El pueblo de Mallorca en el que tener más de tres mascotas en casa está castigado con multas de 3.000 euros
Una medida pionera que busca el bienestar de los animales.
En España hay más de 47 millones de personas y cerca de 27 millones de mascotas, esto supone que el 40% de los hogares tienen al menos un animal de compañía, según recoge el estudio ‘A Better World for Pets: Radiografía de las mascotas en España’ elaborado por MARS. Dentro de esta estadística hay quienes tienen más de una mascota por hogar, llegando incluso en algunos casos a superar en número los animales a los humanos.
En este contexto, un pequeño municipio mallorquín se ha convertido en el centro de debate sobre la tenencia responsable de animales en casa. En Llubí se ha puesto en marcha una ordenanza municipal sobre bienestar animal que fija un techo de tres animales de compañía por vivienda en el casco urbano. A su vez, contempla sanciones que, en los casos más graves, podrán alcanzar los 3.000 euros.
Según el texto publicado por el Ayuntamiento, y recogido por Mallorca Diario, el límite se amplía hasta cinco mascotas en viviendas unifamiliares o fincas rurales, siempre que las características del inmueble y del entorno garanticen el bienestar de los animales. La norma busca atajar problemas de convivencia y de salubridad derivados del aumento de tenencia de animales sin control, pero ha abierto un debate entre vecinos y colectivos animalistas.
Más allá de las sanciones
La ordenanza incorpora además obligaciones concretas para prevenir la reproducción descontrolada y gestionar las colonias felinas: la esterilización de los gatos con acceso al exterior es obligatoria, y se promueve la gestión mediante el método CER (Captura, Esterilización y Retorno). El Ayuntamiento justifica estas medidas como coherentes con la legislación estatal en materia de bienestar animal, que impulsa la identificación, control de la cría y programas de esterilización.
A su vez, la ordenanza establece prohibiciones de acceso de animales a zonas infantiles, parques o espacios de juego, así como la permanencia prolongada en balcones o terrazas pequeñas, especialmente en viviendas inferiores a 50 metros cuadrados. Con ello se busca evitar situaciones de estrés animal, ruido o molestias al vecindario. En cuanto al régimen sancionador, la norma clasifica las infracciones en leves, graves y muy graves.
Las sanciones oscilan desde multas de hasta 750 euros en los casos leves, pasando por importes entre 750 y 1.500 euros para infracciones graves, hasta los 3.000 euros para las faltas consideradas muy graves, como superar el máximo de animales permitido. Además de la multa, la ordenanza contempla medidas complementarias como la reducción forzosa del número de animales o la retirada temporal por parte de las autoridades.
Algunos propietarios y asociaciones piden una mayor claridad sobre los plazos para regularizar situaciones previas y sobre cómo se distinguirá entre crianzas responsables y casos de acumulación negligente. Por ello, organizaciones y protectoras han reclamado diálogo para que la aplicación de la norma no penalice a familias responsables ni dificulte el trabajo de las entidades que gestionan colonias felinas y de acogida.