Ángel Riera, catalán que elabora miles de panes ecológicos en un pueblo de Navarra de 15 habitantes: "La constancia, la paciencia y el amor son la clave de todo éxito"
Se trata de la primera panadería totalmente ecológica de la región.

Desde la cima del cerro, Arguiñáriz parece un pueblo pequeño y de lo más tranquilo. Pero al acercarse, el silencio se quiebra por un olor potente y cálido: pan recién hecho. Ese aroma conduce hasta un obrador de piedra con un cartel que da la bienvenida en euskera: “Ongi etorri. Pan de Arguiñáriz”. Allí trabaja desde hace décadas Ángel Riera, natural de Tarragona, que hoy lidera una panadería ecológica conocida en buena parte del norte de España.
Este pequeño establecimiento elabora entre 500 y 1.000 hogazas al día, una producción artesana a base de masa madre y harinas ecológicas de distintos cereales. Lo que comenzó como el modesto suministro de pan para una comunidad que, hace más de cuatro décadas, decidió rehabilitar un pueblo navarro casi abandonado, un núcleo que hoy apenas reúne a 15 habitantes, ha evolucionado hasta transformarse en una sólida empresa familiar.
Cada pieza se amasa y se corta a mano, siguiendo un proceso lento y cuidadoso que respeta los tiempos naturales de fermentación y que ha convertido al obrador en un referente para quienes buscan un pan honesto y sin aditivos. Hace tiempo que este local dejó de ser exclusivo de Arguiñáriz, ya que ahora su pan llega a tiendas y supermercados de Navarra, La Rioja y el País Vasco, en parte gracias a acuerdos con distribuidores como Eroski.
Artesanal y ecológico
“Nunca imaginé que este humilde proyecto pudiera llegar a convertirse en lo que es hoy. La constancia, la paciencia y el amor son la clave de todo éxito”, cuenta Ángel Riera en declaraciones recogidas por Navarra Capital. Formado en Magisterio y con una experiencia dura en el trabajo social, decidió cambiar de rumbo: se fue en bicicleta con amigos hacia Francia en busca de otra forma de vida. Fue en una comunidad agrícola en el sur francés donde aprendió a hacer pan.
Aquel aprendizaje marcó el resto de su trayectoria ya que, de vuelta a Cataluña y luego instalado con un grupo de jóvenes en Arguiñáriz, puso en marcha un proyecto que combinaba rehabilitación del entorno, vida comunitaria y producción artesanal. Pan de Arguiñáriz se creó a principios de los años 80 y fue la primera panadería 100 % ecológica registrada en Navarra, desde entonces han apostado por moler cereal propio y por fórmulas sin aditivos.
Esa coherencia con la agricultura ecológica y la elaboración tradicional les ha valido reconocimientos en distintas ediciones del sector, el más reciente fue el Premios CPAEN/NNPEK 2025 en la categoría de ‘Toda una vida dedicada a la agricultura ecológica’, un galardón que subraya la trayectoria de un proyecto que combina oficio y compromiso con el territorio. Para Ángel, la distinción fue también la confirmación de que la apuesta por lo artesanal y lo ecológico puede mantenerse en el tiempo.
