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El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

Es conocido como "el río traidor".

El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

Es conocido como "el río traidor".

El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

Es conocido como "el río traidor".

El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

Es conocido como "el río traidor".

El río catalán que nace en la vertiente mediterránea pero desemboca en el océano Atlántico

Es conocido como "el río traidor".

Estrecho de Gibraltar, vista aérea de la separación entre los continentes de Europa y África y la unión del Mar Mediterráneo y el Océano AtlánticoOSanchezPhoto

Casi todos los ríos que nacen en Cataluña acaban desembocando en el mar Mediterráneo. Sin embargo, hay una excepción que rompe esta regla geográfica. Se trata del río Garona, el único río catalán que fluye hacia el océano Atlántico.

Este singular río nace a 1.870 metros de altitud, en el corazón del Pirineo catalán, concretamente en la comarca del Valle de Arán, y realiza un largo recorrido de 647 kilómetros hasta alcanzar el estuario de La Gironda, en la costa atlántica francesa, tras atravesar ciudades como Tolosa y Burdeos.

Además, el Garona es un río excepcional tanto por su trayectoria como por su utilidad. Forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, lo que refleja la complejidad administrativa y ecológica del sistema hídrico pirenaico.

Un trayecto peculiar y una gran utilidad

A pesar de que el Garona discurre mayoritariamente por Francia, su nacimiento y un pequeño tramo inicial de su cuenca –alrededor del 1%, unos 578 km²– se encuentran en territorio español. El río traza una trayectoria hacia el noroeste, abandonando rápidamente el Valle de Arán para adentrarse en suelo francés, donde gana en caudal e importancia.

En su cabecera, el Garona recibe aportaciones de varios afluentes pirenaicos como el Varradòs y el Toran por la derecha, y el Aiguamòg, Valarties, Nere y Joeu por la izquierda. Gracias a la peculiar composición kárstica del macizo del Aneto, también recibe aguas subterráneas que cruzan la frontera natural del Pirineo. 

La naturaleza torrencial del Garona y su cauce encajado han sido aprovechados durante décadas para la producción de energía hidroeléctrica. En tan solo 50 kilómetros del curso alto del río se concentran más de 10 centrales hidroeléctricas, una infraestructura clave para la región. Además, forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, a pesar de que la cabecera del Garona no pertenece a dicha cuenca.

Casi todos los ríos que nacen en Cataluña acaban desembocando en el mar Mediterráneo. Sin embargo, hay una excepción que rompe esta regla geográfica. Se trata del río Garona, el único río catalán que fluye hacia el océano Atlántico.

Este singular río nace a 1.870 metros de altitud, en el corazón del Pirineo catalán, concretamente en la comarca del Valle de Arán, y realiza un largo recorrido de 647 kilómetros hasta alcanzar el estuario de La Gironda, en la costa atlántica francesa, tras atravesar ciudades como Tolosa y Burdeos.

Además, el Garona es un río excepcional tanto por su trayectoria como por su utilidad. Forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, lo que refleja la complejidad administrativa y ecológica del sistema hídrico pirenaico.

Un trayecto peculiar y una gran utilidad

A pesar de que el Garona discurre mayoritariamente por Francia, su nacimiento y un pequeño tramo inicial de su cuenca –alrededor del 1%, unos 578 km²– se encuentran en territorio español. El río traza una trayectoria hacia el noroeste, abandonando rápidamente el Valle de Arán para adentrarse en suelo francés, donde gana en caudal e importancia.

En su cabecera, el Garona recibe aportaciones de varios afluentes pirenaicos como el Varradòs y el Toran por la derecha, y el Aiguamòg, Valarties, Nere y Joeu por la izquierda. Gracias a la peculiar composición kárstica del macizo del Aneto, también recibe aguas subterráneas que cruzan la frontera natural del Pirineo. 

La naturaleza torrencial del Garona y su cauce encajado han sido aprovechados durante décadas para la producción de energía hidroeléctrica. En tan solo 50 kilómetros del curso alto del río se concentran más de 10 centrales hidroeléctricas, una infraestructura clave para la región. Además, forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, a pesar de que la cabecera del Garona no pertenece a dicha cuenca.

Casi todos los ríos que nacen en Cataluña acaban desembocando en el mar Mediterráneo. Sin embargo, hay una excepción que rompe esta regla geográfica. Se trata del río Garona, el único río catalán que fluye hacia el océano Atlántico.

Este singular río nace a 1.870 metros de altitud, en el corazón del Pirineo catalán, concretamente en la comarca del Valle de Arán, y realiza un largo recorrido de 647 kilómetros hasta alcanzar el estuario de La Gironda, en la costa atlántica francesa, tras atravesar ciudades como Tolosa y Burdeos.

Además, el Garona es un río excepcional tanto por su trayectoria como por su utilidad. Forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, lo que refleja la complejidad administrativa y ecológica del sistema hídrico pirenaico.

