"Soy cristiano y del PSOE": los creyentes de Ferraz 'salen' de su armario
El grupo federal de Cristianos Socialistas suma ya unos 2.000 miembros y ahora ha creado una sección exclusiva para jóvenes. "Aunque Sánchez promueva un discurso laicista, en el partido siempre nos han tratado muy bien", cuentan.

En octubre de 2023, un sondeo del CIS destacaba que un 19,6% de los católicos practicantes y un 23,5% de los no practicantes votarían al PSOE en caso de celebrarse elecciones generales. Era la segunda fuerza política con mayor apoyo entre este grupo poblacional, sólo superada por un PP que llegaría al 40,1% y al 34,6% respectivamente. Además, aproximadamente un 25% de los católicos encuestados consideraba que el PSOE era el partido que más se acercaba a sus propias ideas.
Estos datos, que no habrán cambiado sustancialmente en estos dos últimos años, reflejan que dentro del socialismo hay un importante grupo de personas que se declaran católicas o cristianas, pese a que esta afirmación se aleje de un pensamiento muy extendido: las ideas progresistas 'no comulgan' bien con la fe en dios.
De hecho, importantes dirigentes del actual PSOE han demostrado públicamente su fervor religioso. "Yo sí que creo en Dios porque hay un sentido de trascendencia y he recibido una formación en un entorno católico. No voy cada día a misa, ni siquiera cada semana, pero sí que rezo todos los días. Intento practicarlo y conducirme de acuerdo con mi fe religiosa", señaló por ejemplo el actual presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en un programa de televisión el pasado mes de mayo.
"Soy muy católica. El día de San Isidro fui a comulgar y pedí claramente al santo ganar las elecciones. Soy de pueblo y me he criado en una parroquia. La parroquia lo era todo. Formé parte del coro y aprendí a tocar la guitarra. Mis hijos están bautizados y han hecho la Comunión. Me confesé durante la misa de San Isidro y lo llevo con mucha normalidad", dijo por su parte en El Mundo la exministra y líder del PSOE madrileño a nivel municipal, Reyes Maroto.
Lejos de que pueda parecer un tabú o una corriente casi clandestina, el cristianismo tiene su propio espacio en la organización del PSOE. Hace aproximadamente veinte años se constituyó en su sede central de Ferraz, en Madrid, el denominado "Grupo Federal de Cristianos Socialistas", dependiente del área de Justicia dentro del organigrama del partido y conformado por unos dos mil miembros. Su objetivo: formalizar y promover la participación de los cristianos dentro del partido y, también, tender puentes con la Iglesia y las ONG de carácter religioso.
Cristóbal López Villatoro es el coordinador de este grupo desde hace cinco años. Según él, aunque la Ejecutiva del partido y el propio secretario general, Pedro Sánchez, "promueven un discurso laicista", el partido les ha brindado todas las facilidades para desarrollar su labor de forma interna. "Nos han ayudado en todas las iniciativas que hemos puesto sobre la mesa", señala en una entrevista a El HuffPost.
Porque López Villatoro no ve contradictorio ser progresista y cristiano. "El votante socialista comparte los valores del evangelio y del cristianismo, aunque eso implique a su vez una disidencia con respecto a lo que es la Iglesia oficial", asegura.
Con la Iglesia hemos topado

Precisamente, las relaciones entre el PSOE y la Iglesia católica española han sido habitualmente difíciles y, en algunas situaciones, muy tensas. Con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa (2004 - 2011), los obispos salieron a la calle en una multitudinaria manifestación en defensa de la "familia tradicional" y participaron en diferentes movilizaciones contra el aborto. De hecho, el propio papa Benedicto XVI llegó a mostrarse preocupado por el "laicismo agresivo" que existía en España. En este clima, el expresidente socialista amagó con reformar la ley de libertad religiosa. Sin embargo, la acabó guardando en un cajón y, en un giro inesperado, pactó con la Iglesia un cambio en el modelo de financiación que ha reportado a los obispos cifras de ingreso récord durante estos últimos años.

