El horizonte que queda para el colectivo LGTBIQ+ en la Iglesia tras el acercamiento del papa Francisco
El fallecido pontífice ha sido el primero en incluir al colectivo, recibiendo a personas trans o aceptando las bendiciones a parejas del mismo sexo.

El fallecimiento del papa Francisco este lunes a los 88 años ha hecho que muchos destacasen el carácter cercano a los más débiles del pontífice. Francisco se acercó a los pobres, puso límites y condenó firmemente los abusos en la Iglesia e incluso hizo los primeros nombramientos a mujeres dentro de la estructura del Vaticano. Pero no solo en ellos dejó su legado, también hizo un acercamiento inédito hasta el momento por parte de la Iglesia católica al colectivo LGTBIQ+, incluyendo las bendiciones a las parejas del mismo sexo.
Muestra de ello es que en los últimos días muchos han recuperado un fragmento de una de las entrevistas con jóvenes que el pontífice realizó para el documental Amén. Francisco Responde (Disney +). Se trata de su encuentro con Celia, una persona no binaria y católica, que se encontró con él y le mostró sus inquietudes a la hora de vivir su religiosidad y su identidad sexual. "Toda persona es hijo de Dios, toda. Dios no rechaza a nadie, Dios es padre. Yo no tengo derecho a echar nadie de la Iglesia, el deber es recibir siempre. La Iglesia no puede cerrarle la puerta a nadie", le reconfortó Francisco.
A su pregunta de las personas que trataban de marginar al colectivo LGTBIQ+ de la Iglesia y utilizaban la institución para lanzar mensajes de odio, Francisco respondió a le joven calificando a estas personas como "infiltrados que aprovechan la escuela de Iglesia para sus pasiones personales, para su estrechez personal".
"Es una de las corrupciones de la Iglesia. Esas ideologías cerradas que en el fondo toda esa gente tiene un drama interno, un drama de incoherencia interior muy grande que viven para condenar a los demás porque no saben pedir perdón por sus propias faltas", añadió.
Estas declaraciones de Francisco no fueron las únicas. En 2013, diez años antes de este documental y durante su primer año en el papado, habló por primera vez abiertamente del colectivo LGTBIQ+, concretamente de las personas homosexuales. "Si una persona es gay y busca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?", dijo en una rueda de prensa tras un viaje a Brasil.
En mayo de 2018, el chileno Juan Carlos Cruz, una de las víctimas de abuso sexual del sacerdote Fernando Karadima, reveló que el papa le había dicho "Dios te hizo así, Dios te ama así" en referencia a su orientación sexual. En 2023 amplió a todos los homosexuales su declaración con un "ser homosexual no es delito".
En 2024 el pontífice dio un paso más allá y mostró su aceptación a las uniones civiles entre personas del mismo sexo y aprobó que se realicen bendiciones a las mismas en su declaración Fiducia supplicans. "Me preguntan por qué. Yo respondo: el Evangelio es para santificar a todos. Claro, siempre y cuando haya buena voluntad", señaló sobre esta decisión.
“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil. Tienen derecho a estar cubiertos legalmente. Yo defendí eso", señaló sobre esa cuestión en 2020 en el Festival de Cine de Roma en el estreno del documental Francesco.
Sin embargo, no todo han sido buenos gestos y avances. También ha habido declaraciones polémicas. En esas primeras palabras de 2013 de apoyo al colectivo, hablaba de que "el lobby gay" no era bueno. Al igual que en 2018 cuando dijo que "no era delito", aseguró que "sí era pecado".
En 2024, cuando por un lado daba el visto bueno a las bendiciones a parejas homosexuales, negaba con un rotundo "no" a la entrada de sacerdotes sexuales en los seminarios y añadió en una reunión privada con obispos italianos que dentro de ellos "ya había mucho mariconeo".
La importancia de los gestos y el camino a medias de Francisco
A pesar de ciertas contradicciones y de que la apertura de Francisco haya sido mayor que lo que se había hecho hasta ahora en el Vaticano pero insuficiente, las personas LGTBI católicas sí que se vieron acogidas por este pontífice. Desde CRISMHOM Comunidad Cristiana LGTBI+ en España califican el legado de Francisco como "una huella imborrable en la historia de la Iglesia, particularmente en lo que respecta al acercamiento hacia nuestro colectivo LGTBIQ+".
