Un dron acaba con la temida arma abrasadora rusa
Las fuerzas armadas de Ucrania han destruido un lanzallamas termobárico ruso TOS-1A que operaba en el sector de Avdiivka.

Las fuerzas armadas de Ucrania han destruido un lanzallamas termobárico ruso TOS-1A que operaba en el sector de Avdiivka, según han mostrado las imágenes publicadas en Telegram por un soldado ucraniano del grupo Balu HUB y ha informado el medio La Razón.
El pesado sistema de lanzallamas probablemente fue alcanzado por un dron convencional con explosivos. El TOS-1A Solntsepyok, que podría traducirse como "sol abrasado", era empleado por las tropas rusas para para destruir vehículos blindados ligeros, mano de obra y fortificaciones, según explica el mismo medio.
Desde el TOS-1A disparaban cohetes de unos 220 mm y de hasta 200 kg de peso. Esta es un arma efectiva contra estructuras, fortificaciones y vehículos blindados ligeros y asegura la destrucción de todas las personas que se hallen al descubierto en un área de 40.000 m².
Está montado sobre un chasis de tanque T-72 en el que sustituye la torreta por un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes con 24 cañones de 220 mm y 3,72 metros de longitud que también admite munición no guiada.
Pero el TOS-1A destaca por el uso de cohetes termobáricos, que es lo que le da la consideración de sistema lanzallamas. Estos cohetes son también conocidos como explosivos combustible-aire o bombas de vacío, ya que cuando impacta en su objetivo libera una mezcla de combustible y aire que forma una nube. Esta entra en combustión generando una bola de fuego con temperaturas de hasta 3.000 grados y una sobrepresión de 3 megapascales en su interior.
Las víctimas de un cohete termobárico pueden morir incinerados instantáneamente en la bola de fuego, por el impacto de la onda expansiva o por asfixia, según explica el mismo medio. Su uso, agrega, es particularmente destructivo en un entorno de guerra urbana.