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Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

No contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento.

Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

No contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento.

Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

No contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento.

Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

No contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento.

Por qué el chocolate blanco no es realmente chocolate

No contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento.

Chocolate blanco partido en trozos.Dejana Batalovic

Parece chocolate, se vende como chocolate y muchos lo adoran como si fuera un manjar de postre. Sin embargo, la realidad es que el chocolate blanco no es chocolate de verdad. Aunque su nombre lo sugiere, su composición demuestra lo contrario.

El "boom" del chocolate blanco se remonta a los años 60, cuando Nestlé lanzó sus famosas barritas Galak o Milkybar, presentando al público un sabor completamente diferente, más dulce y cremoso. Sin embargo, es muy diferente al chocolate negro o con leche.

A diferencia de resto de chocolates, no contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento. Su receta es una mezcla de azúcar, lácteos y manteca de cacao, sin los componentes del grano que hacen el chocolate auténtico con propiedades beneficiosas.

Entonces, ¿qué es?

Este "chocolate" carece de los sólidos del cacao que aportan sabor, textura y los conocidos beneficios antioxidantes del chocolate real. Legalmente puede etiquetarse como tal en muchos países, pero teóricamente no lo es.

El chocolate blanco podría definirse mejor como un derivado del chocolate, más cercano a un dulce lácteo que a la tableta que esperas encontrar en una cata de chocolates gourmet. Su composición más común ronda el 55% de azúcar, 20% de manteca de cacao, 14% de sólidos lácteos y 3,5% de grasa láctea. Una combinación con un sabor dulce, pero muy alejado de la profundidad del cacao.

¿Y la salud?

Al no tener pasta de cacao, el chocolate blanco no aporta los mismos beneficios antioxidantes ni contiene teobromina, el estimulante natural del chocolate auténtico. En cambio, ofrece más azúcar y más grasa. Sin embargo, tiene su lado bueno ya que contiene vitamina A y calcio, debido a su base láctea.

Los expertos aconsejan, que al menos, quienes consuman que este dulce se aseguren de que sea de calidad. El auténtico chocolate blanco debe tener un color marfil, no blanco nuclear. Un tono demasiado blanco suele indicar el uso de grasas vegetales baratas o animales, en vez de manteca de cacao.

Parece chocolate, se vende como chocolate y muchos lo adoran como si fuera un manjar de postre. Sin embargo, la realidad es que el chocolate blanco no es chocolate de verdad. Aunque su nombre lo sugiere, su composición demuestra lo contrario.

El "boom" del chocolate blanco se remonta a los años 60, cuando Nestlé lanzó sus famosas barritas Galak o Milkybar, presentando al público un sabor completamente diferente, más dulce y cremoso. Sin embargo, es muy diferente al chocolate negro o con leche.

A diferencia de resto de chocolates, no contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento. Su receta es una mezcla de azúcar, lácteos y manteca de cacao, sin los componentes del grano que hacen el chocolate auténtico con propiedades beneficiosas.

Entonces, ¿qué es?

Este "chocolate" carece de los sólidos del cacao que aportan sabor, textura y los conocidos beneficios antioxidantes del chocolate real. Legalmente puede etiquetarse como tal en muchos países, pero teóricamente no lo es.

El chocolate blanco podría definirse mejor como un derivado del chocolate, más cercano a un dulce lácteo que a la tableta que esperas encontrar en una cata de chocolates gourmet. Su composición más común ronda el 55% de azúcar, 20% de manteca de cacao, 14% de sólidos lácteos y 3,5% de grasa láctea. Una combinación con un sabor dulce, pero muy alejado de la profundidad del cacao.

¿Y la salud?

Al no tener pasta de cacao, el chocolate blanco no aporta los mismos beneficios antioxidantes ni contiene teobromina, el estimulante natural del chocolate auténtico. En cambio, ofrece más azúcar y más grasa. Sin embargo, tiene su lado bueno ya que contiene vitamina A y calcio, debido a su base láctea.

Los expertos aconsejan, que al menos, quienes consuman que este dulce se aseguren de que sea de calidad. El auténtico chocolate blanco debe tener un color marfil, no blanco nuclear. Un tono demasiado blanco suele indicar el uso de grasas vegetales baratas o animales, en vez de manteca de cacao.

Parece chocolate, se vende como chocolate y muchos lo adoran como si fuera un manjar de postre. Sin embargo, la realidad es que el chocolate blanco no es chocolate de verdad. Aunque su nombre lo sugiere, su composición demuestra lo contrario.

El "boom" del chocolate blanco se remonta a los años 60, cuando Nestlé lanzó sus famosas barritas Galak o Milkybar, presentando al público un sabor completamente diferente, más dulce y cremoso. Sin embargo, es muy diferente al chocolate negro o con leche.

A diferencia de resto de chocolates, no contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento. Su receta es una mezcla de azúcar, lácteos y manteca de cacao, sin los componentes del grano que hacen el chocolate auténtico con propiedades beneficiosas.

Entonces, ¿qué es?

Este "chocolate" carece de los sólidos del cacao que aportan sabor, textura y los conocidos beneficios antioxidantes del chocolate real. Legalmente puede etiquetarse como tal en muchos países, pero teóricamente no lo es.