Por su parte, Gema Segoviano, coordinadora del Grupo de fe y espiritualidad de la FELGTBI+, aseguró en declaraciones a Europa Press que aunque Francisco "ha intentado algo con respecto a mejorar la vida de las personas LGTBIQ+" y de alguna manera ha dejado de acusarlas, de considerar a estas personas como delincuentes", esto sigue siendo insuficiente. "Sigue manteniendo una actitud más bien rayana en la tibieza", ha añadido.
Para Juan Sanz, integrante de esta asociación, el primer sentimiento que le generaron las palabras de Francisco fue la "sorpresa". "Ha generado bastante aceptación en el sentido de dar pasos adelante, aunque no es todo lo que queremos todavía por supuesto, pero que sí es una alegría que cada vez que decía algo era un poco más de acercamiento", señala a El HuffPost y destaca especialmente que hubiera "una diferencia en el lenguaje porque ya no era personas con tendencias homosexuales, personas con atracción del mismo sexo, sino que ha llegado a decir LGTBIQ+ con lo que eso implica" y que se haya reunido con estas personas como interlocutor.
Juani, de 65 años y también parte de CRISMHOM, recuerda que las primeras palabras de Francisco le resultaron un tanto contradictoria: "Dijo 'yo no soy quien para juzgar', pero luego sigues leyendo la entrevista y dice 'pero ahí está la doctrina, el catecismo de la Iglesia'. Entonces eso fue como nadar y guardar la ropa. Decir 'vale, yo no juzgo, pero remitíos a lo que dice la doctrina que es que tenéis un carácter desordenado, que no os podéis casar, etc.".
No obstante admite que conforme pasaron los años en el papado fue tomando decisiones trascendentes como que cualquier persona LGTBIQ+ creyente pudieran ser padrinos y madrinas de bautismo, así como las bendiciones. "Para nosotros fue un paso muy importante, muy emocionante", señala.
La teóloga Niurka Gibaja, parte de CRISHOM y responsable de la iniciativa 'Yes, We Trans' de inserción laboral trans de FELGTBI+ califica el acercamiento del papa Francisco al colectivo como "un arma de lanza" porque "de alguna manera abre y rompe con este techo de arcoíris en el que muchísimas personas, sobre todo trans, estábamos como invisibilizadas, desconocidas y desaparecidas, inexistentes".
"A mí hay palabras que me gustan mucho, el sentido de que 'te acoge, te escucha, te abraza'. Entonces yo creo que esto ha sido lo que ha hecho con las personas a título personal", señala. No obstante, admite que le generó cierto "descontento" con el documento Dignitas Infinitas publicado en 2024, ya que "no ha habido un posicionamiento fuerte y firme de decir que también estos cuerpos son sagrados".
"Se habla mucho de la corporeidad en este documento, se habla de la trascendencia y de la dignidad del ser humano, sin embargo, se hace un matiz ahí en referencia al cuerpo que era como en el cuestionamiento de decir si estos cuerpos de las personas que han hecho ciertas modificaciones son o no son sagrados, etc.", explica, pero admite que en términos generales ha tratado y abordado en documentos al colectivo LGTBIQ+ y especialmente a la realidad trans como ningún papa había hecho previamente.
Más allá de las palabras a título personal, Gibaja quiere poner sobre la mesa los documentos y el acogimiento que ha dado al colectivo en sus declaraciones y encíclicas ya que "eso es lo que puede abrir una grieta al futuro".
"La encíclica Fratelli Tutti, también habla de la dignidad de todas las personas. El papa resalta muchísimo eso, independientemente de cualquier circunstancia en la que te encuentres. Y luego habla también de la acogida, el respeto a la persona, y aquí habla de aquellas personas en la doctrina de la fe en 2021 que tengan inclinaciones homosexuales, etc.", señala.
Una "esperanza" continuista con dos nombres especialmente cercanos al colectivo
Con un cónclave a la vista, la pregunta sobre la mesa es si estos avances o gestos de acercamiento al colectivo pueden continuar o si puede producirse una regresión en el Vaticano hacia posiciones más conservaduristas.
