Quién es Mark Carney, el banquero que será primer ministro de Canadá y deberá bregar con Trump
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Quién es Mark Carney, el banquero que será primer ministro de Canadá y deberá bregar con Trump

El gobernador del Banco de Canadá será el nuevo presidente canadiense hasta que haya elecciones, después de ganar las primarias del Partido Liberal canadiense.

Mark Carney después de ganar el liderazgo del gobernante Partido LiberalBlair Gable

El economista canadiense Mark Carney toma las riendas del Partido Liberal de Canadá y está previsto que en las próximas horas sustituya al ahora primer ministro Justin Trudeau y asuma el control también del país en un momento clave. Con una trayectoria impecable en el Banco de Canadá y el Banco de Inglaterra, su aterrizaje en la política se produce en un momento crítico:  la crisis económica derivada de la guerra comercial que ha abierto Donald Trump con la subida de aranceles y, también, frenar las pretensiones del inquilino de la Casa Blanca de convertir al país vecino en el estado número 51 de Estados Unidos.  Sin haber ocupado un escaño en el Parlamento canadiense, Carney asume el liderazgo de los liberales con un objetivo: estabilizar el Gobierno y frenar la caída en las encuestas.

La dimisión en diciembre de la viceprimera ministra y también ministra de Finanzas canadiense, Chrystia Freeland, como consecuencia del enfrentamiento con el primer ministro Justin Trudeau por la gestión económica del país, desató una crisis interna en el Partido Liberal que este domingo ha culminado con la elección de Mark Carney como líder de la formación liberal.

Con el 85,9 % de los votos de los militantes, Carney ha arrasado en las primarias del Partido Liberal frente a una oposición cuyos resultados han sido testimoniales. Su principal rival, Chrystia Freeland, apenas ha alcanzado el 8 % de las papeletas, mientras que Karina Gould y Frank Baylis, tercer y cuarto lugar respectivamente, han obtenido un 3,2 % y un 3 % de apoyo.

Con esta victoria, Carney también supera el resultado de su predecesor en el cargo, Justin Trudeau, quien en el año 2013 conseguia su victoria en las primarias, aunque con poco más del 80% de los votos. Esta noche, ha hablado por última vez como líder de los liberales defendiendo el trabajo de su formación para "hacer que este país sea aún mejor" y, ahora, en "un momento decisivo para la nación", como ha reconocido, ha dado la bienvenida a su sucesor en el cargo: "Su país los necesita ahora más que nunca", ha señalado ante los seguidores del Partido Libreral para celebrar el resultado electoral.

Enfrentamiento directo con Trump

Desde su primer discurso, Carney ha dejado claro que su Gobierno no cederá ante la presión de la administración Trump. "Mi Gobierno pondrá en acción un plan para construir una economía más fuerte y nuevas relaciones comerciales con socios fiables", aseguró tras su victoria. En el centro de su estrategia está la imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses como respuesta a las medidas proteccionistas de Washington.

"No pedimos esta pelea, pero los canadienses siempre están listos cuando alguien se quita los guantes", declaró, recurriendo a una metáfora del hockey sobre hielo, el deporte nacional. "En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará".

Carney ha insistido en que las políticas de Trump amenazan directamente la soberanía canadiense. "Trump piensa que puede debilitarnos con su plan de dividir y conquistar", afirmó en su discurso. "La división no ganará una guerra comercial. La división no pagará el alquiler ni la hipoteca. La división no bajará el precio de los alimentos. La división no hará fuerte a Canadá".

El nuevo primer ministro también ha dejado claro que su administración tomará medidas concretas para contrarrestar las amenazas económicas. "No podemos cambiar a Donald Trump, pero sí podemos cambiar nuestra estrategia frente a él", afirmó. "Las nuevas amenazas exigen nuevas ideas y un nuevo plan".

Carney ha subrayado que su gobierno redoblará los esfuerzos por reforzar la economía nacional y diversificar las relaciones comerciales. "Con un liderazgo positivo, construiremos una economía más fuerte, crearemos nuevas relaciones comerciales con socios fiables y aseguraremos nuestras fronteras", aseguró. Su mensaje es claro: Ottawa no permitirá que Trump debilite la economía canadiense sin una respuesta contundente.

Un banquero experto en la gestión de crisis

Carney no es ajeno a los escenarios de incertidumbre. Su gestión en el Banco de Canadá durante la crisis financiera de 2008 evitó que el país sufriera los peores efectos del colapso global. Su papel en el Banco de Inglaterra fue igualmente determinante en la estabilización del Reino Unido tras el referéndum del Brexit y durante la primera fase de la pandemia de covid-19.

Nacido hace 59 años en Fort Smith, una localidad remota del noroeste de Canadá, Carney se formó en Harvard y Oxford antes de hacer carrera en Goldman Sachs. Su perfil técnico y su discurso pragmático le han valido el respeto de los mercados, pero ahora enfrenta un desafío diferente: conectar con los votantes y consolidar su liderazgo en un partido en crisis.

Su llegada al poder no resuelve la fragilidad del Gobierno liberal. Sin una base parlamentaria sólida y con la oposición lista para derribarlo, Carney tiene pocas opciones: convocar elecciones en abril o arriesgarse a una moción de censura.

Más allá del pulso con Trump, su mayor reto será convencer a los canadienses de que es algo más que un tecnócrata en tiempos de crisis. En un escenario político cada vez más polarizado, el exbanquero debe demostrar que puede ser un líder político con una visión de futuro y no solo un gestor de emergencias. Por ahora, su discurso es firme: "Canadá nunca será parte de Estados Unidos, de ninguna forma".

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