El chocolate blanco podría definirse mejor como un derivado del chocolate, más cercano a un dulce lácteo que a la tableta que esperas encontrar en una cata de chocolates gourmet. Su composición más común ronda el 55% de azúcar, 20% de manteca de cacao, 14% de sólidos lácteos y 3,5% de grasa láctea. Una combinación con un sabor dulce, pero muy alejado de la profundidad del cacao.

¿Y la salud?

Al no tener pasta de cacao, el chocolate blanco no aporta los mismos beneficios antioxidantes ni contiene teobromina, el estimulante natural del chocolate auténtico. En cambio, ofrece más azúcar y más grasa. Sin embargo, tiene su lado bueno ya que contiene vitamina A y calcio, debido a su base láctea.

Los expertos aconsejan, que al menos, quienes consuman que este dulce se aseguren de que sea de calidad. El auténtico chocolate blanco debe tener un color marfil, no blanco nuclear. Un tono demasiado blanco suele indicar el uso de grasas vegetales baratas o animales, en vez de manteca de cacao.

Parece chocolate, se vende como chocolate y muchos lo adoran como si fuera un manjar de postre. Sin embargo, la realidad es que el chocolate blanco no es chocolate de verdad. Aunque su nombre lo sugiere, su composición demuestra lo contrario.

El "boom" del chocolate blanco se remonta a los años 60, cuando Nestlé lanzó sus famosas barritas Galak o Milkybar, presentando al público un sabor completamente diferente, más dulce y cremoso. Sin embargo, es muy diferente al chocolate negro o con leche.

A diferencia de resto de chocolates, no contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento. Su receta es una mezcla de azúcar, lácteos y manteca de cacao, sin los componentes del grano que hacen el chocolate auténtico con propiedades beneficiosas.

Entonces, ¿qué es?

Este "chocolate" carece de los sólidos del cacao que aportan sabor, textura y los conocidos beneficios antioxidantes del chocolate real. Legalmente puede etiquetarse como tal en muchos países, pero teóricamente no lo es.

El chocolate blanco podría definirse mejor como un derivado del chocolate, más cercano a un dulce lácteo que a la tableta que esperas encontrar en una cata de chocolates gourmet. Su composición más común ronda el 55% de azúcar, 20% de manteca de cacao, 14% de sólidos lácteos y 3,5% de grasa láctea. Una combinación con un sabor dulce, pero muy alejado de la profundidad del cacao.

¿Y la salud?

Al no tener pasta de cacao, el chocolate blanco no aporta los mismos beneficios antioxidantes ni contiene teobromina, el estimulante natural del chocolate auténtico. En cambio, ofrece más azúcar y más grasa. Sin embargo, tiene su lado bueno ya que contiene vitamina A y calcio, debido a su base láctea.

Los expertos aconsejan, que al menos, quienes consuman que este dulce se aseguren de que sea de calidad. El auténtico chocolate blanco debe tener un color marfil, no blanco nuclear. Un tono demasiado blanco suele indicar el uso de grasas vegetales baratas o animales, en vez de manteca de cacao.

Parece chocolate, se vende como chocolate y muchos lo adoran como si fuera un manjar de postre. Sin embargo, la realidad es que el chocolate blanco no es chocolate de verdad. Aunque su nombre lo sugiere, su composición demuestra lo contrario.

El "boom" del chocolate blanco se remonta a los años 60, cuando Nestlé lanzó sus famosas barritas Galak o Milkybar, presentando al público un sabor completamente diferente, más dulce y cremoso. Sin embargo, es muy diferente al chocolate negro o con leche.

A diferencia de resto de chocolates, no contiene el ingrediente esencial que define a este icónico alimento. Su receta es una mezcla de azúcar, lácteos y manteca de cacao, sin los componentes del grano que hacen el chocolate auténtico con propiedades beneficiosas.

Entonces, ¿qué es?

Este "chocolate" carece de los sólidos del cacao que aportan sabor, textura y los conocidos beneficios antioxidantes del chocolate real. Legalmente puede etiquetarse como tal en muchos países, pero teóricamente no lo es.

El chocolate blanco podría definirse mejor como un derivado del chocolate, más cercano a un dulce lácteo que a la tableta que esperas encontrar en una cata de chocolates gourmet. Su composición más común ronda el 55% de azúcar, 20% de manteca de cacao, 14% de sólidos lácteos y 3,5% de grasa láctea. Una combinación con un sabor dulce, pero muy alejado de la profundidad del cacao.

¿Y la salud?

Al no tener pasta de cacao, el chocolate blanco no aporta los mismos beneficios antioxidantes ni contiene teobromina, el estimulante natural del chocolate auténtico. En cambio, ofrece más azúcar y más grasa. Sin embargo, tiene su lado bueno ya que contiene vitamina A y calcio, debido a su base láctea.

Los expertos aconsejan, que al menos, quienes consuman que este dulce se aseguren de que sea de calidad. El auténtico chocolate blanco debe tener un color marfil, no blanco nuclear. Un tono demasiado blanco suele indicar el uso de grasas vegetales baratas o animales, en vez de manteca de cacao.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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