El hongo que crece en árboles muertos podría ser un 'fármaco' contra el Alzheimer
Una reciente investigación arroja resultados positivos en la regeneración neuronal.

El Alzheimer es la forma más común de demencia, que a nivel global afecta a 57 millones de personas. En España cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos de Alzheimer, según la Sociedad Española de Neurología.
La frecuencia de esta dolencia hace que la investigación se centre en buscar nuevas formas de paliarla. Una de las más recientes se ha encontrado tras un estudio realizado por científicos australianos, que han revelado que un hongo conocido como Hericium erinaceus podría tener un efecto positivo en la salud cerebral, favoreciendo la regeneración neuronal y fortaleciendo la memoria.
Los resultados publicados en 2023 en la revista Journal of Neurochemistry apuntaron a que mejora la actividad cerebral en quienes consumen este hongo, utilizado en la medicina tradicional de Oceanía y Asia Pacífico.
"El Hericium erinaceus mejora la regeneración de los nervios periféricos al activar la actividad neurotrófica del factor de crecimiento nervioso (NGF)", señalaron los resultados.
Esto se debe a los compuestos bioctivos que favorecen el crecimiento de neuritas en las neuronas del hipocampo, parte cerebral fundamental para la memoria.
"La N-de feniletil isohericerina (NDPIH), un compuesto isoindolínico presente en este hongo, junto con su derivado hidrofóbico hericeno A, resultaron altamente potentes para promover el crecimiento de axones y la ramificación de neuritas en neuronas hipocampales cultivadas, incluso en ausencia de suero, demostrando una notable actividad neurotrófica", apunta el profesor Frederic Meunier, del Instituto del Cerebro de Queensland (Australia) y autor principal del estudio.
Este hongo crece en zonas tanto de Europa, como América del Norte y Asia naturalmente en árboles viejos o muertos, generalmente robustos como robles o hayas. Se trata de un hongo saprófito, es decir, que se alimenta de madera en descomposición.
Estas primeras investigaciones abren la puerta a que el Hericium se pueda usar en un futuro en fármacos orientados a prevenir o tratar el deterioro cognitivo de dolencias como el Alzheimer.
Pero además, se ha demostrado que poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que también podría reducir el riesgo de dolores de cabeza intensos.
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