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He estudiado a cerca de 200 niños y éste es el estilo de los padres con éxito al educar a sus niños

He estudiado a cerca de 200 niños y éste es el estilo de los padres con éxito al  educar a sus niños

Una experta en educación de los hijos da pautas sobre cómo poner en práctica una crianza "emocionalmente segura".

Un padre regaña a su hijo en la sala de estar.
Un padre regaña a su hijo en la sala de estar.StockPlanets

Hay una serie de hábitos de los padres con sus hijos que se dan en los niños y niñas con mayor autoestima, según un nuevo estudio entre más de 200 menores realizado y publicado en CNBC por Reem Raouda, coach y experta en crianza consciente. En concreto, se resumen en diversas pautas, que, según esta especialista en educación de los hijos, son las claves para conseguir criar a los hijos logrando que alcancen una alta eutoestima. Esta experta es la fundadora de la organización Power Struggles No More, desde la que intenta ayuda a los padres a poner fin a las batallas diarias con los hijos y a mejorar el vínculo con ellos.

"Hay infinitas maneras de abordar la crianza", comienza explicando esta experta. "Muchos padres optan por la 'crianza equilibrada', un estilo ampliamente respetado que equilibra límites firmes con cariño y apoyo. Otros se inclinan por la ” crianza autoritaria ”, un modelo más estricto que prioriza las reglas y las consecuencias. Más recientemente, he visto mucha “ crianza amable ”, que prioriza la empatía y la validación emocional, añade Raouda.

Pero, tras años estudiando más de 200 relaciones entre padres e hijos , y practicando hábitos saludables con su propio hijo, según ha asegurado, ha comprobado "qué ayuda a los niños a prosperar... y qué los frena silenciosamente", detalla. A partir de lo cual ha desarrollado un nuevo marco de crianza, "basado en lo que los niños más necesitan pero rara vez reciben: seguridad emocional", explica.

¿Qué es la “crianza emocionalmente segura” que defiende esta experta? "En la crianza emocionalmente segura, el objetivo es estar en profunda sintonía con las necesidades emocionales de su hijo. Enseño a los padres no solo a gestionar el comportamiento de sus hijos, sino también a ayudarlos a desarrollar resiliencia emocional, confianza y conexión mediante conversaciones abiertas y honestas", explica.

Es más, "al igual que la crianza autoritaria, la crianza emocionalmente segura establece límites claros y fomenta la independencia. La diferencia radica en que anima a los padres a centrarse en la sintonía emocional, la autoconciencia y la sanación interior", destaca. Y expone, a continuación, algunos rasgos comunes de los padres emocionalmente seguros.

El primero es que aceptan las emociones de sus hijos sin apresurarse a arreglarlas o descartarlas; el segundo es que responden sin avergonzar a su hijo, evitando frases que lo menosprecien, lo culpen o lo avergüencen, incluso si esas fueron las respuestas con las que crecieron, y el tercero que consideran el comportamiento “malo” (es decir, gritar, responder a los gritos, golpear a otro hermano) como señales de estrés, no como desafío, expone Raouda.

Además, este tipo de padres asumen la responsabilidad después de los conflictos pidiendo disculpas y reconectando, en lugar de castigar o retirarse; realizan un trabajo interno (a través de un diario, terapia o atención plena) no para permanecer tranquilos en el momento, sino para volverse menos reactivos desde el principio; crean un entorno donde su hijo se siente seguro expresando grandes emociones, haciendo preguntas y mostrándose como su yo completo y auténtico, y Abrazan al niño en su totalidad, mostrando una aceptación constante tanto de los rasgos fáciles como de los difíciles, no sólo la versión “bien educada”, resalta esta especialista.

Finalmente, Raouda destaca que estos padres "lideran con autoridad tranquila y firme, manteniendo límites sin miedo y acogiendo incluso las emociones más intensas con compasión y claridad", algo muy importante, resalta. 

Respecto a cómo practicar una crianza emocionalmente segura, da una serie de pautas. Por un lado, requiere hacer lo que ella llama un "trabajo interior previo": "La crianza emocionalmente segura empieza con el adulto, no con el niño. Acostúmbrate a reflexionar sobre cómo tu propia infancia y tus desencadenantes emocionales influyen en sus reacciones hoy. Cuando estés en el calor del momento, toma conciencia de lo que estás sintiendo, no para controlarlo, sino para comprenderlo. Antes de corregir a tu hijo, pregúntate: '¿Qué parte de mí se siente amenazada en este momento?' y, si notas que repites algo que dijeron tus padres, piensa: '¿Es así como quiero comportarme con mi hijo?'". 

Otra pauta que aconseja Raouda es "tomarse el comportamiento como una señal, no como una amenaza": "En lugar de ver la mala conducta como una falta de respeto, los padres emocionalmente seguros la ven como una comunicación: una solicitud de apoyo, no de castigo. Y en esos momentos, responde con curiosidad en lugar de apresurarse a sacar consecuencias, preguntando cosas como: '¿Puedes ayudarme a entender qué pasó?' o '¿Qué sentías cuando sucedió eso?'", resalta. 

Y sus dos últimos consejos tienen que ver con establezcer límites con empatía, no con control, y con evitar que se produzca la vergüenza. "Los límites son necesarios, pero no hay que imponerlos con miedo ni vergüenza. Los padres emocionalmente seguros mantienen límites firmes y mantienen una conexión emocional", explica la experta. Y concluye resaltando que "la crianza emocionalmente segura no se trata de ser perfecto, sino de modelar cómo es una recuperación saludable". Así que, en lugar de culpar o aislarse, "reconecta con tu hijo después de los momentos difíciles y muéstrale que el conflicto no tiene por qué llevar a la vergüenza ni a la desconexión", aconseja. 

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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