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Furor por las cornetas y tambores: de la pasión a fenómeno pop y la música urbana de Saiko, C. Tangana o Nathy Peluso

Furor por las cornetas y tambores: de la pasión a fenómeno pop y la música urbana de Saiko, C. Tangana o Nathy Peluso

La música cofrade ha dado un salto en los últimos años para popularizarse a través de 'samples' en música popular e incluso en series de ficción.

Imágenes de Saiko y de músicos de la banda de Cornetas y Tambores de Tres Caídas de Sevilla.Getty Images/El HuffPost

En el sexto episodio de la serie de Amazon Prime Video Su Majestad, la protagonista, Anna Castillo, una ficticia princesa Pilar de la monarquía española revisa su móvil para ver un vídeo del entierro de su madre. Lejos de sonar un himno marcial o el propio himno de España, se escucha la marcha El misterio, de la banda del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana (Sevilla). Esto podría resonar en cualquier calle andaluza, pero no es tan común escucharlo en ciudades como Madrid o Barcelona y menos aún en una producción de una compañía internacional.

Más allá de esta escena, las cornetas y tambores que suelen acompañar a pasos, tronos e imágenes religiosas en Semana Santa, cuaresma y el resto del año en las cofradías y procesiones llamadas de Gloria, han ido adquiriendo en los últimos años un carácter popular introduciéndose en la música urbana y pop.

Basta con escuchar temas como Demasiadas mujeres, de C. Tangana, que en su intro samplea la marcha El Amor de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Rosario de Cádiz o la canción de Saiko 3 Caídas, donde incluye El alma de Triana, de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y que llegó a situarse durante varias semanas en el top 10 de más escuchadas de Spotify a nivel nacional y su disco estuvo en el top 10 a nivel global de la plataforma.

De hecho, estas bandas acumulan cientos de miles de reproducciones en Spotify: Rosario de Cádiz cuenta con más de 168.000 oyentes mensuales y Tres Caídas con más de 120.000, seguida de cerca por otras como Las Cigarreras, también de Sevilla, con cerca de 116.000 oyentes mensuales.

Pero este fenómeno no se ha quedado únicamente a nivel nacional, la argentina Nathy Peluso también incluyó una marcha, concretamente La Soleá de la Banda de Cornetas y Tambores Vera Cruz de Los Palacios (Sevilla), en Aprender a amar, de su último disco, Grasa.

Este boom ha abarcado distintos estilos y propuestas, que van desde las más arraigadas a un sonido flamenco como puede ser la que hizo Lachispa para el Benidorm Fest 2025 con su canción Hartita de llorar o las más electrónicas como el mix de la marcha Eternidad de El Rosario de Cádiz que hicieron Califato 3/4 con Crîtto de la nabahâ o su reciente Çilençio inspirada en la marcha de Julio Vera, Silencio blanco, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas.

'Eternidad' como marca de turismo o llenar el Puro Latino: cómo llevar la música cofrade fuera de Andalucía

La popularización de las marchas de cornetas y tambores o agrupación musical no solo ha venido de la mano de la música urbana o popular, también han cobrado especial relevancia al participar en campañas publicitarias como la realizada en 2021 por Campofrío con la marcha A la gloria—aunque en este caso de agrupación musical concretamente de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes de Sevilla— o la de la Junta de Andalucía Andalusian Crush, lanzada en noviembre de 2023, que cuenta con la marcha Eternidad, y que llevó al Rosario de Cádiz a tocar en la plaza de Callao con motivo de la muestra Fitur en enero de 2024. 

"Fue una sorpresa total porque tenemos entendido que hubo una especie de concurso en el que se presentaron varias músicas totalmente distintas, unas de otras, y salió la idea por una marcha de Semana Santa y en este caso fue una marcha nuestra", explica a El HuffPost Sergio Figueroa, director de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Rosario de Cádiz. 

Para él, además del sello turístico que esto implica, tanto esta colaboración como la realizada con C. Tangana pueden servir para acercar la música cofrade fuera de Andalucía. 

"A raíz de ahí, a esas personas que no conocían la música cofrade o que no les prestaba ningún tipo de interés, a lo mejor hoy en día tienen la curiosidad de seguir conociendo más tipos de música cofrade, más tipos de marcha, porque hay millones y millones y millones. Quizás eso despierte la curiosidad de otro tipo de público, porque antes la música cofrade era muy selectiva y hoy en día está totalmente abierta a todo tipo de público, con lo cual yo creo que estamos de enhorabuena", reivindica.

