'Un dios salvaje', ¿civilización o barbarie?
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'Un dios salvaje', ¿civilización o barbarie?

Como es una obra de sobra conocida, que tiene hasta una versión cinematográfica con estrellas hollywoodienses dirigida por Polanski, el problema que se plantea es ¿hay algo nuevo que decir sobre ella?

Luis Merlo y Natalia Millán en 'Un dios Salvaje'.Smedia

Poco a poco, el periodismo cultural se va reactivando y la nueva producción de Un dios salvaje de Yasmina Reza va acumulando críticas. Como es una obra de sobra conocida, que tiene hasta una versión cinematográfica con estrellas hollywoodienses dirigida por Polanski, que le gustó mucho a Boyero, y de la que se ha hablado tanto, el problema que se plantea es ¿hay algo nuevo que decir sobre ella? ¿Merece que se le haga una crítica?

Preguntas pertinentes teniendo en cuenta que esta producción parte de la misma traducción que la última que se pudo ver en español en nuestro país. La del dramaturgo Jordi Galcerán cuyo teatro se podía encuadrar en el mismo género que el de Yasmina Reza. Y que también repite la profesional a cargo de la dirección de escena: Tamzin Townsend.

Quizás por estos motivos, el que no tenga nada nuevo que contar si se compara con la producción que la antecedió, las críticas ya publicadas se han centrado en cómo lo hace el elenco. Que es un elenco distinto del montaje previo. Un elenco que demostró su calidad y tomó velocidad de crucero la temporada anterior con Conspiranoia de Jordi Casanovas en el mismo teatro. Otra obra que es del mismo género que las que de Reza o Galcerán.

En cualquier caso, la pregunta que plantea, ¿civilización o barbarie?, no ha perdido actualidad, si acaso la ha ganado. Un dilema en el que se encontraban las sociedades occidentales en 2006, año en el que se estrenó la obra, y que se ha ido globalizando. Como habrá comprobado cualquier persona que siga la actualidad informativa. Viendo que donde había más barbarie, se ha profundizado en esta, y donde había civilización, se va deteriorando y la barbarie autoritaria o autocrática va ganando adeptos en intención de votos y con ellos poder descivilizatorio.

El planteamiento es sencillo. Un niño ha pegado con un palo a otro en un parque. Le ha dado tan fuerte en la cara que le ha inflamado el labio superior y le ha roto dos dientes, que se dan por perdidos y ha dañado la inervación de uno de ellos. Los padres de ambos quedan en la casa del niño golpeado para hablar de la situación y acordar una declaración amistosa para sus seguros.

Se acabó la fiesta en 'Un dios salvaje'.Smedia

El comienzo de la reunión es cordial. Los padres del agresor mantienen un silencio medido. Con poca intervención. Estrategia posiblemente meditada y creada por el padre que es un abogado que asesora a empresas y las defiende de las demandas que le puedan tener, experto en evitar o minimizar posibles conflictos y así evitar indemnizaciones.

Mientras que la madre del agredido lidera el encuentro, proponiendo esto y lo otro, pero midiendo por donde pisa, tratando también de evitar el conflicto. Los conflictos no son un tema que le pille de nuevas, pues ha escrito un libro sobre las matanzas de Darfur en Sudán.

No ayuda que profesionales y público estén de acuerdo en que no hay teatro ni diversión posible sin conflicto. En este caso, una diversión potenciada porque en la obra se esconde una comedia

Todos sus esfuerzos serán en vano. El conflicto estallará. Parece que el conocimiento que tienen los expertos sirve para poco o nada. Por supuesto, no ayuda que profesionales y público estén de acuerdo en que no hay teatro ni diversión posible sin conflicto. En este caso, una diversión potenciada porque en la obra se esconde una comedia.

Comedia negra, es cierto. Porque la mirada de Yasmina Reza no es nada optimista. Confía poco o nada en la raza humana. O por lo menos eso parece de las lecturas que se hacen de sus dos más conocidas obras, esta y Arte (obra que se puede ver en el nuevo Teatro Serrano).

Así que aquello acaba como el rosario de la aurora, con todos pasándose al lado oscuro de la fuerza y eligiendo barbarie ayudados en ese trayecto por el alcohol que despierta su pequeño gran dios salvaje interior. Sí, porque la tesis de la obra es que hay algo innato que nos lleva a comportarnos como nos comportamos. Y no hay posibilidad de cambiarlo. Solo hay una posibilidad de civilización, la bárbara.

Así que se tiene unos personajes muy ricos a lo largo de la función. Con mucha interacción y un gran arco dramático, es decir, en el que mover y cambiar puntos de vista. Como corresponde a un texto técnicamente bien escrito convirtiéndose en un bocato de cardinale para cualquier intérprete. Elementos que convierten esta obra en una obra de gran dificultad para ellos.

Sobre todo, porque, por un lado, tienen que dar la sensación de que son iguales, pertenecen a la misma clase, al mismo país, viven en los mismos barrios, y, por otro, que son diferentes en puntos de vista, en trabajos, en formas de vivir.

Quizás sea este el eslabón más débil de esta función en la que el trabajo de elenco es clave. Porque tan importante son las partes, es decir, los individuos que forman el reparto como el conjunto. Y en las partes, cada uno por su lado, funcionan. Nada más hay que ver los momentazos que ofrecen todos a poco que el texto les da la oportunidad. Pero en el conjunto, parece que cada uno va por su lado.

El elenco de actores de 'Un dios salvaje'.Smedia

De tal manera que todos están por igual, y si de la lectura de otras críticas se infiere que unos interpretes están mejor que otros, hay que desconfiar. Seguramente esa apreciación tiene más que ver con el gusto del crítico, del que escucha y mira, que con la realidad. Lo mismo que suele pasar con los espectadores, cada uno tendrá su favorito. Aunque sin duda, el público irá más por Luis Merlo, que tiene ganado el corazoncito de miles de generaciones de espectadores gracias a la serie Aquí no hay quien viva. Y por Natalia Millán, que también tuvo un papel principal en la serie Un paso adelante. Sin desmerecer a Clara Sanchis, a la que se la ve disfrutar haciendo el payaso en esta obra, ni a Juanan Lumbreras, capaz de llevarse el personaje a su terreno.

Cuatro actores, que como ya se ha dicho, llevaban toda una temporada trabajando juntos con éxito en Cospiranoia, ahora son pocas las obras que duran tanto en cartelera. Y el que sigan haciéndolo con otro proyecto, quizás signifique que la experiencia les fue bien y que hayan sido capaces de forjar lazos y amistad. Y que posiblemente se hayan convertido a los ojos del espectador en una garantía de diversión. Lo cierto es que reírse se ríen. No todos a la vez. No todos de lo mismo. Y es que la risa y la diversión también es política y va por barrios. Y, aun así, lo pueden hacer todos juntos en la misma sesión y en el mismo teatro.

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Como el dramaturgo Anton Chejov, me dedico al teatro y a la medicina. Al teatro porque hago crítica teatral para El HuffPost, la Revista Actores&Actrices, The Theater Times, de ópera, danza y música escénica para Sulponticello, Frontera D y en mi página de FB: El teatro, la crítica y el espectador. Además, hago entrevistas a mujeres del teatro para la revista Woman's Soul y participo en los ranking teatrales de la revista Godot y de Tragycom. Como médico me dedico a la Medicina del Trabajo y a la Prevención de Riesgos Laborales. Aunque como curioso, todo me interesa.

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