El veneno de estas serpientes mortales muy temidas salva miles de vidas gracias a la unión de científicos y ciudadanos
Lo que no te mata te hace más fuerte...

Dicen que lo que no mata te hace más fuerte y eso es algo que los investigadores de Australia conocen bien, pues gracias al veneno de serpientes y arañas han conseguido crear diversos antídotos que ahora salvan la vida de miles de personas.
En este sentido, según relata BBC Mundo, el Parque Australiano de Reptiles se sitúa en cabeza con un programa, creado en 1981, que ha conseguido transformar el miedo en una ayuda para la salud pública. De hecho, desde el año en el que comenzó el programa no se ha registrado ninguna muerte por picadura de araña en el territorio australiano.
Para ello, ha resultado fundamental la colaboración ciudadana, que ha ido capturando y entregando arañas de embudo que encontraban en el exterior, pues sin ellas no sería posible la producción de antídotos. El proceso comienza en la "sala de ordeño de arañas", donde la cuidadora especializada y bióloga marina del centro, Emma Teni, extrae el veneno de los animales, pudiendo recolectar en un solo día hasta 80 ejemplares.
Aunque las arañas cuentan con una cantidad limitada y reducida de veneno, su potencia es tan grande que pueden resultar letales para el ser humano. Por ello, para poder obtener un solo vial de antídoto se necesitan unas 200 arañas, que por lo general suelen ser machos (pues son entre seis y siete veces más tóxicos que las hembras, que se reservan para un programa de cría).
Junto con el veneno de las arañas, el parque también suministra veneno de serpientes a la administración australiana, lo que ha contribuido a reducir las muertes por picadura de este animal a entre una y cuatro por año. Sin embargo, en estos casos el modus operandi es algo diferente, pues el veneno recolectado se almacena y se liofiliza antes de enviarse al laboratorio donde posteriormente se transforma en antídotos.
El proceso de producción puede tardar hasta 18 meses y antes de su distribución se prueba primero en caballos (para el antídoto contra serpientes) y conejos (el de araña de embudo). Primero se administran dosis controladas para favorecer la producción de anticuerpos. Después, se extrae el plasma hiperinmune que se purifica y se embotella.
Uno de los obstáculos en este sentido, según explicó Jules Bayliss, responsable del equipo de desarrollo de antídotos en CSL Seqirus, es el de asegurar la disponibilidad de los antídotos en aquellas zonas más remotas y rurales, donde además el peligro de encontrarse con algunas de estas especies nombradas es aún mayor. Las estimaciones de BBC Mundo aseguraron que gracias a estas aplicaciones se han salvado cerca de 2.000 vidas allí.