Un trayecto peculiar y una gran utilidad

A pesar de que el Garona discurre mayoritariamente por Francia, su nacimiento y un pequeño tramo inicial de su cuenca –alrededor del 1%, unos 578 km²– se encuentran en territorio español. El río traza una trayectoria hacia el noroeste, abandonando rápidamente el Valle de Arán para adentrarse en suelo francés, donde gana en caudal e importancia.

En su cabecera, el Garona recibe aportaciones de varios afluentes pirenaicos como el Varradòs y el Toran por la derecha, y el Aiguamòg, Valarties, Nere y Joeu por la izquierda. Gracias a la peculiar composición kárstica del macizo del Aneto, también recibe aguas subterráneas que cruzan la frontera natural del Pirineo. 

La naturaleza torrencial del Garona y su cauce encajado han sido aprovechados durante décadas para la producción de energía hidroeléctrica. En tan solo 50 kilómetros del curso alto del río se concentran más de 10 centrales hidroeléctricas, una infraestructura clave para la región. Además, forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, a pesar de que la cabecera del Garona no pertenece a dicha cuenca.

Casi todos los ríos que nacen en Cataluña acaban desembocando en el mar Mediterráneo. Sin embargo, hay una excepción que rompe esta regla geográfica. Se trata del río Garona, el único río catalán que fluye hacia el océano Atlántico.

Este singular río nace a 1.870 metros de altitud, en el corazón del Pirineo catalán, concretamente en la comarca del Valle de Arán, y realiza un largo recorrido de 647 kilómetros hasta alcanzar el estuario de La Gironda, en la costa atlántica francesa, tras atravesar ciudades como Tolosa y Burdeos.

Además, el Garona es un río excepcional tanto por su trayectoria como por su utilidad. Forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, lo que refleja la complejidad administrativa y ecológica del sistema hídrico pirenaico.

Un trayecto peculiar y una gran utilidad

A pesar de que el Garona discurre mayoritariamente por Francia, su nacimiento y un pequeño tramo inicial de su cuenca –alrededor del 1%, unos 578 km²– se encuentran en territorio español. El río traza una trayectoria hacia el noroeste, abandonando rápidamente el Valle de Arán para adentrarse en suelo francés, donde gana en caudal e importancia.

En su cabecera, el Garona recibe aportaciones de varios afluentes pirenaicos como el Varradòs y el Toran por la derecha, y el Aiguamòg, Valarties, Nere y Joeu por la izquierda. Gracias a la peculiar composición kárstica del macizo del Aneto, también recibe aguas subterráneas que cruzan la frontera natural del Pirineo. 

La naturaleza torrencial del Garona y su cauce encajado han sido aprovechados durante décadas para la producción de energía hidroeléctrica. En tan solo 50 kilómetros del curso alto del río se concentran más de 10 centrales hidroeléctricas, una infraestructura clave para la región. Además, forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, a pesar de que la cabecera del Garona no pertenece a dicha cuenca.

Casi todos los ríos que nacen en Cataluña acaban desembocando en el mar Mediterráneo. Sin embargo, hay una excepción que rompe esta regla geográfica. Se trata del río Garona, el único río catalán que fluye hacia el océano Atlántico.

Este singular río nace a 1.870 metros de altitud, en el corazón del Pirineo catalán, concretamente en la comarca del Valle de Arán, y realiza un largo recorrido de 647 kilómetros hasta alcanzar el estuario de La Gironda, en la costa atlántica francesa, tras atravesar ciudades como Tolosa y Burdeos.

Además, el Garona es un río excepcional tanto por su trayectoria como por su utilidad. Forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, lo que refleja la complejidad administrativa y ecológica del sistema hídrico pirenaico.

Un trayecto peculiar y una gran utilidad

A pesar de que el Garona discurre mayoritariamente por Francia, su nacimiento y un pequeño tramo inicial de su cuenca –alrededor del 1%, unos 578 km²– se encuentran en territorio español. El río traza una trayectoria hacia el noroeste, abandonando rápidamente el Valle de Arán para adentrarse en suelo francés, donde gana en caudal e importancia.

En su cabecera, el Garona recibe aportaciones de varios afluentes pirenaicos como el Varradòs y el Toran por la derecha, y el Aiguamòg, Valarties, Nere y Joeu por la izquierda. Gracias a la peculiar composición kárstica del macizo del Aneto, también recibe aguas subterráneas que cruzan la frontera natural del Pirineo. 

La naturaleza torrencial del Garona y su cauce encajado han sido aprovechados durante décadas para la producción de energía hidroeléctrica. En tan solo 50 kilómetros del curso alto del río se concentran más de 10 centrales hidroeléctricas, una infraestructura clave para la región. Además, forma parte del ámbito del Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, a pesar de que la cabecera del Garona no pertenece a dicha cuenca.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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