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Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Es del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías.

Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Es del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías.

Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Es del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías.

Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Es del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías.

Alegría para los bebés con problemas cardíacos: crean el marcapasos minúsculo disoluble que se activa con la luz

Es del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías.

Cuerpo humano holográfico azul y corazón rojo en primer plano.Getty Images

Un avance revolucionario, realizado por investigadores de la Northwestern University, promete reformar el seguimiento médico de los pacientes más pequeños y vulnerables. Se trata de un marcapasos del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías, capaz de disolverse tras cumplir su función y activarse con luz infrarroja.

Este innovador dispositivo, diseñado específicamente para bebés con defectos cardíacos de nacimiento, puede ser insertado mediante una simple inyección, eliminando la necesidad de cirugía y reduciendo drásticamente los riesgos asociados a los marcapasos tradicionales. 

Las ventajas no se quedan ahí; al no requerir cables externos, evita complicaciones como infecciones o daños al tejido al momento de retirarlo, y una vez cumple su vida útil, desaparece de forma natural, sin dejar rastro en el cuerpo.

Su funcionamiento rompe esquemas

El dispositivo se activa mediante destellos de luz infrarroja emitidos desde un parche flexible adherido al pecho del paciente, lo que permite una estimulación cardíaca precisa, personalizada y no invasiva. Además, en lugar de una batería, el marcapasos se alimenta mediante una celda galvánica que genera energía a partir de los fluidos corporales, lo que lo hace autónomo y biocompatible.

Las implicaciones de este desarrollo van mucho más allá de la pediatría. El marcapasos podría utilizarse en adultos durante cirugías cardíacas o integrarse en válvulas implantables para prevenir arritmias postoperatorias. 

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, también revela que el dispositivo puede activarse con diferentes longitudes de onda, lo que permitiría controlar varios marcapasos de forma independiente con luces de distintos colores y así ayudar en enfermedades complejas como la fibrilación auricular. 

Su tecnología abre la puerta a nuevas aplicaciones en la medicina regenerativa, la neuroestimulación y el tratamiento del dolor crónico. Además, ya ha sido probado con éxito en animales y corazones humanos donados. 

Este marcapasos representa no solo un hito en la medicina cardiovascular, sino que es el inicio de una nueva era donde los dispositivos médicos son temporales, inteligentes, completamente integrados al cuerpo y capaces de desaparecer sin dejar cicatriz.

Un avance revolucionario, realizado por investigadores de la Northwestern University, promete reformar el seguimiento médico de los pacientes más pequeños y vulnerables. Se trata de un marcapasos del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías, capaz de disolverse tras cumplir su función y activarse con luz infrarroja.

Este innovador dispositivo, diseñado específicamente para bebés con defectos cardíacos de nacimiento, puede ser insertado mediante una simple inyección, eliminando la necesidad de cirugía y reduciendo drásticamente los riesgos asociados a los marcapasos tradicionales. 

Las ventajas no se quedan ahí; al no requerir cables externos, evita complicaciones como infecciones o daños al tejido al momento de retirarlo, y una vez cumple su vida útil, desaparece de forma natural, sin dejar rastro en el cuerpo.

Su funcionamiento rompe esquemas

El dispositivo se activa mediante destellos de luz infrarroja emitidos desde un parche flexible adherido al pecho del paciente, lo que permite una estimulación cardíaca precisa, personalizada y no invasiva. Además, en lugar de una batería, el marcapasos se alimenta mediante una celda galvánica que genera energía a partir de los fluidos corporales, lo que lo hace autónomo y biocompatible.

Las implicaciones de este desarrollo van mucho más allá de la pediatría. El marcapasos podría utilizarse en adultos durante cirugías cardíacas o integrarse en válvulas implantables para prevenir arritmias postoperatorias. 

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, también revela que el dispositivo puede activarse con diferentes longitudes de onda, lo que permitiría controlar varios marcapasos de forma independiente con luces de distintos colores y así ayudar en enfermedades complejas como la fibrilación auricular. 

Su tecnología abre la puerta a nuevas aplicaciones en la medicina regenerativa, la neuroestimulación y el tratamiento del dolor crónico. Además, ya ha sido probado con éxito en animales y corazones humanos donados. 

Este marcapasos representa no solo un hito en la medicina cardiovascular, sino que es el inicio de una nueva era donde los dispositivos médicos son temporales, inteligentes, completamente integrados al cuerpo y capaces de desaparecer sin dejar cicatriz.

Un avance revolucionario, realizado por investigadores de la Northwestern University, promete reformar el seguimiento médico de los pacientes más pequeños y vulnerables. Se trata de un marcapasos del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías, capaz de disolverse tras cumplir su función y activarse con luz infrarroja.

Este innovador dispositivo, diseñado específicamente para bebés con defectos cardíacos de nacimiento, puede ser insertado mediante una simple inyección, eliminando la necesidad de cirugía y reduciendo drásticamente los riesgos asociados a los marcapasos tradicionales. 

Las ventajas no se quedan ahí; al no requerir cables externos, evita complicaciones como infecciones o daños al tejido al momento de retirarlo, y una vez cumple su vida útil, desaparece de forma natural, sin dejar rastro en el cuerpo.

