La increíble gesta del héroe español que evitó una masacre en Marruecos y dejó al enemigo en ridículo
Su trabajo fue reconocido con la más alta condecoración militar española.

En la Campaña de Melilla de 1909, cuando la muerte parecía asegurada para los soldados españoles atrapados en Taxdirt, apareció la figura de un héroe: el teniente coronel José de Cavalcanti y Alburquerque. Con apenas 65 jinetes del Regimiento de Cazadores de Caballería Alfonso XII, se lanzó contra un enemigo abrumadoramente superior, logrando lo imposible. Pudo romper el cerco rifeño y salvar a los soldados españoles de una masacre inminente.
Aquel 20 de septiembre, los batallones de Cataluña y Tarifa se encontraron en una situación desesperada. Tras una ofensiva inicial exitosa, su avance quedó detenido por un contraataque masivo de unos 1.500 rifeños, quienes vieron en ese momento la oportunidad de exterminar a las tropas españolas. El fuego enemigo era implacable y las bajas aumentaban cada minuto.
Con el relevo atascado y el caos, la batalla amenazaba con convertirse en una tragedia histórica. Fue entonces cuando el general Tovar dio la orden de cambiar de estrategia. Cavalcanti y sus jinetes debían cargar contra el enemigo para dar tiempo a la reorganización de las tropas.
La carga heroica
Sin dudarlo, Cavalcanti reunió a sus hombres y con sables en alto, cabalgaron a todo galope contra la multitud de rifeños. La primera carga sembró el desconcierto entre los enemigos, que no esperaban un ataque tan atrevido. Sin embargo, la inferioridad numérica de los españoles pronto se hizo evidente.
Lejos de rendirse, Cavalcanti ordenó una segunda carga, esta vez con apenas 40 jinetes. Una vez más, lograron sembrar el caos entre los rifeños. Pero la batalla no había terminado. Con solo 20 hombres aún en condiciones de luchar, lanzó una tercera carga desesperada que finalmente quebró la ofensiva enemiga.
Cuando sus jinetes quedaron reducidos a un puñado, Cavalcanti ordenó desmontar y formar una línea defensiva a pie, disparando contra el enemigo mientras esperaban refuerzos. Su sacrificio permitió que los soldados atrapados se reorganizaran y se defendieran con éxito.
Una victoria épica
Gracias a la valentía de Cavalcanti y sus hombres, los batallones españoles lograron completar el relevo y evitar una catástrofe. La batalla de Taxdirt terminó con un gran número de bajas, pero con la gloria de haber resistido contra todo pronóstico. De hecho, sigue siendo, más de un siglo después, una de las gestas más impresionantes de la historia militar española.
El propio Cavalcanti resultó gravemente herido, pero su hazaña fue reconocida con la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta condecoración militar española. Su valentía y la de sus jinetes quedaron grabadas en la historia como un ejemplo de heroísmo y sacrificio en defensa de España.