Soy técnica en nutrición y tengo estos alimentos en la nevera para afrontar el calor del verano
Esta experta sugiere seis opciones que nos ayudarán a seguir una dieta equilibrada y a no complicarnos la vida en vacaciones.

En verano, más que nunca, la alimentación tiene que ser práctica, sencilla y adaptada al ritmo del cuerpo, destaca la técnica superior en Nutrición y Dietética Ana Luzón. Por eso, nos cuenta alimentos clave para esta época y aporta una selección de seis opciones con sus respectivos consejos para facilitarnos la compra y el menú de estos meses
La primera opción son las verduras de temporada ya lavadas y listas. "La clave del verano es la facilidad. Por eso suelo tener pepino, pimientos, tomate, zanahoria o calabacín ya lavados o cortados, listos para usar. Así improvisar una ensalada o añadir color a un plato se vuelve mucho más fácil", destaca la nutricionista. "Además, las verduras crudas ayudan a mantenernos hidratadas gracias a su alto contenido en agua", añade.
Una segunda alternativa es la fruta fresca troceada, sugiere Luzón. "En verano, las frutas como el melón, la sandía, las cerezas o el melocotón apetecen mucho más. Las corto y las guardo en raciones individuales para que siempre haya algo dulce y natural listo para tomar. Perfectas como postre, merienda o añadido en ensaladas", resalta la técnica en dietética.
En tercer lugar está la fruta congelada: "Mi recurso estrella para helados caseros", afirma la nutricionista. "En el congelador siempre tengo bolsas de fruta congelada: plátano maduro, frutos rojos o mango. Me sirven para preparar helados rápidos y cremosos, simplemente triturándolos con yogur o kéfir. También los uso en desayunos tipo açaí bowl o batido frío, perfecto para empezar el día con energía sin encender nada".
Otra opción son los yogures naturales o el kéfir. "Son fuente de proteína y probióticos, y en verano los tomo bien fríos o mezclados con fruta, semillas o avena", recomienda Luzón. "El kéfir, además, me ayuda a cuidar la microbiota en épocas en las que el aparato digestivo suele resentirse con los cambios de ritmo o de temperatura", puntualiza.
Una quinta alternativa interesante y práctica son también los huevos cocidos. "Una fuente rápida y versátil de proteína de calidad. Me gusta tener dos o tres huevos cocidos ya listos, porque en verano no apetece encender fuegos si no es necesario. Van genial en ensaladas, con tosta de pan integral o incluso como snack", explica también la nutricionista.
Y, en sexto lugar, no hay que olvidarse de las infusiones frías o las aguas saborizadas. "Aunque no es comida, lo incluyo porque es fundamental en verano: la hidratación", recalca esta experta. "En mi nevera siempre hay una jarra con agua fresca con rodajas de limón, pepino o menta, o infusiones que preparo y dejo enfriar. Evito así caer en refrescos azucarados o bebidas que me deshidratan más", añade.
Y como plus, esta técnica en nutrición nos sugiere otra idea, que tengamos preparados aliños listos para sumar sabor: "Siempre tengo un botecito con una vinagreta casera o hummus para dar vida a cualquier plato. Comer sano no está reñido con disfrutar del sabor", revela esta nutricionista.
Así que, en conclusión, dice Ana Luzón, en verano, más que en cualquier otra época del año, "no se trata de complicarse ni de seguir reglas rígidas, sino de tener a mano recursos frescos, hidratantes y nutritivos que nos hagan sentir bien y nos ayuden a sobrellevar el calor".
