La mala suerte en el amor de la familia de Felipe VI: divorcios traumáticos o cordiales, pareja que no llega y un único matrimonio superviviente
Los nietos de los condes de Barcelona han sufrido por amor. De los 10, siete se han divorciado, dos no se han casado y solo uno mantiene su primer matrimonio.

La familia de Felipe VI se enfrenta a otra ruptura, una completamente inesperada que sin embargo se gestó tiempo atrás. Bruno Gómez-Acebo y Bárbara Cano han confirmado su separación a la revista ¡Hola!, señalando que su ruptura tuvo lugar un año antes, pero que no ha trascendido hasta octubre de 2025.
Si ambos pusieron fin a su matrimonio un año atrás, eso quiere decir que la separación se produjo en 2024, el annus horribilis de los Gómez-Acebo. El 1 de marzo de ese año moría a los 49 años Fernando, el hijo pequeño de la infanta Pilar. Menos de medio año después, el 12 de agosto, se produjo el fallecimiento del segundo hermano, Juan, que perdió la vida a causa de un cáncer a los 54 años. Y para sumar a un año tan doloroso, una separación que nadie esperaba.

Porque Bruno Gómez-Acebo y Bárbara Cano formaban la pareja más estable de la familia. O al menos eso parecía. Ambos se casaron en 2002 tras cinco años de noviazgo, y fueron padres de tres hijos. Alejandro nació en 2004, Guillermo, en 2005, y Álvaro vino al mundo en 2011. Siempre discretos, todo parecía ir bien, hasta que dejó de funcionar. Tras la separación, ella sigue viviendo en la casa familiar con su hijos en Madrid, mientras que Bruno continúa con su trabajo en Miami, donde ejerce como vicepresidente de la consultora financiera Boreal Capital, y viaja cada mes para ver a sus hijos.
Esta situación ya se daba antes de la ruptura, por lo que quizá tanta distancia hizo mella. O quizá no. Lo que no es una elucubración es que ambos lo pasaron mal en su momento, pero han logrado tener una relación muy cordial, con enorme respeto y con un profundo compromiso conjunto hacia sus hijos. Así lo confesó la propia Bárbara Cano a la citada publicación en la que se confirmó el fin de su relación. Y un dato importante: están separados de hecho, pero no de derecho. Gómez-Acebo y Cano no tienen intención de divorciarse.

Separados o divorciados, lo cierto es que esta ruptura evidencia la mala suerte en el amor que tiene la familia de Felipe VI. Los condes de Barcelona tuvieron 10 nietos. De ellos, solo uno se ha casado una vez y mantiene su matrimonio. Se trata de Felipe VI, casado con Letizia en 2004. No es que su relación haya sido un camino de rosas, pero ambos siguen juntos, navegando en aguas turbulentas o en mares en calma. De todo ha habido en esta relación sobre la que se sostiene la corona.
Otros no han tenido tanta suerte. Siguiendo por la rama de Juan Carlos y Sofía, una unión que feliz no ha sido, están las infantas Elena y Cristina. Como Felipe VI, ambas querían que sus matrimonios fueran para toda la vida, pero su intención se quedó en un deseo porque las dos han acabado divorciadas.

La hija mayor de Juan Carlos I se casó con el aristócrata Jaime de Marichalar en 1995 y fueron padres de dos hijos, Froilán (1998) y Victoria Federica (2000). Todo se malogró cuando Marichalar sufrió una isquemia cerebral el 22 de diciembre de 2001 que le dejó secuelas tanto físicas, como en su carácter. Las cosas empezaron a ir mal desde este momento, aunque todavía hubo periodos de esperanza también truncados, como cuando la infanta Elena perdió el bebé que esperaba en junio de 2003. Finalmente, el 13 de noviembre de 2007 Casa Real anunció el "cese temporal de su convivencia matrimonial", un eufemismo para no decir que la infanta y Marichalar se separaban. En noviembre de 2009 firmaron el divorcio. La expareja acabó mal y no han querido volver a verse ni a saber nada el uno del otro salvo en todo lo concerniente a sus hijos.
La infanta Elena rompió el tabú asociado a los divorcios en la realeza, aunque no es lo mismo que se separe una infanta a que lo hagan los reyes o los herederos, y al menos no ha ocurrido por mucho que al Emérito le hubiese encantado divorciarse de la reina Sofía. Los que sí disolvieron su unión fueron la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, cuyo matrimonio fue considerado durante años como el que mejor marchaba de los de la familia real. Sí, mejor que el de Felipe y Letizia. Sin embargo, el caso Nóos lo cambió todo.

