El top 5 de aditivos alimentarios que deberías evitar

El top 5 de aditivos alimentarios que deberías evitar

Todos ellos están autorizados en la Unión Europea y se incluyen en el etiquetado de los productos.

Aditivos alimentarios varios en unos cereales.Szasz-Fabian

Evitar comer ultraprocesados, platos precocinados o embutidos son algunas de las recomendaciones para evitar los aditivos en la dieta. Sin embargo, muchos alimentos aparentemente saludables también los llevan y aunque su consumo sigue sin ser especialmente recomendable, la mayoría de ellos son considerados "seguros" en pequeñas dosis para la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

En este sentido, la nutricionista Isabel Velasco, conocida en TikTok como comiendoconhipocresia, ha hecho en la mencionada red social un top 5 de aditivos permitidos y presentes en alimentos comunes que habría que evitar. 

En su vídeo incluye en el número cinco los colorantes amarillos y naranjas, como el E-102 conocido como tartrazina, que algunos estudios han relacionado con la hiperactividad infantil. Sin embargo, una revisión de la EFSA consideró que las evidencias de este estudio eran poco consistentes, por lo que no vio necesario prohibir su ingesta ni reducirla, ya que no se podía demostrar cuál de los colorantes había provocado esta relación y los niños del estudio ya tenían TDAH. 

A pesar de esto, los productos con E-102 como los colorantes o sazonadores para paellas, entre otros muchos, deben incorporar una advertencia de que "puede tener efectos negativos sobre la actividad y la atención de los niños".

En el cuarto lugar incluye los potenciadores del sabor, el más conocido el E-621, glutamato monosódico, que se ha relacionado con la activación de receptores neuronales generando adicción y alterando las señales de saciedad en el cuerpo. El Comité Científico de la Alimentación Humana de la UE y la EFSA lo han considerado "seguro", aunque en el informe aseguran que "efectos tales como la alteración de las señales de saciedad del cuerpo o los casos de obesidad severa no fueron tenidos en cuenta". 

Velasco advierte que son más "peligrosos" porque se suele pensar que están únicamente en snacks, patatas fritas o ultraprocesados e "incluso está en productos que consideras saludables" como algunas carnes o encurtidos.

En el tercer lugar incluye los benzoatos, el más reconocido el E-211, el benzoato sódico, del que advierte que puede ser un potencial cancerígeno combinado con el ácido absórbico (vitamina C). Sin embargo, la EFSA ha señalado que "una ingesta diaria tolerable de benzoato sódico de 5 mg/kg de peso corporal al día" es segura. 

Sin embargo, personas con alergia al ácido salicílico pueden experimentar reacciones alérgicas. Velasco recuerda que este aditivo, que se encuentra especialmente en bebidas azucaradas, se está reduciendo, pero sigue presente. "A día de hoy las empresas han ido reformulando sus productos, algunos todavía los tienen", apunta.

En el número dos del top sitúa los carragenanos (E-407), unos espesantes obtenidos de las algas rojas que, a pesar de su origen natural "no es nada inocuo". Según recoge la OCU, la normativa europea lo limita a un "máximo del 5% de carragenanos degradados en el aditivo". 

Los estudios que lo han relacionado con el cáncer de colon y de estómago han llevado a la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) a clasificar los carragenanos degradados como un posible carcinógeno. Tal y como recoge la OCU, están prohibidos en ciertos productos de confitería por riesgo de asfixia y están autorizados solo en ciertos alimentos infantiles como postres y flanes.

Por último, en el número uno incluye el E-250, conocido como nitrito sódico, que tal y como señala Velasco, los nitritos en general que se encuentran especialmente en embutidos y productos cárnicos "interfieren en el transporte del oxígeno". Están prohibido en productos para niños por su especial sensibilidad. 

Tal y como recoge la OCU, la Agencia de Seguridad Alimentaria Francesa (ANSES)  ha hallado "una asociación entre el riesgo de cáncer colorrectal y la exposición a nitritos y/o nitratos, a través del consumo de fiambres". A pesar de esto, la EFSA señala que "los niveles de uso autorizados son suficientemente protectores".