Lanzan un recado a los que tiran las cáscaras de los plátanos a la tierra diciendo que se convertirán en abono
Generan mal olor y atraen plagas.

Cada vez más personas son conscientes del impacto que nuestras acciones tienen sobre el medio ambiente y de la importancia de respetar la naturaleza. Desde pequeños se nos enseña que, al visitar un monte o un bosque, debemos recoger toda la basura antes de irnos, sin dejar ni papeles ni restos de comida en el campo.
Sin embargo, todavía hay quienes creen que tirar cáscaras de fruta o restos orgánicos “no hace daño” porque “la naturaleza los absorbe” o “se convierten en abono”. En cambio, esa creencia no es cierta y puede causar daños significativos al ecosistema y alterar el comportamiento de la fauna local. De hecho varios organismos medioambientales han lanzado un recado contundente a los excursionistas.
Aunque algunos piensan que al ser residuos orgánicos “la tierra los aprovecha”, los expertos explican que las cáscaras no actúan como fertilizante. En lugar de aportar nutrientes, solo generan mal olor y atraen plagas, además de liberar sustancias químicas derivadas de los conservantes y pesticidas que se acumulan en su superficie.
Un pequeño gesto con gran impacto
El Servicio de Parques Nacionales Coreano advierte que incluso pequeñas concentraciones de estos químicos pueden provocar problemas reproductivos en animales pequeños, como ardillas o crías, si se acumulan en sus cuerpos. Este desequilibrio puede extenderse a lo largo de toda la cadena alimentaria, afectando también a otras especies y al propio suelo.
Además, según el medio Chosun Media dejar restos de comida puede modificar los hábitos alimenticios de los animales salvajes, que empiezan a depender de la comida humana, alterando su comportamiento natural.
Un proceso largo
Para que los residuos orgánicos puedan convertirse realmente en compost, deben pasar por un proceso controlado de entre dos y tres meses, que incluye clasificación, molienda, curado y secado. Solo al finalizar ese proceso se obtiene un material rico en nutrientes y oligoelementos apto para el crecimiento vegetal. Tirar una cáscara al suelo, por tanto, no aporta ningún beneficio y sí genera un daño ambiental silencioso.
Los expertos también advierten que no deben arrojarse los palillos de madera usados. Estos palillos suelen estar tratados con conservantes, y los resto de comida, que se quedan en ellos, pueden tener alto contenido en sodio que puede dañar las plantas, ya que la sal provoca que la humedad se extraiga de sus raíces. Por ello, los especialistas recomiendan llevar una bolsa o recipiente reutilizable para guardar los restos de comida y retirarlos del bosque o la montaña al finalizar la caminata.
