Los tapones de las botellas de plástico vuelven a cambiar y no es el único cambio inminente que notarás en los envases
"Un importante paso adelante" en la lucha contra la contaminación por plásticos.

En un contexto global en el que cada vez se le da más importancia a la lucha contra el cambio climático, las industrias se adaptan para hacer de sus productos lo menos contaminantes posible. Es el caso de las botellas de plástico, que tal y como apunta la revista italiana Eco Blog, sigue evolucionando para enfrentar los desafíos relacionados con el reciclaje y la reducción del impacto ambiental. Tras la introducción del tapón no extraíble, se abre una nueva fase de innovación en la composición de estos envases.
De este modo, la nueva regulación ha llevado a los fabricantes a repensar no sólo la tapa, sino toda la estructura de la botella. La innovación más significativa se refiere a la introducción de materiales y soluciones más fácilmente reciclables que minimizan el uso de plástico virgen: contarán con un cuerpo más delgado y liviano, sin comprometer la resistencia mecánica necesaria para el transporte y el uso diario.
Según la publicación, se está extendiendo entre los fabricantes la práctica de utilizar plástico reciclado en grandes cantidades. "El objetivo es alcanzar un porcentaje significativo de plástico reciclado en botellas para 2030, contribuyendo así a un modelo de economía circular".
De acuerdo a los datos recabados, la obligación del tapón no extraíble fue un paso fundamental para mejorar la calidad del reciclaje. Este sistema evita que el corcho, a menudo hecho de materiales distintos a la botella, se separe y disperse. "Hoy en día, las empresas están trabajando en tapones integrados con sistemas de cierre más innovadores, que garantizan la seguridad del producto, pero también la facilidad de apertura y reutilización", reza el medio.
Por su parte, las innovaciones tecnológicas incluyen tapas hechas de bioplásticos o materiales biodegradables, que son parte de una estrategia más amplia para reducir el impacto ambiental general. Estas soluciones, asegura la revista, ya están siendo probadas por algunas grandes empresas del sector de las bebidas y se espera que se adopten progresivamente en los próximos años.
Los beneficios de introducir estos nuevos cambios: se reducen las emisiones de dióxido de carbono y se facilita la recuperación de materiales al final de su vida útil. Asimismo, tanto las asociaciones medioambientales como las empresas de gestión de residuos han acogido con satisfacción estos cambios, como "un importante paso adelante" en la lucha contra la contaminación por plásticos.
