, ya no me meto en jardines (risas). Y no lo hago para que me hagan casito, sino porque tengo inquietudes.

Entonces, eres de los que piensa que un artista tiene que mostrar su posición política.

Por supuesto, antes que artistas son personas y tienen inquietudes y problemas. A mí las personas impermeables, que ni comen ni beben ni cagan ni mean ni sufren ni nada, que solo sé de él por sus canciones, me generan desconfianza. ¿Quién eres tú? ¿Por qué te estoy metiendo en mi casa y en mi vida? A lo mejor una canción de un artista se la dedico, si tuviera pareja, a mi pareja. ¿Tú quién eres? Por lo menos saber que si pincho a la persona que canta, sangra.

Hoy hay peores personas que cuando nací. Está todo envilecido, es muy raro

¿Qué mundo te gustaría dejarle a tu hijo?

A los hijos de mis hijos, que yo voy a vivir mucho tiempo. Me gustaría dejarles un mundo donde haya mejores personas que ahora. Hoy hay peores personas que cuando nací. Está todo envilecido, es muy raro. A la gente le falta empatía, respeto. Igual que se vio atrofiada la caligrafía con la máquina de escribir, con las redes sociales se ha atrofiado la capacidad de socializar. Como un vestigio de instinto de supervivencia, se ha sustituido la capacidad de empatizar por una susceptibilidad desmedida con cosas que ni les tocan para sentir que son parte de algo. También con lo que te venden del mindfulness de buscar la integridad del ser a nivel individual. Ahora hay un mundo peor que antes.

¿La culpa es del mindfulness entonces?

No, no (risas). Pero, por ejemplo, en los tiempos que corren parece que ser intenso es un insulto y debería ser una de las mayores virtudes. Y ser inocente es ser tonto, y empático es decirle ‘ya te la meterán doblada’. 

¿Y qué piensas de este discurso del odio? ¿Crees que se ha reflejado en las urnas ese odio en redes sociales?

Los políticos están utilizando el discurso del odio como un bien líquido, le están sacando rentabilidad y se ve con las elecciones. Me parece muy triste que lo que se esté produciendo es un enfrentamiento entre nosotros, entre el que viene detrás o el que está debajo, en lugar de trabajar cosas fundamentalmente graves.

  Rayden junto a Bely Basarte e Iván Ferreiro, los otros dos cantantes del concierto de cierre de la Ruta Firestone 2019.Ruta Firestone

Luego lo pagáis con cancelaciones de conciertos, como te pasó en Oviedo cuando al cambiar el gobierno se canceló tu concierto en las fiestas de San Mateo el pasado mes de septiembre.

Siempre pienso que si fuese concejal de festejos miraría por lo que le gusta a la gente de la localidad, más allá de querer imponer mi criterio o un revanchismo político en contraposición con lo que había antes. No metería cosas que me parecen de mal gusto, pero sí cosas que vea que se escuchan y que gustan. Incluso me acercaría y les diría: ‘Oye, tengo ideas contrarias a las vuestras, pero esto no va de mí’.

Ese tipo de revanchismo rarete me hincha un poco los cojones. Además, en el caso de Oviedo, como eran nuevos en el Ayuntamiento, no contaban con una cosa con la que yo sí: no pueden entrar en la Universidad a no ser que haya un herido, un robo o  que el rector lo pida expresamente. Yo me sentía como El Profesor de La Casa de Papel (risas).

Empezaron a llenar titulares con que se iba a cumplir la ley y pensé que en cuanto llegara la Policía diría que tenía derecho. De hecho, tenía el permiso del rector y me aseguré de no coincidir con ningún otro artista de la nueva programación. Nadie se merece que le quiten público. También lejos de cualquier comercio. Después del concierto no dejaron ni un papel en el suelo y fueron más de 1.200 personas. Había personas mayores que me pararon por la calle y me dijeron: ‘Esto me recuerda a la época del franquismo, ojalá no se vuelva a eso’.

Tampoco las letras de Tangana son para tanto, he visto auténticas aberraciones y lo de Antón es de tener la piel fina.

¿Si tuviera que haber un límite cuál sería?

Cualquier libertad que coarte otra. Así de sencillo. 

¿Y lo de C. Tangana en el Ayuntamiento de Bilbao que te pareció?

De muy mal gusto. Si no te gusta su discurso, no lo llames de primeras. No puedes marcarte la medallita porque tiene buenos números y si alguien te dice algo, echarte para atrás. Estás mostrando que no tienes ningún tipo de inquietud musical porque no quieres ni hacer un ejercicio de conocimiento con algo. Tampoco las letras de Tangana son para tanto, he visto auténticas aberraciones y lo de Antón es de tener la piel fina.

Estás preparando tercer disco de tu serie. Después de Antónimo y Sinónimo, ¿qué traes?

He reeditado ahora Sinónimo con cinco temas en directo, una versión de Haz de luz con Blas Cantó y un tema inédito. Y el tercero, Homónimo, es en el que se sustentan los otros dos es un disco doble: el primero Hábito y el segundo Habito. Dos palabras homónimas. La primera canción del primer CD será Originario y la segunda del segundo CD, El himno del centenario, porque en solitario es mi canción número 100. Hago 20 años en la música y me parecía una forma de hacerlo redondo.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es