Expertos destapan hasta siete puntos de Putin para ganar la guerra
"Es hora de quitarle algunas cartas a Putin antes de que sea demasiado tarde", advierte un alto funcionario europeo.

Mientras los 32 jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN se reúnen este miércoles en La Haya para discutir un aumento histórico en el gasto militar, la figura central del encuentro ni siquiera estará presente: Vladímir Putin. Desde Moscú, el líder ruso ha obligado a Occidente a replantearse su seguridad y acelerar su rearme. El conflicto en Ucrania, lejos de apagarse, se proyecta como una amenaza cada vez más global.
"Dondequiera que pise un soldado ruso, eso nos pertenece", proclamó Putin este fin de semana en el Foro Económico de San Petersburgo, reafirmando su visión expansionista. Desde su punto de vista, "toda Ucrania es nuestra", y posiblemente también otras zonas que, según su retórica, históricamente pertenecen al mundo ruso.
Más allá de las palabras, Putin cuenta con siete bazas estratégicas que explican por qué sigue siendo una amenaza real y presente:
- Poder militar creciente. Desde 2022, la producción de armas en Rusia se ha duplicado o triplicado, financiada en parte por los ingresos del petróleo. Moscú destina actualmente el 8% de su PIB a defensa y produce más de 1.700 tanques al año, frente a los 50 que fabrican en conjunto Alemania, Francia, Reino Unido y Polonia.
- Ventaja en un alto el fuego. Incluso una pausa en los combates en Ucrania podría beneficiar a Rusia, al permitirle reconstituir fuerzas y prepararse para nuevas ofensivas, posiblemente contra miembros de la OTAN.
- Kaliningrado y las armas nucleares. Con un alto el fuego, Moscú podría conectar territorialmente con Kaliningrado y aislar a los países bálticos. Se cree que en este enclave hay ya ojivas nucleares listas para ser usadas.
- Desunión europea. Europa sigue dividida política y militarmente. Opera con cerca de 180 sistemas de armas distintos, lo que dificulta la interoperabilidad y encarece la defensa. Mientras, Rusia avanza con una estructura unificada y eficiente.
- Incertidumbre en EEUU. El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca es una baza para Putin. El mandatario estadounidense ha debilitado la confianza transatlántica y podría abandonar a sus aliados europeos en caso de conflicto.
- Apoyo internacional. Es evidente que Rusia no está sola. Putin ha reforzado la cooperación militar y técnica con China, India, Indonesia, Vietnam, África y América Latina. "Solo hay que sumar la proporción de población mundial que representan los socios de Putin", advierten varios analistas a Focus.
- Narrativa de un Occidente en decadencia. Según Putin, Occidente está en declive moral, político e ideológico. Esta convicción alimenta su propaganda interna y da sustento a su política exterior agresiva.
Los expertos aseguran que la amenaza es real y avisan de que Rusia podría atacar a un país de la OTAN tan pronto como en 2029. En este contexto, la reunión de La Haya cobra un carácter urgente. El rearme ya no es una opción ideológica, sino una necesidad estratégica. Como señala un alto funcionario europeo: "Es hora de quitarle algunas cartas a Putin antes de que sea demasiado tarde".