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La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

han analizado más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas.

La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

han analizado más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas.

La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

han analizado más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas.

La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

han analizado más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas.

La ciencia logra dar con la lengua que tiene más palabras para designar la nieve

han analizado más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas.

Inuit Cazador con botas de piel de foca.Getty Images

Durante años, la afirmación de que los pueblos inuit cuentan con decenas e incluso cientos de palabras distintas para referirse a la nieve ha sido objeto de burlas, malinterpretaciones y dudas académicas. 

Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por Temuulen Khishigsuren desde la Universidad de Melbourne, ha logrado convertir este antiguo mito en un hecho verificable gracias a un enfoque riguroso y computacionalmente avanzado.

La clave del estudio está en una elaboración léxica basada en un concepto lingüístico que no solo contempla sinónimos, sino también términos que expresan matices, funciones y significados culturales relacionados con un mismo fenómeno. En este caso, la nieve.

Un análisis profundo

A través de la base de datos BILA (Bilingual Lexicon Assembly), que analiza más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas, el equipo de investigadores evaluó cuántas veces aparecía la palabra inglesa snow en traducciones a otros idiomas. Una vez terminaron el análisis, llegaron a la conclusión de que el inuktitut oriental canadiense encabeza el ranking mundial.

Este idioma indígena, perteneciente a la familia de lenguas inuit, no solo tiene palabras como aput (“nieve esparcida”) o auverk (“bloque de nieve para construcción”), sino también términos que reflejan herramientas como panar, (“cuchillo para nieve”) o acciones culturales como mauyasiorpok, (“viajar sobre nieve blanda”). En total, decenas de palabras que ilustran una relación profunda, cotidiana y vital con la nieve.

No son los únicos

El hallazgo desmonta la visión reduccionista que durante años dominó el debate. En 1989, el lingüista Geoffrey Pullum llegó a publicar un ensayo titulado The Great Eskimo Vocabulary Hoax, en el que criticaba la exageración del supuesto léxico ártico. Por su parte, el reciente estudio confirman que las lenguas inuit, y especialmente el inuktitut, efectivamente muestran una alta elaboración léxica sobre la nieve, validando la idea de que hay una base real detrás del mito.

Aunque el inuktitut lidera la lista, no es el único idioma con un vocabulario rico en términos relacionados con la nieve. Lenguas indígenas norteamericanas como el lakota, el navajo, el plains cree y el dakota también mostraron una elaboración léxica sorprendente. El estudio incluso detectó un caso inesperado. Se trata del escocés, que cuenta con términos como fuddum (“nieve que sopla intermitentemente”) y feughter (“nevada ligera y repentina”).

Durante años, la afirmación de que los pueblos inuit cuentan con decenas e incluso cientos de palabras distintas para referirse a la nieve ha sido objeto de burlas, malinterpretaciones y dudas académicas. 

Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por Temuulen Khishigsuren desde la Universidad de Melbourne, ha logrado convertir este antiguo mito en un hecho verificable gracias a un enfoque riguroso y computacionalmente avanzado.

La clave del estudio está en una elaboración léxica basada en un concepto lingüístico que no solo contempla sinónimos, sino también términos que expresan matices, funciones y significados culturales relacionados con un mismo fenómeno. En este caso, la nieve.

Un análisis profundo

A través de la base de datos BILA (Bilingual Lexicon Assembly), que analiza más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas, el equipo de investigadores evaluó cuántas veces aparecía la palabra inglesa snow en traducciones a otros idiomas. Una vez terminaron el análisis, llegaron a la conclusión de que el inuktitut oriental canadiense encabeza el ranking mundial.

Este idioma indígena, perteneciente a la familia de lenguas inuit, no solo tiene palabras como aput (“nieve esparcida”) o auverk (“bloque de nieve para construcción”), sino también términos que reflejan herramientas como panar, (“cuchillo para nieve”) o acciones culturales como mauyasiorpok, (“viajar sobre nieve blanda”). En total, decenas de palabras que ilustran una relación profunda, cotidiana y vital con la nieve.

