Una cueva de Burgos revela un importante hallazgo sobre la dieta de los neandertales
Fue ocupada por comunidades neandertales hace entre 95.000 y 48.000 años.
Durante décadas, la imagen clásica del neandertal lo mostraba como un cazador de grandes presas entre las que se encontraban los ciervos, cabras y bisontes. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Journal of Archaeological Science: Reports demuestra que en la cueva de Valdegoba, en la provincia de Burgos, estos antiguos habitantes del Paleolítico también se alimentaban de aves.
La cueva de Valdegoba, ubicada en la localidad burgalesa de Huérmeces, fue ocupada por comunidades neandertales hace entre 95.000 y 48.000 años. Allí, un equipo de la Universidad de Burgos, en colaboración con el Instituto Catalán de Paleontología (ICP), ha analizado más de 1.500 restos óseos de aves hallados en el yacimiento.
Aunque algunos de esos restos podrían haber sido llevados por aves rapaces como los búhos, otros presentan señales inequívocas de actividad humana como marcas de corte, fracturas intencionadas y ausencia de cráneos o picos.
Pruebas de consumo humano
Según la bióloga Goizane Alonso Caño, autora principal de la investigación, el hallazgo "posiciona a la cueva de Valdegoba como un yacimiento musteriense único en la región, ampliando así la comprensión del comportamiento neandertal y la caza de pequeñas presas".
Los investigadores observaron marcas de corte en huesos como el coracoides y las escápulas, lo que sugiere que los neandertales desmembraban las alas de las aves para aprovechar toda su carne. También identificaron fracturas compatibles con la extracción del tuétano, una parte muy nutritiva.
“Si las aves hubieran muerto de forma natural dentro de la cueva, se habrían hallado esqueletos más completos. Sin embargo, no hay evidencias ni de cráneos ni de picos, lo que confirma que los neandertales descartaron estas partes para el consumo”, explica el equipo investigador.
Mucho más complejos
El hallazgo de especies como la chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus) y la chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax), así como patos, palomas y perdices, sugiere una caza variada y estratégica.
Estas aves habitan en entornos rocosos, lo que confirma la adaptabilidad del grupo neandertal a su entorno. “Estos hallazgos posicionan a Valdegoba como un enclave único en el norte peninsular. Los neandertales eran mucho más flexibles y sofisticados de lo que pensábamos”, concluye Alonso Caño.