Las visitas al Valle de los Caídos bajan casi un 70% desde la exhumación de Franco

El Valle de los Caídos pierde atractivo turístico tras la exhumación de Francisco Franco. El pasado lunes 24 de octubre se cumplieron tres años de la extracción de su féretro y del transporte de los restos del dictador al cementerio de Mingorrubio por orden del gobierno de Pedro Sánchez en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.

Un acontecimiento que supuso el fin a 44 años de exaltación de la figura del general en el conjunto monumental situado en el valle de Cuelgamuros, a unos 50 kilómetros de Madrid. Construido entre 1940 y 1958 principalmente con mano de obra de presos políticos republicanos, a lo largo de sus seis décadas de existencia ha sido motivo de visita y peregrinaje de exaltados franquistas que rendían honores al dictador al tiempo que ensalzaban su figura.

Pero tras la exhumación de Franco, el Valle de los Caídos ha caído en el olvido y la afluencia de turistas se ha reducido de forma drástica. Según datos de Patrimonio Nacional remitido a El HuffPost, el descenso es de prácticamente un 70% con respecto a 2018 y 2019, cuando aún se encontraban los restos de Franco en su interior.

En 2018 acudieron al Valle 378.875 visitantes y en 2019, 318.248. En 2020, ya sin el dictador, la afluencia bajó a 64.336. Sin embargo, cabe recordar que el recinto estuvo ese año tres meses cerrado por la pandemia del coronavirus. En 2021, las cifras se recuperaron hasta los 135.888 y hasta el 30 de septiembre de este año, el número de visitantes ha sido de 111.879. Datos muy lejanos a la media de 500.000 visitantes que durante varios años ha llegado a registrar el monumento.

¿Qué pasará ahora con el Valle de los Caídos?

Franco no estaba solo en el Valle de los Caídos. Con él, estaban enterrados en el gigantesco monumento funerario más de 33.000 cadáveres. Se calcula que unos 28.000 son franquistas y el resto republicanos, aunque no hay cifras exactas porque muchos restos se trasladaron de forma clandestina.

El Gobierno ha mostrado en estos últimos días su “respeto absoluto” a que la familia de José Antonio Primo de Rivera decida exhumar ya su cuerpo antes de que el Valle se convierta en cementerio civil con la nueva Ley de Memoria Democrática, algo que se aprobó definitivamente en el Senado la semana pasada.

Con esta nueva ley, que completará la ya aprobada en 2007 por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, el Gobierno se compromete también a identificar a las miles de víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista que permanecen en fosas comunes repartidas por todo el país y a devolver los restos a sus familias.

En el Valle de los Caídos, quedarán prohibidos “actos de naturaleza política, ni exaltadores de la Guerra Civil, sus protagonistas o el franquismo” y se exigirá la salida de la congregación de los monjes benedictinos, cuya presencia en el monumento estuvo regulada desde 1958 hasta el pasado octubre de 2020. Los monjes celebraron este último 18 de julio una misa en homenaje al golpe de Estado franquista, a pesar de que lo prohíbe expresamente la Ley de Memoria Histórica de 2007.