El punto de vista más positivo lo da que Francisco eligiese a la gran mayoría de los cardenales del colegio cardenalicio. De los 135 cardenales electores, la gran mayoría (108) han sido nombrados por él. De entre ellos, destacan dos nombres en la línea más progresista: el filipino Luis Antonio Tagle, quien dijo que "la mirada humana de la iglesia sobre las personas, independientemente de su orientación sexual, debe estar muy presente"; y el italiano Matteo Maria Zuppi, quien ha defendido la integración de las personas homosexuales dentro de la iglesia así como del LGTBI.
Tanto Juani como Gibaja y Sanz aseguran que es difícil vaticinar quién puede salir elegido como pontífice hasta que salga el archiconocido habemus papam. "Es la primera vez en la historia que hay gente de todo el mundo, bastante nuevos, no se conocen y tal, entonces es un poco difícil saber. Yo creo que como hace faltan dos tercios de la cámara para que se elija un nuevo papa, la cosa va a tender a centrarse porque si no, no va a haber forma de que se pongan de acuerdo", explica Sanz, quien apuesta por un perfil "más moderado" y "continuista".
Del mismo modo, apunta a que el elegido puede seguir un perfil más moderado en los primeros años para mostrarse más aperturista en los años posteriores, como sucedió con Francisco: "Primero tantear y ver cómo se rige y cómo se lleva la Iglesia y luego ya hacer una apuesta más valiente por lo que él considere".
Para él, más allá de las diferencias que encuentren los cardenales, tiene que prevalecer "el Evangelio". "La experiencia de saber que hay un Dios que ama, sobre todo y por encima de todo, y que nos lanza también a nosotros ese amor, que es lo que debe marcar la vida. La fe, el ser cristiano y tal marca al final un estilo de vida", indica.

Gibaja se mantiene en la misma línea y admite que le gustaría que el sucesor de Francisco en el Vaticano concretase "todos aquellos gestos y acciones que el papa ha tenido a título personal con las personas del colectivo LGTBIQ+".
"Hay muchísimas posturas o inclinaciones hacia las personas del colectivo, los hay que se han mostrado abiertamente a favor y quienes han advertido represalias frente a la definición de personas LGTBIQ+ , incluso trans de una forma muy binaria, por ejemplo en el lenguaje. Pero ¿qué va a pasar? No sabemos", señala.
En el ala opuesta se encuentran también varios nombres como son el cardenal guineano Robert Sarah, que ha asegurado que "no puede ser que haya existido una civilización donde los pueblos hayan legalizado el aborto, donde la homosexualidad y la eutanasia han demolido la familia y han destruido el matrimonio"; o el estadounidense Raymond Leo Burke, que señaló que "cuando la Iglesia está diciendo que los actos sexuales de personas del mismo sexo son intrínsicamente malos, que van en contra de la naturaleza misma, está simplemente anunciando la verdad".
No obstante, la teóloga apunta a que más allá de la incógnita, la línea continuista y "más próximos" a lo que busca buena parte del colectivo LGTBIQ+ son Tagle y Zuppi y espera que no se dé un giro conservadurista dentro la institución.

Juani, por su parte, toma el título del Jubileo que se celebra este 2025 y que tiene como lema la "esperanza" de cara a la elección de un nuevo papa y que haya una "continuidad en la forma de vivir el evangelio de Francisco". "Una continuidad de apoyar a los pobres, de inclusión, de que no haya grupos de frontera, que no haya creyentes de primera y de segunda o tercera", recalca.
Sin embargo, admite que a nivel geopolítico "da un poco de miedo" en un panorama con auge de la ultraderecha en Europa y con líderes mundiales como Donald Trump, ya que el líder de la Iglesia no deja de ser el presidente del Vaticano. "¿Quién nos dice que el próximo papa que venga no tiene influencias ultranacionalistas, ultraliberales y todas estas cosas que hagan que retroceda a nivel político, a nivel social, económico, todo lo que ha avanzado este?", reflexiona. "Con esperanza y con miedo, esa es la verdad", añade.