Su funcionamiento rompe esquemas

El dispositivo se activa mediante destellos de luz infrarroja emitidos desde un parche flexible adherido al pecho del paciente, lo que permite una estimulación cardíaca precisa, personalizada y no invasiva. Además, en lugar de una batería, el marcapasos se alimenta mediante una celda galvánica que genera energía a partir de los fluidos corporales, lo que lo hace autónomo y biocompatible.

Las implicaciones de este desarrollo van mucho más allá de la pediatría. El marcapasos podría utilizarse en adultos durante cirugías cardíacas o integrarse en válvulas implantables para prevenir arritmias postoperatorias. 

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, también revela que el dispositivo puede activarse con diferentes longitudes de onda, lo que permitiría controlar varios marcapasos de forma independiente con luces de distintos colores y así ayudar en enfermedades complejas como la fibrilación auricular. 

Su tecnología abre la puerta a nuevas aplicaciones en la medicina regenerativa, la neuroestimulación y el tratamiento del dolor crónico. Además, ya ha sido probado con éxito en animales y corazones humanos donados. 

Este marcapasos representa no solo un hito en la medicina cardiovascular, sino que es el inicio de una nueva era donde los dispositivos médicos son temporales, inteligentes, completamente integrados al cuerpo y capaces de desaparecer sin dejar cicatriz.

Un avance revolucionario, realizado por investigadores de la Northwestern University, promete reformar el seguimiento médico de los pacientes más pequeños y vulnerables. Se trata de un marcapasos del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías, capaz de disolverse tras cumplir su función y activarse con luz infrarroja.

Este innovador dispositivo, diseñado específicamente para bebés con defectos cardíacos de nacimiento, puede ser insertado mediante una simple inyección, eliminando la necesidad de cirugía y reduciendo drásticamente los riesgos asociados a los marcapasos tradicionales. 

Las ventajas no se quedan ahí; al no requerir cables externos, evita complicaciones como infecciones o daños al tejido al momento de retirarlo, y una vez cumple su vida útil, desaparece de forma natural, sin dejar rastro en el cuerpo.

Su funcionamiento rompe esquemas

El dispositivo se activa mediante destellos de luz infrarroja emitidos desde un parche flexible adherido al pecho del paciente, lo que permite una estimulación cardíaca precisa, personalizada y no invasiva. Además, en lugar de una batería, el marcapasos se alimenta mediante una celda galvánica que genera energía a partir de los fluidos corporales, lo que lo hace autónomo y biocompatible.

Las implicaciones de este desarrollo van mucho más allá de la pediatría. El marcapasos podría utilizarse en adultos durante cirugías cardíacas o integrarse en válvulas implantables para prevenir arritmias postoperatorias. 

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, también revela que el dispositivo puede activarse con diferentes longitudes de onda, lo que permitiría controlar varios marcapasos de forma independiente con luces de distintos colores y así ayudar en enfermedades complejas como la fibrilación auricular. 

Su tecnología abre la puerta a nuevas aplicaciones en la medicina regenerativa, la neuroestimulación y el tratamiento del dolor crónico. Además, ya ha sido probado con éxito en animales y corazones humanos donados. 

Este marcapasos representa no solo un hito en la medicina cardiovascular, sino que es el inicio de una nueva era donde los dispositivos médicos son temporales, inteligentes, completamente integrados al cuerpo y capaces de desaparecer sin dejar cicatriz.

Un avance revolucionario, realizado por investigadores de la Northwestern University, promete reformar el seguimiento médico de los pacientes más pequeños y vulnerables. Se trata de un marcapasos del tamaño de un grano de arroz, sin cables ni baterías, capaz de disolverse tras cumplir su función y activarse con luz infrarroja.

Este innovador dispositivo, diseñado específicamente para bebés con defectos cardíacos de nacimiento, puede ser insertado mediante una simple inyección, eliminando la necesidad de cirugía y reduciendo drásticamente los riesgos asociados a los marcapasos tradicionales. 

Las ventajas no se quedan ahí; al no requerir cables externos, evita complicaciones como infecciones o daños al tejido al momento de retirarlo, y una vez cumple su vida útil, desaparece de forma natural, sin dejar rastro en el cuerpo.

Su funcionamiento rompe esquemas

El dispositivo se activa mediante destellos de luz infrarroja emitidos desde un parche flexible adherido al pecho del paciente, lo que permite una estimulación cardíaca precisa, personalizada y no invasiva. Además, en lugar de una batería, el marcapasos se alimenta mediante una celda galvánica que genera energía a partir de los fluidos corporales, lo que lo hace autónomo y biocompatible.

Las implicaciones de este desarrollo van mucho más allá de la pediatría. El marcapasos podría utilizarse en adultos durante cirugías cardíacas o integrarse en válvulas implantables para prevenir arritmias postoperatorias. 

El estudio, publicado en la prestigiosa revista Nature, también revela que el dispositivo puede activarse con diferentes longitudes de onda, lo que permitiría controlar varios marcapasos de forma independiente con luces de distintos colores y así ayudar en enfermedades complejas como la fibrilación auricular. 

Su tecnología abre la puerta a nuevas aplicaciones en la medicina regenerativa, la neuroestimulación y el tratamiento del dolor crónico. Además, ya ha sido probado con éxito en animales y corazones humanos donados. 

Este marcapasos representa no solo un hito en la medicina cardiovascular, sino que es el inicio de una nueva era donde los dispositivos médicos son temporales, inteligentes, completamente integrados al cuerpo y capaces de desaparecer sin dejar cicatriz.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


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Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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