El pueblito de Castilla La Mancha famoso por sus molinos que vio nacer a esta estrella de Hollywood
Un peculiar municipio de numerosos encantos.

Enclavado en el corazón de La Mancha, Campo de Criptana se alza sobre suaves colinas salpicadas de imponentes molinos de viento que evocan las aventuras de don Quijote. Este pintoresco municipio de Ciudad Real no solo ha inspirado a escritores y viajeros, sino que también vio nacer a la que llegaría a ser la primera actriz española en triunfar en la industria del cine de Hollywood.
Y es que el 10 de marzo de 1928 este pueblo manchego vio nacer a María Antonia Alejandra Vicenta Elpidia Isidora Abad Fernández, más conocida con su nombre artístico: Sara Montiel. Ahora el pueblo ha vuelto al foco internacional tras el estreno de la reciente miniserie documental Super Sara, dirigida por Valeria Vegas y disponible en HBO Max, que recupera la memoria de la estrella protagonista de películas como Veracruz o Serenade.
En la cima de la emblemática Sierra de los Molinos se alza el Molino Culebro, reconvertido en 1991 por la propia Montiel en un museo que repasa sus casi setenta años de carrera. En sus tres plantas pueden contemplarse más de 200 fotografías, trajes originales, carteles cinematográficos y hasta el legendario piano blanco que acompañó la grabación de “Fumando espero” en El último cuplé (1957).
Más que su estrella
Cada año, alrededor de 13.700 curiosos visitan el museo para rendir homenaje a la “gigante universal”, tal como reza la inscripción de la entrada. Aunque este no es el único encanto de Campo de Criptana, sino que el paisaje que rodea el museo está íntimamente ligado al imaginario cervantino. Su famosa Sierra de los Molinos se ubica en el cerro de la Paz, el origen del núcleo actual que se remonta al siglo XII.
De los 34 molinos que llegaron a moler cereal en este cerro, descrito por Miguel de Cervantes como “tierra de gigantes”, hoy sobreviven diez, entre ellos los históricos Burleta, Infante y Sardinero, declarados Bien de Interés Cultural. Desde la cumbre se divisa la llanura manchega y se revive la estampa de don Quijote enfrentándose a los molinos de viento, así como todavía se pueden apreciar restos arqueológicos de algunos de estos gigantes antiguos.
No obstante, Campo de Criptana no se limita a su herencia molinera y cultural. En su casco urbano, el Barrio de Albaicín conserva casas-cueva de cal blanco inmaculado, mientras que plazas como la Mayor, del Pozo Hondo o del Pósito invitan al paseo. De la misma forma destacan la iglesia renacentista de Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento barroco y el Pósito Real, que actualmente es el Museo Municipal.
