Rascan bajo las cifras de Putin y los expertos alertan ante la evidencia: "La verdad es completamente diferente"
"Macroeconómicamente las cosas están bien, pero los desafíos económicos ocultos que enfrenta el gobierno están creciendo".

Tres años después de que comenzara la invasión de Ucrania, la economía rusa sufre problemas significativos. Los informes nacionales destacan que en 2024 se produjo un crecimiento del PIB del 4,1%, superando las previsiones del gobierno. De hecho, el primer ministro, Mijaíl Mishustin, lo calificó como un "récord histórico". Pero los expertos coinciden en que esta cifra oculta aspectos probelmáticos.
El crecimiento económico registrado se ha visto impulsado principalmente por el gasto en armamento, lo que ha generado una demanda artificial en la economía, mientras que otros sectores como la producción civil han quedado rezagados. Así, aunque los indicadores macroeconómicos lucen bien, la realidad es que las inversiones en defensa han ocupado una gran parte del gasto estatal, representando una quinta parte dle cremiciemiento del PIB.
"El gobierno paga enormes cantidades de dinero a las fábricas de armas, creando así demanda en la economía. Sin embargo, el sector civil no está en condiciones de satisfacer las necesidades de los compradores, explica Iwona Wiśniewska, del Centro de Estudios Orientales, en declaraciones recogidas por Money.pl.
En este sentido, el Banco Central de Rusia ha advertido que el crecimiento se desacelerará en 2025, anticipando los efectos negativos en el sector bancario y entre las empresas. La nfalción y las altas tasas de interés, que rondan el 21%, limitan las posibilidades de inversión y crecimiento en otros sectores.
Cambios en la economía: afectados y beneficiarios
A pesar de los problemas económicos que atraviesa Rusia, algunos sectores de la población, como los trabajadores del sector militar y las empresas que sufren la escasez de mano de obra, han experimentado aumentos salariales. Por el contrario, los pensionistas y empleados del sector público se han visto afectados de forma negativa, ya que sus pensiones y sueldos no han han seguido el ritmo del aumento real de los precios, lo que ha provocado una caída en sus poder adquisitivo.
La industria rusia también ha cambiado. La escasez de productos occidentales ha impulsado a los ciudadanos a recurir a productos chinos o locales. Aunque el iPhone sigue siendo un artículo de deseo, los rusos que aún logran adquirirlo deben enfrentarse a la falta de soporte y actualizaciones.
