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La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

Se trata de una amenaza que llega del suelo y el aire.

La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

Se trata de una amenaza que llega del suelo y el aire.

La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

Se trata de una amenaza que llega del suelo y el aire.

La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

Se trata de una amenaza que llega del suelo y el aire.

La OMS publica una lista aterradora que incluye la próxima superbacteria que ya se está propagando

Se trata de una amenaza que llega del suelo y el aire.

Sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza.
Sede de la Organización Mundial de la Salud en Ginebra, Suiza.Denis Balibouse

Una nueva amenaza silenciosa se propaga entre nosotros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una lista de 19 especies fúngicas que considera prioritarias para el desarrollo urgente de nuevos tratamientos. 

Entre estas especies figura el género Coccidioides, un hongo cuyas esporas microscópicas pueden provocar coccidioidomicosis, también conocida como fiebre del valle. Esta infección, que causa síntomas como dolor de cabeza, tos seca y dificultad para respirar. 

Afecta principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado, aunque también puede complicarse en individuos sanos. Los Coccidioides se encuentran en suelos desérticos del suroeste de Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur, y sus esporas pueden estar tanto en el aire como en la tierra.

Pocos tratamientos y muchos efectos adversos

Uno de los mayores retos en el tratamiento de este tipo de infecciones es la escasa disponibilidad de medicamentos antimicóticos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., existen solo unos 17 fármacos antifúngicos en circulación, frente a los cientos de antibióticos disponibles para las bacterias.

El Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh, explicó al medioCNN: “Genéticamente, los hongos están más estrechamente relacionados con los humanos que con las bacterias. Si intentas crear un fármaco antimicótico, tienes que encontrar objetivos que no dañen los genes ni las proteínas que tenemos los humanos”.

Clancy añadió que el tratamiento actual más eficaz contra los hongos “reacciona de forma cruzada con las células renales humanas”, lo que puede provocar insuficiencia renal.

Un reto urgente para la medicina

Además de dañar los riñones, estos medicamentos pueden causar pancreatitis, daño hepático, reacciones alérgicas graves e impotencia, lo que subraya la necesidad de nuevos tratamientos más seguros.

En lo más alto de la lista de la OMS figura también Cryptococcus neoformans, un hongo capaz de provocar meningitis potencialmente mortal. Desde la organización advierten de que las infecciones fúngicas están aumentando, y el mundo no está preparado para enfrentarlas con las herramientas actuales.

Una nueva amenaza silenciosa se propaga entre nosotros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una lista de 19 especies fúngicas que considera prioritarias para el desarrollo urgente de nuevos tratamientos. 

Entre estas especies figura el género Coccidioides, un hongo cuyas esporas microscópicas pueden provocar coccidioidomicosis, también conocida como fiebre del valle. Esta infección, que causa síntomas como dolor de cabeza, tos seca y dificultad para respirar. 

Afecta principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado, aunque también puede complicarse en individuos sanos. Los Coccidioides se encuentran en suelos desérticos del suroeste de Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur, y sus esporas pueden estar tanto en el aire como en la tierra.

Pocos tratamientos y muchos efectos adversos

Uno de los mayores retos en el tratamiento de este tipo de infecciones es la escasa disponibilidad de medicamentos antimicóticos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., existen solo unos 17 fármacos antifúngicos en circulación, frente a los cientos de antibióticos disponibles para las bacterias.

El Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh, explicó al medioCNN: “Genéticamente, los hongos están más estrechamente relacionados con los humanos que con las bacterias. Si intentas crear un fármaco antimicótico, tienes que encontrar objetivos que no dañen los genes ni las proteínas que tenemos los humanos”.

Clancy añadió que el tratamiento actual más eficaz contra los hongos “reacciona de forma cruzada con las células renales humanas”, lo que puede provocar insuficiencia renal.

Un reto urgente para la medicina

Además de dañar los riñones, estos medicamentos pueden causar pancreatitis, daño hepático, reacciones alérgicas graves e impotencia, lo que subraya la necesidad de nuevos tratamientos más seguros.

En lo más alto de la lista de la OMS figura también Cryptococcus neoformans, un hongo capaz de provocar meningitis potencialmente mortal. Desde la organización advierten de que las infecciones fúngicas están aumentando, y el mundo no está preparado para enfrentarlas con las herramientas actuales.

Una nueva amenaza silenciosa se propaga entre nosotros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una lista de 19 especies fúngicas que considera prioritarias para el desarrollo urgente de nuevos tratamientos. 

Entre estas especies figura el género Coccidioides, un hongo cuyas esporas microscópicas pueden provocar coccidioidomicosis, también conocida como fiebre del valle. Esta infección, que causa síntomas como dolor de cabeza, tos seca y dificultad para respirar. 

Afecta principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado, aunque también puede complicarse en individuos sanos. Los Coccidioides se encuentran en suelos desérticos del suroeste de Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur, y sus esporas pueden estar tanto en el aire como en la tierra.

