Putin acelera la "picadora de carne" en el frente con un perverso objetivo: lograr un mejor acuerdo
Moscú intensifica su estrategia de desgaste con la vista puesta en las negociaciones con Estados Unidos en Arabia Saudí, ganar terreno en Ucrania y forzar concesiones.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, quiere ganar tiempo en la mesa para la negociación de un posible acuerdo de paz que ponga fin a la guerra en Ucrania. Un acuerdo que se ha empezado a fraguar con la reunión entre las delegaciones de Washington y Moscú que se han visto las caras este martes en Riad. Un encuentro que ha despertado temores en Kiev y entre sus aliados de que las concesiones a Moscú dejen a Europa expuesta a un Kremlin con capacidad de ataque y que, como publica The Paper, no ha dudado en intensificar el uso de una táctica militar tan brutal que se le ha dado el nombre de "picadora de carne".
Según explica el medio británico, Moscú está utilizando sus tropas como carne de cañón para asegurarse una posición de fuerza en las negociaciones de paz con Estados Unidos. Mientras los drones rusos siguen atacando Ucrania y las tropas avanzan posiciones en la región de Donbás, Putin parece dispuesto a sacrificar a miles de su soldados por obtener ganancias marginales en el campo de batalla. Según las autoridades ucranianas, las bajas rusas superan las 859.000, un número escalofriante que refleja la estrategia de desgaste que Moscú ha adoptado desde el fracaso de la contraofensiva ucraniana de este otoño.
El pasado lunes, de madrugada, Rusia lanzaba sobre el territorio ucraniano un ataque con más de cien drones. Esta última iniciativa militar del ejército ruso coincide, por otra parte, con las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien insinuaba que las nuevas fronteras ucranianas podrían trazarse sobre la actual línea del frente.
"Desde el fracaso de la contraofensiva ucraniana en otoño, las fuerzas rusas han impuesto el ritmo del combate. Ucrania ha tenido que replegarse tácticamente y, en algunas zonas, Rusia ha conseguido ampliar su control territorial", ha explicado al cita medio el analista de defensa Alex Lord. En 2024, Moscú logró hacerse con 4.000 kilómetros cuadrados de territorio ucraniano, una superficie mayor a la del condado de Cornualles, en Reino Unido. No obstante, según Ucrania, el precio que ha pagado el Kremlin ha sido altísimo: 430.000 soldados rusos muertos en 2024, frente a los 250.000 de 2023.
Los expertos apuntan a que el número de bajas rusas es la clave de sus avances. Moscú ha optado por una estrategia de desgaste en lugar de maniobras sofisticadas. "En vez de rodear ciudades y forzar la rendición de las unidades ucranianas, las tropas rusas están lanzando ataques frontales y continuos", ha detallado Lord. Esta táctica ha provocado un altísimo coste humano para Rusia, pero también ha obligado a Ucrania a redistribuir su ya mermada fuerza militar.
Uno de los avances más significativos ha sido la captura de Kurajove, una localidad rica en recursos en el este de Ucrania. Sin embargo, las conquistas de la estrategia rusa se han hecho más evidentes en Velyka Novosilka, donde las fuerzas ucranianas se ha visto obligadas a una retirada rápida en enero. "En otras localidades, los soldados ucranianos han luchado palmo a palmo, pero en Velyka Novosilka se replegaron rápidamente. Esto indica que calcularon que el coste de defender la ciudad era demasiado alto ante el peso de los ataques rusos", ha señalado Lord.
El factor determinante de esta ofensiva rusa es su superioridad numérica. En septiembre de 2024, Putin ordenó aumentar el contingente militar en 180.000 soldados, lo que situó el total de efectivos de las Fuerzas Armadas rusas en 2.389.130, de los cuales 1,5 millones son tropas activas. Además, Corea del Norte ha enviado aproximadamente 12.000 soldados en apoyo de Rusia.
Mientras tanto, Ucrania cuenta con unos 980.000 efectivos. Con una fuerza menor, Kiev ha optado por una estrategia más cautelosa. En diciembre, el presidente Zelenski cifró en 43.000 las bajas ucranianas, aunque Trump elevó ese número a 400.000. Aun así, según las cifras más altas, las pérdidas rusas duplicarían las de Ucrania, pero para Kiev cada baja se siente con más intensidad debido a su menor población. "Putin apuesta por alargar la guerra para que Ucrania se enfrente a un problema de falta de mano de obra", dice Lord.