Los chefs se ponen de acuerdo al señalar el ingrediente que da mayor espesor a las sopas
Los expertos apuntan un componente que, usado con inteligencia y moderación, es el que aporta cuerpo a los platos sin menguar el sabor del resto de productos.

Al hacer una sopa, el objetivo principal es que quede con textura aterciopelada que recubra la cuchara con todo el sabor de las verduras y el caldo. Y es que la sopa es un plato básico en la gastronomía de muchos países, precisamente por su sencillez, su bajo coste y su carácter reconfortante y saciante. Pero si nos queda demasiado líquida, aguada, no es nada apetecible y tampoco si resulta pesada por tener una espesa.
En busca del secreto de los mejores chefs para preparar la sopa en su punto, la publicación británica Express ha preguntado a diversos expertos. Y la conclusión es que existe una solución sencilla en la que todos los consultados coincidieron y probablemente todo el mundo tenga en la despensa. Se trata de incorporarle almidón. Es una macromolécula que está compuesta por dos polímeros distintos de glucosa y es un ingrediente fundamental en alimentos la patata, la pasta, el arroz o el pan.
Este ingrediente, usado con inteligencia y moderación, es el que prefieren los expertos, ya que aporta cuerpo sin dominar el sabor, y permite después aplicar la técnica adecuada para evitar grumos, texturas pegajosas o la pérdida de matices. Según ha explicado a esta publicación Sean Dell, chef ejecutivo de Horwood House, en Buckinghamshire, Inglaterra, esta solución es tan tradicional como efectiva. "A cualquier sopa que prepare, siempre le añado un par de patatas grandes, peladas y troceadas ; es un espesante natural y le da a la sopa una textura cremosa deliciosa", destaca este experto.
Sean aporta además unos consejos: no se debe añadir la harina directamente a la olla porque “puede quedar grumosa” y hay que tener cuidado de no usar demasiada maicena: “¡Se puede pasar de una sopa ligera a una muy espesa muy rápidamente!”.
Otro chez, John Burton-Race, el principal de The Nook On Five, respalda el mismo principio, la fécula de patata. "No le eches harina para espesarla. Se formarán grumos. En vez de eso, diluye una cucharadita de fécula de patata con un poco de agua y añádela directamente a la sopa", recomienda. Y añade que es excelente para caldos y sopas a base de carne, mientras que las sopas cremosas pueden simplemente requerir más crema.
En cuanto a la sopa de cebolla, especifica que espesa naturalmente sólo con usar más cebolla y otros platos clásicos, como el pistou (una salsa francesa parecida a la italiana de pesto) se pueden enriquecer con yema de huevo y crema; pero hay que asegurarse de retirarla del fuego primero, recomienda Burton-Race.
Pero no sólo las patatas pueden solucionar el problema de una sopa demasiado líquida. Lo comenta Lily Keeling, desarrolladora sénior de recetas en Green Chef UK, y señala otra opción también rica en almidón: las legumbres. "Añadir legumbres a una sopa actúa como espesante natural; al triturarlas o licuarlas se liberan los almidones, que espesan las sopas y salsas para lograr una consistencia suave y agradable; además, aportan fibra", resalta esta experta.