Con Pedro Sánchez como presidente, también ha habido momentos dulces y otros más ásperos. No gusta a la Iglesia, por ejemplo, su cruzada para hacerle responsable de los casos de pederastia en el seno de la institución, el estudio de los bienes inmatriculados de la Iglesia Católica (casi 35.000) o el debate abierto sobre la resignificación del Valle de los Caídos. Incluso, en estos últimos días, el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, acusó al presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, de romper "la neutralidad política de la Iglesia" por pronunciarse "a favor del fin del actual Gobierno". El religioso le contestó: "Ante el respeto a las reglas básicas del Estado de Derecho, no soy neutral".
Pese a estas tensiones, López Villatoro considera que la relación entre este actual Ejecutivo y la Iglesia "está bastante normalizada". "Hay un respeto institucional y voluntad de cooperación. Y aunque se ha vendido que este Gobierno es anticlerical, la realidad demuestra lo contrario", asegura.
De hecho, según su análisis, la Iglesia protesta más con los gobiernos socialistas, pero saca más rédito de ellos que con los de derechas. "Han podido perder algún privilegio, pero nunca derechos. Puedo entender que los obispos se sientan más cómodos con un gobierno del PP, porque la Iglesia es una institución que todavía no ha hecho la transición desde el franquismo, pero los de izquierdas les tienen un gran respeto y ánimo de colaboración", añade.
A Dios rogando
Villatoro recita nombres de altos dirigentes socialistas que se declararan abiertamente católicos. "María Jesús Montero va con una crucecita. Juan Espadas es creyente, igual que Margarita Robles, Salvador Illa... Cuando preguntas generalmente a un simpatizante o afiliado socialista si es cristiano, normalmente te dicen que sí", señala.
Con el objetivo de ampliar su número de miembros y hacerse más visibles dentro del PSOE, la organización ha creado recientemente el grupo 'Jóvenes Cristianos Socialistas', dirigido a afiliados de 14 a 31 años (Juventudes Socialistas permite la afiliación siendo menor de edad). De momento, ya lo conforman unos cuarenta miembros.
"Parece que para ser cristiano tienes que ser de derechas. Pero eso no es cierto. Cada vez hay más jóvenes dentro de la Iglesia que son progresistas, aunque no siempre sea fácil decirlo públicamente", asegura a El HuffPost Adrián Pastor, de 22 años y coordinador de este incipiente grupo juvenil. De ahí que hayan creado este espacio "para hablar y expresar ideas, sin que nadie pueda ser señalado".
El joven asegura que se afilió al PSOE por su manera de ver el mundo desde el prisma de su fe. "Hay gente en la izquierda a la que le choca que le diga que soy creyente. Quizá no siempre seamos bien recibidos entre los partidos de izquierda, pero tampoco es la regla general. Juventudes Socialistas, por ejemplo, nos ha invitado a su próximo congreso federal para aportar nuestra visión humanista y cristiana en el mundo", señala.
La propia Conferencia Episcopal también les ha brindado su apoyo, al prestarse a tener "conversaciones" con el grupo. "La Iglesia se está reformando poco a poco. A veces queremos que lo hagan más rápido de lo que lo hacen y eso puede generar tensiones entre la iglesia y el partido (el PSOE), pero no es lo habitual", explica.

En los últimos meses, se ha generado un debate sobre si la juventud española estaba volviendo a retomar la fe y a creer en dios, en un momento en el que la cultura explota las referencias y los símbolos religiosos (Rosalía vestida con un atuendo de monja en un imagen promocional de su nuevo disco) y algunos de los nuevos influencers en redes sociales, como Cristina Sempere, en lugar de perrear enseñan a los más jóvenes a rezar con un rosario o a hacer un unboxing de biblias, reliquias y estampitas.
Para Villatoro, este "fenómeno" no es nuevo. "Muchas veces decimos que la gente joven ya no cree en nada, pero lo cierto es que cree en cosas que no están en la agenda política. Yo tengo la convicción de que muchos jóvenes tienen un gran compromiso religioso. Siempre ha sido así, pero era algo que no queríamos ver. Y los jóvenes son muy necesarios, porque nos aportan una visión de la realidad muy diferente a la nuestra", sostiene.
Po eso, tanto Villatoro como Pastor abogan por que los cristianos de ideología progresista, especialmente los más jóvenes, "salgan del armario" y practiquen de forma pública su fe. "Mucha gente no va a las iglesias porque se sienten señalados por sus compañeros. Y eso no puede suceder. Tenemos que demostrar que se puede ser joven, cristiano y socialista a la vez", concluyen.
