Rusia cambia de estrategia y mantiene a más de 100.000 soldados cerca de una ciudad clave en Ucrania
El Kremlin acentúa su posición en una zona clave, aunque expertos militares aseguran que no será suficiente.

Pokrovsk, una ciudad ucraniana de tamaño medio con una importancia militar desproporcionada, se ha convertido en el nuevo epicentro de la guerra. Situada en la región oriental de Donetsk, la ciudad lleva casi un año resistiendo los embates rusos, pese a los repetidos intentos de capturarla mediante ataques directos. Ahora, sin embargo, Moscú ha redoblado su apuesta.
Según confirmó recientemente el jefe de defensa ucraniano, Oleksandr Syrskyj, Rusia ha concentrado cerca de 111.000 soldados en las inmediaciones de Pokrovsk, lo que marca un giro significativo en la estrategia del Kremlin. El alto mando ucraniano asegura que, pese a esta masiva concentración de tropas, las líneas defensivas siguen firmes. “El enemigo intenta cruzar los límites administrativos de Donetsk. Sus grupos de asalto han sido rechazados”, señaló Syrskyj tras visitar el frente.
La zona en torno a Pokrovsk se ha convertido en uno de los puntos más calientes de los 1.200 kilómetros de frente. Se registran allí más de 50 enfrentamientos diarios, según las autoridades ucranianas. La ciudad no solo tiene un valor simbólico: sus infraestructuras ferroviarias y de carreteras conectan varios centros logísticos clave. Su caída podría abrirle a Rusia el camino para profundizar su avance en Donetsk.
Aunque el número de tropas rusas desplegadas parece elevado, expertos como Anders Puck Nielsen, analista militar en la Academia de Defensa Danesa, creen que no es descabellado. "No me sorprende la cifra, aunque no estoy convencido de que sea suficiente para tomar Pokrovsk", comentó Nielsen, quien recuerda que ofensivas rusas similares, como la de la región de Sumy con 70.000 hombres, acabaron sin resultados.
En su intento de capturar Pokrovsk, Rusia ha dejado atrás los ataques frontales, una táctica que fracasó en ciudades como Bajmut. En cambio, el ejército ruso parece ahora centrado en rodear la ciudad desde el sur y el noreste, buscando debilitar gradualmente las posiciones ucranianas.
Este cambio de estrategia también responde al desgaste sufrido por las fuerzas rusas en otros frentes. Una operación sorpresa ucraniana en la región rusa de Kursk, el pasado agosto, obligó al Kremlin a replegar 63.000 soldados rusos y 7.000 combatientes norcoreanos. Según Syrskyj, ese movimiento alivió la presión en zonas como Pokrovsk y permitió reagrupar las fuerzas ucranianas.
El uso intensivo de drones por parte de Ucrania ha sido determinante para frenar los avances rusos. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), la defensa con drones fue clave para impedir el asalto frontal ruso sobre Pokrovsk. La tecnología no solo se usa para ataque, sino también para vigilancia y sabotaje.
En palabras de Syrskyj, el futuro de la resistencia ucraniana pasa por mantener la superioridad en drones y atacar con precisión las reservas rusas a distancia. También subrayó la necesidad de innovar en la neutralización de drones de reconocimiento rusos, usando herramientas de guerra electrónica y drones FPV de fabricación casera.
Expertos como Emilie Berthelsen, investigadora en innovación militar, coinciden en que el campo de batalla actual está dominado por los drones. “Hoy ya se emplean enjambres coordinados de drones en aire, mar y tierra. El desarrollo es tan veloz que ha cambiado completamente la forma de combatir”, explicó Berthelsen a medios daneses.
Desde que comenzó la invasión a gran escala en 2022, los drones han reemplazado al tanque como símbolo del conflicto. Según algunos informes, hasta el 80% de las bajas rusas actuales se atribuyen a ataques con estos dispositivos. Una cifra impensable al inicio de la guerra. Mientras tanto, Pokrovsk resiste. Y en esa resistencia se juega no solo una ciudad, sino buena parte del equilibrio militar del este de Ucrania.