Nadie quería sus 32 toneladas de patatas por "defectos estéticos" y un anuncio sencillo acaba con la mayoría vendidas en horas
De rechazo al éxito.
Jan Ryser, un agricultor de Golaten, en el cantón de Berna, había cosechado 32 toneladas de patatas, pero un inesperado rechazo de los mayoristas lo dejó con una montaña de tubérculos que no tenían cabida en los supermercados debido a "defectos estéticos". Las patatas no eran lo suficientemente bonitas para ocupar los estantes de las tiendas, pero aún eran perfectamente comestibles.
En lugar de rendirse o dejar que su cosecha se desperdiciara, Ryser ideó un plan audaz: decidió vender las patatas directamente a los consumidores. Puso un sencillo anuncio, ofreciendo bolsas de diez kilogramos a cambio de diez francos suizos (aproximadamente 10,74 euros), y abrió su granja al público.
Lo que ocurrió luego superó todas sus expectativas. En cuestión de horas, cientos de coches se alinearon en su granja. No solo buscaban comprar patatas, sino también enviar un mensaje contra el despilfarro alimentario. Ryser y su equipo se encargaron personalmente de cargar las bolsas en los maleteros de los visitantes, agradeciéndoles uno por uno por su apoyo.
En pocas horas, la mayor parte de la cosecha había desaparecido. "Vendimos 22 toneladas y recibimos más de 1800 pedidos. Estoy profundamente agradecido. Nunca esperé algo así. Es emocionante ver tanta gente apoyando a los agricultores", dijo Ryser, visiblemente emocionado por el gesto de la comunidad.
Muchos de los que llegaron a la granja no solo compraron para sí mismos, sino también para compartir con amigos, familiares y vecinos. Bernard, un ciudadano de origen francés, compró 100 kilos de patatas. "Es una pena que los supermercados descarten productos agrícolas por razones tan triviales. Compré para mí y para siete vecinos. Al menos de esta forma estamos ayudando a alguien que realmente lo merece", comentó.
El agricultor, que había temido ver cómo su trabajo se convertía en desperdicio, se encontró rodeado de personas dispuestas a apoyar su causa. La multitud que invadió su campo no solo estaba allí para comprar, sino para apoyar una causa mucho mayor: evitar que los alimentos perfectamente comestibles se tiraran por razones estéticas.