No son los únicos

El hallazgo desmonta la visión reduccionista que durante años dominó el debate. En 1989, el lingüista Geoffrey Pullum llegó a publicar un ensayo titulado The Great Eskimo Vocabulary Hoax, en el que criticaba la exageración del supuesto léxico ártico. Por su parte, el reciente estudio confirman que las lenguas inuit, y especialmente el inuktitut, efectivamente muestran una alta elaboración léxica sobre la nieve, validando la idea de que hay una base real detrás del mito.

Aunque el inuktitut lidera la lista, no es el único idioma con un vocabulario rico en términos relacionados con la nieve. Lenguas indígenas norteamericanas como el lakota, el navajo, el plains cree y el dakota también mostraron una elaboración léxica sorprendente. El estudio incluso detectó un caso inesperado. Se trata del escocés, que cuenta con términos como fuddum (“nieve que sopla intermitentemente”) y feughter (“nevada ligera y repentina”).

Durante años, la afirmación de que los pueblos inuit cuentan con decenas e incluso cientos de palabras distintas para referirse a la nieve ha sido objeto de burlas, malinterpretaciones y dudas académicas. 

Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por Temuulen Khishigsuren desde la Universidad de Melbourne, ha logrado convertir este antiguo mito en un hecho verificable gracias a un enfoque riguroso y computacionalmente avanzado.

La clave del estudio está en una elaboración léxica basada en un concepto lingüístico que no solo contempla sinónimos, sino también términos que expresan matices, funciones y significados culturales relacionados con un mismo fenómeno. En este caso, la nieve.

Un análisis profundo

A través de la base de datos BILA (Bilingual Lexicon Assembly), que analiza más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas, el equipo de investigadores evaluó cuántas veces aparecía la palabra inglesa snow en traducciones a otros idiomas. Una vez terminaron el análisis, llegaron a la conclusión de que el inuktitut oriental canadiense encabeza el ranking mundial.

Este idioma indígena, perteneciente a la familia de lenguas inuit, no solo tiene palabras como aput (“nieve esparcida”) o auverk (“bloque de nieve para construcción”), sino también términos que reflejan herramientas como panar, (“cuchillo para nieve”) o acciones culturales como mauyasiorpok, (“viajar sobre nieve blanda”). En total, decenas de palabras que ilustran una relación profunda, cotidiana y vital con la nieve.

No son los únicos

El hallazgo desmonta la visión reduccionista que durante años dominó el debate. En 1989, el lingüista Geoffrey Pullum llegó a publicar un ensayo titulado The Great Eskimo Vocabulary Hoax, en el que criticaba la exageración del supuesto léxico ártico. Por su parte, el reciente estudio confirman que las lenguas inuit, y especialmente el inuktitut, efectivamente muestran una alta elaboración léxica sobre la nieve, validando la idea de que hay una base real detrás del mito.

Aunque el inuktitut lidera la lista, no es el único idioma con un vocabulario rico en términos relacionados con la nieve. Lenguas indígenas norteamericanas como el lakota, el navajo, el plains cree y el dakota también mostraron una elaboración léxica sorprendente. El estudio incluso detectó un caso inesperado. Se trata del escocés, que cuenta con términos como fuddum (“nieve que sopla intermitentemente”) y feughter (“nevada ligera y repentina”).

Durante años, la afirmación de que los pueblos inuit cuentan con decenas e incluso cientos de palabras distintas para referirse a la nieve ha sido objeto de burlas, malinterpretaciones y dudas académicas. 

Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por Temuulen Khishigsuren desde la Universidad de Melbourne, ha logrado convertir este antiguo mito en un hecho verificable gracias a un enfoque riguroso y computacionalmente avanzado.

La clave del estudio está en una elaboración léxica basada en un concepto lingüístico que no solo contempla sinónimos, sino también términos que expresan matices, funciones y significados culturales relacionados con un mismo fenómeno. En este caso, la nieve.