Pocos tratamientos y muchos efectos adversos

Uno de los mayores retos en el tratamiento de este tipo de infecciones es la escasa disponibilidad de medicamentos antimicóticos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., existen solo unos 17 fármacos antifúngicos en circulación, frente a los cientos de antibióticos disponibles para las bacterias.

El Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh, explicó al medioCNN: “Genéticamente, los hongos están más estrechamente relacionados con los humanos que con las bacterias. Si intentas crear un fármaco antimicótico, tienes que encontrar objetivos que no dañen los genes ni las proteínas que tenemos los humanos”.

Clancy añadió que el tratamiento actual más eficaz contra los hongos “reacciona de forma cruzada con las células renales humanas”, lo que puede provocar insuficiencia renal.

Un reto urgente para la medicina

Además de dañar los riñones, estos medicamentos pueden causar pancreatitis, daño hepático, reacciones alérgicas graves e impotencia, lo que subraya la necesidad de nuevos tratamientos más seguros.

En lo más alto de la lista de la OMS figura también Cryptococcus neoformans, un hongo capaz de provocar meningitis potencialmente mortal. Desde la organización advierten de que las infecciones fúngicas están aumentando, y el mundo no está preparado para enfrentarlas con las herramientas actuales.

Una nueva amenaza silenciosa se propaga entre nosotros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una lista de 19 especies fúngicas que considera prioritarias para el desarrollo urgente de nuevos tratamientos. 

Entre estas especies figura el género Coccidioides, un hongo cuyas esporas microscópicas pueden provocar coccidioidomicosis, también conocida como fiebre del valle. Esta infección, que causa síntomas como dolor de cabeza, tos seca y dificultad para respirar. 

Afecta principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado, aunque también puede complicarse en individuos sanos. Los Coccidioides se encuentran en suelos desérticos del suroeste de Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur, y sus esporas pueden estar tanto en el aire como en la tierra.

Pocos tratamientos y muchos efectos adversos

Uno de los mayores retos en el tratamiento de este tipo de infecciones es la escasa disponibilidad de medicamentos antimicóticos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., existen solo unos 17 fármacos antifúngicos en circulación, frente a los cientos de antibióticos disponibles para las bacterias.

El Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh, explicó al medioCNN: “Genéticamente, los hongos están más estrechamente relacionados con los humanos que con las bacterias. Si intentas crear un fármaco antimicótico, tienes que encontrar objetivos que no dañen los genes ni las proteínas que tenemos los humanos”.

Clancy añadió que el tratamiento actual más eficaz contra los hongos “reacciona de forma cruzada con las células renales humanas”, lo que puede provocar insuficiencia renal.

Un reto urgente para la medicina

Además de dañar los riñones, estos medicamentos pueden causar pancreatitis, daño hepático, reacciones alérgicas graves e impotencia, lo que subraya la necesidad de nuevos tratamientos más seguros.

En lo más alto de la lista de la OMS figura también Cryptococcus neoformans, un hongo capaz de provocar meningitis potencialmente mortal. Desde la organización advierten de que las infecciones fúngicas están aumentando, y el mundo no está preparado para enfrentarlas con las herramientas actuales.

Una nueva amenaza silenciosa se propaga entre nosotros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una lista de 19 especies fúngicas que considera prioritarias para el desarrollo urgente de nuevos tratamientos. 

Entre estas especies figura el género Coccidioides, un hongo cuyas esporas microscópicas pueden provocar coccidioidomicosis, también conocida como fiebre del valle. Esta infección, que causa síntomas como dolor de cabeza, tos seca y dificultad para respirar. 

Afecta principalmente a personas con el sistema inmunológico debilitado, aunque también puede complicarse en individuos sanos. Los Coccidioides se encuentran en suelos desérticos del suroeste de Estados Unidos, México y partes de América Central y del Sur, y sus esporas pueden estar tanto en el aire como en la tierra.

Pocos tratamientos y muchos efectos adversos

Uno de los mayores retos en el tratamiento de este tipo de infecciones es la escasa disponibilidad de medicamentos antimicóticos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., existen solo unos 17 fármacos antifúngicos en circulación, frente a los cientos de antibióticos disponibles para las bacterias.

El Dr. Neil Clancy, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Pittsburgh, explicó al medioCNN: “Genéticamente, los hongos están más estrechamente relacionados con los humanos que con las bacterias. Si intentas crear un fármaco antimicótico, tienes que encontrar objetivos que no dañen los genes ni las proteínas que tenemos los humanos”.

Clancy añadió que el tratamiento actual más eficaz contra los hongos “reacciona de forma cruzada con las células renales humanas”, lo que puede provocar insuficiencia renal.

Un reto urgente para la medicina

Además de dañar los riñones, estos medicamentos pueden causar pancreatitis, daño hepático, reacciones alérgicas graves e impotencia, lo que subraya la necesidad de nuevos tratamientos más seguros.

En lo más alto de la lista de la OMS figura también Cryptococcus neoformans, un hongo capaz de provocar meningitis potencialmente mortal. Desde la organización advierten de que las infecciones fúngicas están aumentando, y el mundo no está preparado para enfrentarlas con las herramientas actuales.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

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Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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