La infanta y el exjugador de balonmano fueron a juicio. Ella salió absuelta, pero él fue condenado a 6 años y 3 meses de prisión que fueron rebajados a 5 años y 10 meses por el Supremo. Entró en la cárcel el 18 de junio de 2018 y ahí fue el principio del fin. La relación se fue resintiendo cada vez más, y aunque la infanta Cristina quizá esperaba que cuando Urdangarin pudiera, se instalara otra vez en Ginebra con él, lo cierto es que el exjugador de balonmano se trasladó a Vitoria.
Se instaló con su madre, fue a dormir a la cárcel durante el tiempo en el que tuvo que hacerlo, obtuvo un trabajo en un bufete y allí su vida dio un giro cuando conoció en ese lugar a una mujer llamada Ainhoa Armentia, con la que inició una relación secreta en 2021 que dejó de serlo en enero de 2022 cuando ambos aparecieron juntos en la portada de la revista Lecturas.

El escándalo fue tremendo y tras el shock inicial llegó un comunicado en el que hablaban de interrupción de su relación matrimonial. Vamos, que separaban. El divorcio tardó porque esperaron a que su hija pequeña, Irene, fuera mayor de edad, y a solucionar todos los flecos pendientes. La disolución llegó en diciembre de 2023. Aunque no son los mejores amigos, no han sido tan radicales como la infanta Elena y Marichalar y no tienen tantos reparos en verse. Aunque si pueden evitarlo, mejor.
Los Gómez-Acebo, cinco hermanos y seis rupturas
Con respecto a los Gómez-Acebo, ellos son los que menos suerte han tenido. Simoneta, la mayor de los hijos de la infanta Pilar y Luis Gómez-Acebo, se casó en 1990 con José Miguel Fernández Sastrón, con el que tuvo 3 hijos. En 2009 se separaron de forma amistosa, y en 2012 firmaron su divorcio.

Juan, el segundo hijo de los duques de Badajoz, parecía un soltero empedernido hasta que apareció en su vida la estadounidense Winston Holmes Carney, con la que tuvo un hijo en 2013. La pareja se casó en 2014 en Miami y se separaron en 2019. Fallecido en agosto de 2014, pasó los últimos meses de su vida junto a Teresa Vérez.
El tercer Gómez-Acebo era el que parecía tener un matrimonio único y estable, pero tampoco, porque Bruno acabó separado en 2024. Por su parte, el cuarto hermano, Beltrán, se ha divorciado, pero sí volvió a encontrar el amor. Gómez-Acebo estuvo cinco años casado con Laura Ponte, entre 2004 y 2009, con la que tuvo a su hijo Luis en 2005 y a su hija Laura en 2006. Separados en 2009, se divorciaron en 2011. Su relación siempre fue cordial.

Tuvo una segunda oportunidad con Andrea Pascual, con la que se casó el 27 de febrero de 2016 y con la que tuvo un hijo nacido en julio de ese mismo año. Beltrán ha sido el único Gómez-Acebo que ha seguido casado, aunque haya sido en segundas nupcias. Finalmente estaba el malogrado Fernando, fallecido a los 49 años. Estuvo unido a Mónica Martín Luque entre 2004 y 2011, obteniendo el divorcio en 2013.

El amor volvió a llamar a su puerta y en 2016 se casó con la periodista griega Nadia Halamandari, madre de su único hijo, Nicolás, nacido ese mismo año. Lamentablemente esta relación tampoco funcionó, aunque siempre se llevaron bien. Cierto es que todos los Gómez-Acebo se han divorciado, pero también que los cinco lograron establecer vínculos cordiales con sus exparejas.
Los Zurita, los únicos solteros
Y por último están los Zurita. Ninguno de los hijos de la infanta Margarita y Carlos Zurita se ha casado nunca. ¿Han tenido mala suerte en el amor? En el caso del mayor, Alfonso, poco se sabe de su vida privada, pero sí trascendió que tiene o ha tenido una pareja muy estable de muchísimos años. En 2022 estaban juntos, pero nada más se sabe.

En cuanto a su hermana María, no ha tenido parejas conocidas. No ha encontrado el amor a nivel sentimental, pero eso no ha impedido que haya formado una familia. El 28 de abril de 2018 nació su hijo Carlos. María rompió el molde al ser la primera royal española madre soltera que fue madre por inseminación artificial. No se habrá casado nunca, pero sin duda es muy feliz.