"A esas personas que no conocían la música cofrade o que no les prestaba ningún tipo de interés, a lo mejor hoy en día tienen la curiosidad de seguir conociendo más tipos de música cofrade, más tipos de marcha, porque hay millones y millones y millones"
Sergio Figueroa, director de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Rosario de Cádiz.

Para Fran Ortiz, director musical de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas y compositor de marchas como Alma de Triana, el fenómeno ha llevado a que en Spotify el segundo lugar en el que más se escuchen las marchas de su banda sea Madrid, algo que él mismo consideraba "impensable".

"Siempre ha sido algo que se ha localizado mucho, y concretamente cada formación pues en la propia ciudad donde reside en cada uno. Pero si es verdad que con esto de la llegada de las redes sociales y toda la evolución que ha tenido la tecnología sobre nuestra vida han logrado que esto sea así", señala a El HuffPost. 

Para Ortiz, la llegada de Tres Caídas "a otros ámbitos que no son el cofrade, ya sea desde las aportaciones a espectáculos como los de Saiko, como los de Cantores de Híspalis como los de la ópera de Salvador Távora", que se salen del tradicional acompañamiento a procesiones religiosas, hacen que lleguen a un nuevo público. 

La musicóloga sevillana Claudia García recuerda que esta mezcla de músicas siempre se han dado en determinadas zonas de Andalucía. "Lo normal durante buena parte de mi vida era pasar al lado del río y escuchar a algunos componentes de bandas de cornetas y tambores que iban a ensayar ir tocando a corneta y tambor canciones de reguetón como podía ser La Gasolina o Pobre Diabla", señala y recuerda que estas formaciones fuera de Semana Santa o procesiones interpretan composiciones populares en cabalgatas y certámenes, ya sean villancicos, pasodobles o canciones pop.

García recuerda que estas composiciones procesionales, que se distinguen de las elaboradas para bandas de músicas, tienen un componente "épico", e incluso "recuerdan a películas de gladiadores, a la antigua Roma, aunque en realidad no era exactamente así la música que sonaba en la Antigüedad". "Sí que las cornetas o unas protocornetas estaban presentes en las legiones romanas para formar, pero no era la música que los historiadores nos han contado que sonaba normalmente", señala.

Además, apunta a que podría estar relacionado con un resurgir y una nueva apropiación del folclore en la música, muy arraigado en determinadas zonas de España. "Ha pasado y sigue pasando con el flamenco, más allá de Rosalía, C. Tangana y todo lo que ha atraído, pero también con la copla y otros géneros tradicionalmente mal llamados rancios", señala. 

"La música de cornetas y tambores está muy vinculada a las marchas marciales, a formaciones paramilitares que acompañaban a los pasos desde el siglo XIX como podrían ser la Banda de la Cruz Roja o la del Real Cuerpo de Bomberos. Aunque existieran antes del franquismo, todo ello para algunos ha estado vinculado a ese carácter castrense y a una ideología muy concreta, que ha pasado a reasignarse a la población de a pie", añade García, que compara el fenómeno, aun con sus particularidades, a nivel internacional con otros como pueden ser la revitalización de los corridos mexicanos.

"Lo normal durante buena parte de mi vida era pasar al lado del río y escuchar a algunos componentes de bandas de cornetas y tambores que iban a ensayar ir tocando a corneta y tambor canciones de reguetón como podía ser La Gasolina o Pobre Diabla"
Claudia García, musicóloga

"Estamos viviendo una vuelta hacia la raíz, todas las campañas que ha lanzado Cruzcampo últimamente, de reivindicar el acento, las raíces, esa música cofrade que se escucha por la calle, el flamenco... Es una búsqueda de lo propio que lleva más de cinco años gestándose y que lucha también contra una andalufobia, que sigue por desgracia existiendo", reivindica.

En muchos casos, esta colaboración con otros artistas se ha dado de forma fortuita, tal y como recuerda Figueroa, que asegura que no sabían bien ni quién era C. Tangana cuando les contactó para Demasiadas Mujeres

"Fue una auténtica sorpresa, porque en su momento el autor de la marcha, Sergio Larrinaga, que falleció en 2021, nos dijo que había una colaboración por parte de C. Tangana", señala y recuerda que se pusieron en contacto con él desde Sony Music. "Fui yo el que lo puse en contacto con el autor, y ya llegaron a un acuerdo ellos y utilizaron lo que es la marcha para lo que es el primer disco de C. Tangana, porque en ese momento nosotros no teníamos ni idea ni quién era", señala.

