Sandra Moñino, nutricionista, lo deja claro: "Hemos normalizado que los niños beban bebidas carbonatadas"
Ha hecho una llamada a volver a lo natural.

La nutricionista Sandra Moñino, experta en inflamación y salud digestiva, advierte sobre un hábito que se ha vuelto común en bares y restaurantes y perjudica la salud. Se trata de cómo los niños consumen bebidas carbonatadas, muchas veces en su versión “zero”.
Incluso cuando se eligen refrescos sin azúcar, estos no están exentos de riesgos. “Hemos normalizado que los niños puedan beber este tipo de bebidas”, así lo ha afirmado Sandra Moñino (@nutricionat_), en su podcast Con jengibre y limón junto a la periodista María Pérez (@mariapespin).
¿Una opción más saludable?
Aunque no tienen azúcar, las versiones “zero” de los refrescos contienen edulcorantes artificiales como el aspartamo, el acesulfamo‑K o el ciclamato, algunos de los cuales están restringidos en ciertos países.
Moñino subraya que “llevan cantidades excesivas de edulcorantes, que endulzan hasta 600 veces que el azúcar”. Según ella, estas sustancias pueden ser “peores que una cucharada de azúcar”.
Más dulzor, menos salud
Según expertos, el alto poder endulzante de estos aditivos puede afectar el metabolismo y alterar la microbiota intestinal. Además, los refrescos tradicionales pueden contener alrededor 40 gramos de azúcar por envase, muy por encima de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, estas bebidas no hidratan como lo haría el agua o infusiones naturales. Por eso, es mejor apostar por opciones saludables, y no caer en la falsa tranquilidad que dan las etiquetas “zero”.
