La valiente militar española que fue la primera mujer de la Infantería de la Marina y estuvo obligada a disfrazarse de hombre
Fue una mujer única en su tiempo.

La historia militar de España está marcada por figuras heroicas, algunas más conocidas que otras, pero pocas tan sorprendentes y pioneras como la de Ana María de Soto y Alhama. En un tiempo en el que las mujeres tenían prohibido formar parte de las fuerzas armadas, esta valiente cordobesa desafió las normas de su época y marcó un punto de inflexión en la Infantería de la Marina.
Nacida en 1775 en Aguilar de la Frontera, Córdoba, Ana María decidió alistarse en la Infantería de Marina en 1793, cuando solo tenía 18 años. Para hacerlo, tuvo que ocultar su identidad femenina, disfrazándose de hombre y adoptando el nombre de Antonio María de Soto. Bajo este falso nombre, logró integrarse como soldado en la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, perteneciente a la 6ª compañía del 11º batallón de marina.
A lo largo de su carrera militar, Ana María participó en importantes enfrentamientos, como los ataques de Bañuls, la defensa de Rosas y la crucial batalla del cabo de San Vicente, donde las fuerzas españolas sufrieron una derrota frente a la armada inglesa el 14 de febrero de 1797. Además, se unió a la defensa de Cádiz contra los ataques de la escuadra británica y formó parte de las operaciones con las lanchas cañoneras organizadas por el general José Mazarredo.
Un secreto muy bien guardado
Sin embargo, su verdadera identidad salió a la luz en 1798, durante un reconocimiento médico tras el desembarco de la fragata Matilde. A pesar del descubrimiento, el rey Carlos IV reconoció oficialmente su valentía y heroísmo a través de una Real Orden. En este documento, se destacó su "heroicidad, conducta acrisolada y costumbres singulares".
Asimismo, se le concedió una pensión diaria de dos reales de vellón. Además, se le permitirá portar los colores del uniforme de marina como distintivo militar, pero adaptados a los trajes propios de su sexo. Tras su retiro, Ana María de Soto recibió la licencia para gestionar un estanco en Montilla, Córdoba, donde vivió hasta su fallecimiento el 4 de diciembre de 1833, a los 58 años.
Una fuente de inspiración
Ana María de Soto sigue siendo un ejemplo de determinación y coraje, inspirando a nuevas generaciones en la lucha por la igualdad y el reconocimiento en todos los ámbitos de la sociedad, incluido el militar. Su figura ha sido recuperada y celebrada como un símbolo de valentía y superación. En 2021, la escritora Alicia Vallina publicó la obra Hija del mar, basada en documentos del Archivo General de la Armada, en la que relató la vida de esta pionera. Según recogió El Español, "fue una mujer única en su tiempo, de enorme valor y un alto grado de inconsciencia, que merece ser recordada", afirmó Vallina.