En el caso de Tres Caídas, el shock tanto a nivel de cifras como escénico para Ortiz fue actuar junto a Saiko en el Puro Latino. "Ha sido un desafío bastante distinto a la hora de ir a los conciertos y todo este tipo de cosas porque no estábamos acostumbrados a ir a lugares con tantísima gente. Los propios shows que se montan con todo lo que hay de iluminación, lanzallamas, láser... No es algo a lo cual los músicos estén acostumbrados a vivir como en el día a día", detalla. "Nosotros estamos acostumbrados a ir a un escenario, tocar en un sitio y que no haya nada que el único protagonista, por decirlo de alguna manera, sea la banda. Y ahí había un montón de cosas que hacían que el protagonista fuera el propio show", señala. "Hacía años que no me ponía nervioso por un concierto, esto son cosas que te sacan de tu zona de confort", añade.

Conflicto entre lo popular y lo cofrade

A pesar de la popularidad que han alcanzado ambas formaciones y la repercusión que han tenido las incursiones en la música urbana de la música cofrade, no quita a que cierto sector haya criticado que unas marchas procesionales se utilicen en canciones urbanas o que se "desacralicen".

Algo que para Ortiz no es algo nuevo: "Desde tiempos muy lejanos la música que suena en la Semana Santa viene de adaptaciones de otras músicas, ya sea de música del propio canto gregoriano o adaptaciones de corales o canciones de pop que se han ido adaptando para tocarlas detrás de los pasos. Al fin y al cabo, esto es un poco al contrario, lo que hemos hecho ha sido coger una música cofrade y se ha adaptado al ambiente urbano".

Para él, estos artistas han utilizado esta música en otro contexto distinto. "Eso no quiere decir que ya ni la pieza, ni la marcha, ni lo que sea, ya valga menos ni sea peor porque se haya utilizado para otro tipo de eventos", matiza y lo ve como algo "positivo" y como una "difusión a un público al que pensaba que no se iba a llegar". 

"Lo que estás abriendo, dándole unos abanicos de colores a la música, ofreciéndole unos sonidos que no eran los que estaban acostumbrados a la gente a escuchar", señala Ortiz, quien recuerda que su finalidad sigue siendo "tocar detrás de los pasos de Semana Santa", pero este tipo de colaboraciones no interfiere en su trabajo diario. "Si a la gente le gusta hacerlo y la gente disfruta, ¿por qué hay que ponerle vallas al campo?", añade.

"Al igual que los músicos urbanos, los músicos de Semana Santa nos hemos criado en la calle. Ahora todo se ha profesionalizado, pero antiguamente todo se hacía en la calle: se montaban las marchas en la calle, se aprendía en la calle..."
Fran Ortiz, director musical de la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas

De hecho, Ortiz cree que la música urbana y la de las cornetas y tambores tienen más símiles que diferencias. "Al igual que los músicos urbanos, los músicos de Semana Santa nos hemos criado en la calle. Ahora todo se ha profesionalizado, pero antiguamente todo se hacía en la calle: se montaban las marchas en la calle, se aprendía en la calle...", señala. "Son músicos urbanos también, son gente que han aprendido tocando en la calle, debajo de una farola, echándole muchísimas horas a un instrumento", enfatiza.

Figueroa coincide con su compañero y entiende que "a todo el mundo no le puede gustar nuestra música, o no todo el mundo está de acuerdo en que la música cofrade participe en otros géneros musicales". "Yo pienso que el libro de los gustos está en blanco", señala.

Para él, el emplear estas marchas en anuncios o campañas puede compararse con utilizar canciones dirigidas, por ejemplo, a un público infantil: "Lo que buscan es el atraer a la persona que ve o escucha alguna promoción". 

Figueroa recuerda que las marchas procesionales también están en continua evolución y las críticas que han recibido por Eternidad no es algo que no hayan recibido otras composiciones. "La Estrella Sublime, una de las marchas más populares, se escribió 100 años, y a lo mejor cuando se escribió era algo raro, algo totalmente distinto. Hoy en día cumple 100 años y está catalogada como una de las mejores marchas profesionales que hay", recalca. "A veces pienso que el tiempo da la razón", señala.