Para ella, "hay un tipo de papa como es Francisco, otro tipo como fue Juan Pablo II o Ratzinger": "Son diferentes carismas, ni mejor ni peor uno que otro. Pero sí es cierto que el carisma más social como es el de Francisco o como fue Juan XXIII no lo han tenido ni Juan Pablo II ni lo ha tenido Ratzinger. De hecho a nivel social ninguno de los dos dio esos pasos, por lo menos que lo viéramos el resto de la comunidad".
Juani destaca que a Francisco se le ha conocido y apoyado tanto en buena parte de los sectores de la Iglesia como fuera de ella. "Incluso muchos ateos se sentían cercanos a Francisco por su avance social, por su apoyo a los pobres, por su solidaridad. O sea, son valores que luego además, esos valores, los católicos, los creyentes, los fundamentamos en nuestra fe", señala.
La presencia real dentro de la Iglesia, el matrimonio igualitario o el impedimento de los sacramentos: los desafíos pendientes con el colectivo LGTBIQ+
Gibaja cree que es importante que, más allá de los pequeños avances especialmente en el trato al colectivo, se hable de los "desafíos" que hay en las personas LGTBIQ+ para la Iglesia siendo el principal el de "la dignidad de las personas" que implicaría "el reconocimiento y la validación de las parejas del mismo sexo y el mismo sacramento del matrimonio como cualquier otra persona" pero también otras cuestiones como "la vivencia de la vocación, sea sacerdotal o religiosa de personas LGTBIQ+ sin tener que verse afectada por su identidad oriental o su expresión de género".
Del mismo modo, ve fundamental "una reestructuración y un repensar los documentos desde la Iglesia" algo que va desde el catecismo al derecho canónico, donde se hable de la inclusión del colectivo.
Para ella, al igual que recuerda Juani, la presencia de mujeres como María Luisa Berzosa, religiosa de la Congregación Hijas de Jesús, como consultora del Sínodo de los Obispos, o la teóloga Cristina Inogés para tener voto en el gran sínodo convocado por Francisco en 2023 ha cambiado la estructura del Vaticano. Aunque todavía queda por avanzar, tal y como recuerda Gibaja, "hacen falta las voces de la diversidad, incluir también a teólogos y teólogas LGTBIQ+".
La teóloga asegura que las personas LGTBIQ+ dentro de la Iglesia se encuentran más empoderadas que hace unos años y que "no queremos las migajas que caen en la mesa, queremos caminar de la mano, cogidas unas con otras".
"Hablar de la dignidad humana y de la dignidad evangélica es reconocer a la otra persona en su identidad, en su orientación y en su expresión y con las características únicas que pueda tener en su corporeidad también. Si no, no podemos hablar de ese Evangelio encarnado", señala y recuerda la importancia de que todo ello se traduzcan en documentos y en un cambio en la estructura eclesiástica. "Muchos textos y documentos que forman parte de la tradición y del dogma de la Iglesia tienen que cambiar", enfatiza.
Tanto ella como Juani recuerdan que más allá de la gran estructura vaticana, hay numerosas comunidades cristianas LGTBI cada vez más fortalecidas e integradas.
Con respecto a casos concretos como que no se pueda negar la comunión a personas LGTBIQ+ como sucedió este año en Segovia o que las personas del colectivo puedan contraer matrimonio por la Iglesia, Sanz asegura que hay que mantener "la esperanza". "La unidad de tiempo de la iglesia es el siglo. Como pasa en muchas ocasiones, igual estamos trabajando por algo que no vamos a ver, pero eso no nos quita el sentido o esa esperanza, aunque a lo mejor no llegue. Desde luego tenemos claro que es lo que queremos para nosotros y para el resto de gente", enfatiza.
Juani asegura que a sus 65 años pensaba que las bendiciones a parejas homosexuales iban a ser "impensables" y la posibilidad de poder tomar el sacramento del matrimonio lo ve "difícil, pero no imposible". "Yo no me muero con la posibilidad, con la esperanza de que a lo mejor sí me dan el sacramento del matrimonio", señala y recuerda que en su comunidad cristiana aborda con total normalidad la vida junto a su mujer, Ana.
"Dentro de esas comunidades, hay sacerdotes, hay monjas, hay cristianos de base, hay mujeres, hay varones, hay trans, hay de todo... Todos intentando seguir el mismo Evangelio, y cada uno con un carisma y esa es la riqueza de la Iglesia católica", recuerda.