La cucaracha más grande del mundo se extiende por España: más de 1.000 municipios están afectados
Un estudio con más de 600.000 muestras ha sido clave para llegar a esta conclusión.

La cucaracha americana, la más grande de su especia, y con capacidad para volar, se ha convertido en una inquilina no deseada cada vez más habitual en los hogares españoles. Según un estudio realizado por la empresa de control de plagas Anticimex, esta especia se ha consolidado como una de las principales plagas domésticas en España y continúa expandiéndose a gran velocidad.
El informa, respaldado por la Asociación Española de Entomología, analiza más de 600.000 intervenciones de desinsectación llevadas a cabo entre 2020 y 2023, lo que ha permitido trazar un mapa detallado de su presencia. Las cifras son claras: la Periplaneta americana ya está presente en 44 de las 50 provincias españolas, así como en Ceuta y Melilla. EN total, ocupa el 88% del territorio nacional, con focos especialmente activos en el sur, el litoral mediterráneo y los archipiélagos de Canarias y Baleares.
En el extremo opuesto, hay zonas que, por ahora, parecen resistirse a su avance. En provincias como Álava, Ávila, Segovia, Soria, Teruel y Zamora no se ha registrado presencia de esta cucaracha. A nivel municipal, se han documentado intervenciones en 1.022 localidades, lo que supone el 12,6% de todos los municipios del país.
Con hasta cinco centímetros de largo, un tono marrón rojizo y dos pares de alas —más desarrolladas en los machos—, la cucaracha americana prefiere ambientes cálidos y húmedos como alcantarillas o sótanos. Su ciclo vital puede durar entre seis meses y dos años, dependiendo de la temperatura, y cada hembra puede llegar a poner más de 140 huevos a lo largo de su vida.
Aunque sus primeras apariciones en la península datan oficialmente de 1796, los expertos apuntan que la especie llegó desde América a través de los puertos con mayor tráfico marítimo. "Los barcos procedentes de zonas tropicales estaban plagados de cucarachas", explican los autores. De hecho, pese a su nombre, se cree que este insecto tiene su origen en África y que cruzó primero el Atlántico antes de llegar a Europa.
El estudio también revisa el rastro histórico de esta especie en España: entre 1796 y 2024, se ha confirmado su presencia en al menos 21 provincias y 52 municipios. Ciudades como Valencia, donde el primer registro data de 1918, han pasado a considerarla una especie establecida desde hace décadas. Su expansión fue especialmente notable a partir de los años 90, con repuntes significativos en lugares como Palma, Barcelona o San Sebastián.
Los investigadores alertan de su enorme capacidad de adaptación: no solo se acomoda en ambientes urbanos y rurales, sino que también ha sido localizada en cuevas mineras, demostrando que la cucaracha americana ha venido para quedarse.