En su caso Eternidad suena en todas partes, desde raves o discotecas gracias al remix de Califato 3/4 a escenarios procesionales o campañas publicitarias. "La marcha desde que la montamos hace 14 o 15 años sigue siendo muy criticada, pero a la vez muy demandada. Hay algo que choca", señala. "Hay personas en el mundo del periodismo cofrade que la criticaban y, sin embargo, después está demandada y la ven en cualquier programa de radio, en cualquier promoción de algo cofrade, la marcha está ahí. Con lo cual algo bueno estaremos haciendo, digo yo", indica.

Una "moda" que no es nada nuevo, pero que ha cobrado fuerza

A pesar de este boom, las mezclas con marchas de Semana Santa en Andalucía llevan más de 20 años en el imaginario colectivo con incursiones en el breakbeat de DJ Karpin, con la Semana Santa según DJ Karpin, y otros tantos DJ locales. 

"El sonido de las cornetas y tambores, al ser rítmico y con una parte armónica sobre un beat que permite acelerarse ha hecho que siempre sea objeto de mezclas en la música electrónica. Pero luego las agrupaciones musicales podrían ser perfectamente como una banda sonora de película, tienen esa épica en la composición", señala García, quien bromea con que esas marchas con una especial presencia de agudos en las cornetas han hecho que algunos sectores más conservadores califiquen a sus seguidores como "kanicofrades".

Precisamente ese tono despectivo es algo que ha acompañado durante años a las formaciones con cornetas y tambores y agrupaciones musicales frente a las bandas de música que, generalmente, acompañan a pasos y tronos de vírgenes o procesiones más solemnes: "El género de la banda de música es un género quizás un poco más profesional, y el género de cornetas y tambores y agrupaciones musicales es un poco más urbano, más por afición, porque la mayoría de las personas que pertenecemos a este tipo de género no tenemos ningún estudio de música, aunque algunos sí, y todo es pura afición. Todos tenemos otra profesión u otros estudios".

Tal es la influencia de estas bandas de cornetas y tambores, que buena parte de músicos andaluces de la escena indie-rock se han visto influidos por ellas. Eric Jiménez, exbatería de Los Planetas, dio sus primeros pasos en la música en la banda de la OJE (Organización Juvenil Española) en Granada, mientras que los miembros de Supersubmarina lo hicieron en la Banda de Cornetas y Tambores de la Humildad de Baeza (Jaén) y Silvio Fernández Melgarejo, más conocido como 'Silvio rockero' de bandas como Silvio y Sacramento, también empezó tocando la batería llamado por los tambores de las bandas sevillanas.

La musicóloga recuerda que  esta adaptación surge de forma natural como cualquier banda local y cualquier estilo de música, sea religioso o no. "También se ha mezclado con electrónica la música gallega, la txalaparta e incluso hay grupos de 'gregotechno' que son cantos gregorianos o la música católica en formato EDM. ¿Por qué no se puede mezclar el trap, el rap o el reguetón con las cornetas y tambores?", señala.

García también apunta que otras referencias, aunque más veladas, son las de Maurice Jarre, compositor de la banda sonora de Lawrence de Arabia,. "Se dice que residió durante un tiempo en Sevilla y que en algún momento escuchó la marcha Soleá, dame la mano, de Font de Anta, y le marcó tanto que hay cierta reminiscencia de ella en la banda sonora de la película", indica.

"Está el montaje de Carmen de Salvador Távora, de 1997, en el que ya se introducían cornetas y tambores. No es algo nuevo, solo que ahora gracias a las redes sociales y a la popularidad que han ganado ciertos artistas urbanos se puede ver como una 'moda", señala García.

Para Ortiz, este boom es "propio de la sociedad en la que vivimos" y las colas que generan allá por donde actúan con Tres Caídas, como sucedió hace poco en Málaga, es solo una parte de su éxito, que sigue siendo continuar tocando cada día de Semana Santa detrás de los pasos. "Lo de Saiko en Los Cármenes (Granada) y el Puro Latino son las dos únicas cosas que hemos hecho fuera un poco de lo que es nuestra agenda cofrade.

Figueroa coincide con él, a Rosario de Cádiz no le faltan contratos desde hace años, pero tampoco han querido vivir en el exceso. "Llevamos muchos años que podríamos estar actuando de viernes a domingo todos los fines de semana del año, pero esta banda tiene una política que cuida mucho al músico. Buscamos un presupuesto anual, y a partir de ahí buscamos las actuaciones que vemos necesarias para sacar a la banda adelante durante el año, tampoco hacemos más actuaciones de la cuenta", señala y recalca que la banda sigue trabajando en su día a día en el ámbito cofrade y no tiene intención de dar ningún cambio.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es