Un análisis profundo

A través de la base de datos BILA (Bilingual Lexicon Assembly), que analiza más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas, el equipo de investigadores evaluó cuántas veces aparecía la palabra inglesa snow en traducciones a otros idiomas. Una vez terminaron el análisis, llegaron a la conclusión de que el inuktitut oriental canadiense encabeza el ranking mundial.

Este idioma indígena, perteneciente a la familia de lenguas inuit, no solo tiene palabras como aput (“nieve esparcida”) o auverk (“bloque de nieve para construcción”), sino también términos que reflejan herramientas como panar, (“cuchillo para nieve”) o acciones culturales como mauyasiorpok, (“viajar sobre nieve blanda”). En total, decenas de palabras que ilustran una relación profunda, cotidiana y vital con la nieve.

No son los únicos

El hallazgo desmonta la visión reduccionista que durante años dominó el debate. En 1989, el lingüista Geoffrey Pullum llegó a publicar un ensayo titulado The Great Eskimo Vocabulary Hoax, en el que criticaba la exageración del supuesto léxico ártico. Por su parte, el reciente estudio confirman que las lenguas inuit, y especialmente el inuktitut, efectivamente muestran una alta elaboración léxica sobre la nieve, validando la idea de que hay una base real detrás del mito.

Aunque el inuktitut lidera la lista, no es el único idioma con un vocabulario rico en términos relacionados con la nieve. Lenguas indígenas norteamericanas como el lakota, el navajo, el plains cree y el dakota también mostraron una elaboración léxica sorprendente. El estudio incluso detectó un caso inesperado. Se trata del escocés, que cuenta con términos como fuddum (“nieve que sopla intermitentemente”) y feughter (“nevada ligera y repentina”).

Durante años, la afirmación de que los pueblos inuit cuentan con decenas e incluso cientos de palabras distintas para referirse a la nieve ha sido objeto de burlas, malinterpretaciones y dudas académicas. 

Sin embargo, una reciente investigación internacional, liderada por Temuulen Khishigsuren desde la Universidad de Melbourne, ha logrado convertir este antiguo mito en un hecho verificable gracias a un enfoque riguroso y computacionalmente avanzado.

La clave del estudio está en una elaboración léxica basada en un concepto lingüístico que no solo contempla sinónimos, sino también términos que expresan matices, funciones y significados culturales relacionados con un mismo fenómeno. En este caso, la nieve.

Un análisis profundo

A través de la base de datos BILA (Bilingual Lexicon Assembly), que analiza más de 1.500 diccionarios bilingües de 616 lenguas distintas, el equipo de investigadores evaluó cuántas veces aparecía la palabra inglesa snow en traducciones a otros idiomas. Una vez terminaron el análisis, llegaron a la conclusión de que el inuktitut oriental canadiense encabeza el ranking mundial.

Este idioma indígena, perteneciente a la familia de lenguas inuit, no solo tiene palabras como aput (“nieve esparcida”) o auverk (“bloque de nieve para construcción”), sino también términos que reflejan herramientas como panar, (“cuchillo para nieve”) o acciones culturales como mauyasiorpok, (“viajar sobre nieve blanda”). En total, decenas de palabras que ilustran una relación profunda, cotidiana y vital con la nieve.

No son los únicos

El hallazgo desmonta la visión reduccionista que durante años dominó el debate. En 1989, el lingüista Geoffrey Pullum llegó a publicar un ensayo titulado The Great Eskimo Vocabulary Hoax, en el que criticaba la exageración del supuesto léxico ártico. Por su parte, el reciente estudio confirman que las lenguas inuit, y especialmente el inuktitut, efectivamente muestran una alta elaboración léxica sobre la nieve, validando la idea de que hay una base real detrás del mito.

Aunque el inuktitut lidera la lista, no es el único idioma con un vocabulario rico en términos relacionados con la nieve. Lenguas indígenas norteamericanas como el lakota, el navajo, el plains cree y el dakota también mostraron una elaboración léxica sorprendente. El estudio incluso detectó un caso inesperado. Se trata del escocés, que cuenta con términos como fuddum (“nieve que sopla intermitentemente”) y feughter (“nevada ligera y repentina”).

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


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Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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