Soy técnica en nutrición y estas son las veces que recomiendo masticar cada bocado antes de tragarlo
Esta experta da una serie de pautas sobre lo que es más adecuado hacer al comer y sus consecuencias.

Si buscas en Internet cuántas veces hay que masticar un bocado antes de tragarlo, "encontrarás cifras muy concretas: 20, 30, incluso 40 veces, pero la realidad es que no existe un número mágico universal que funcione para todas las personas, todos los alimentos y todas las situaciones", afirma la técnica superior en Nutrición y Dietética, Ana Luzón. "No recomiendo contar masticaciones", afirma. Y explica el porqué y qué resulta mucho más útil tener en cuenta.
¿Por qué se habla tanto de masticar más? "La masticación es el primer paso de la digestión", responde Luzón. "Cuando masticamos trituramos el alimento y facilitamos el trabajo del estómago, mezclamos la comida con saliva, que contiene enzimas digestivas y damos tiempo al cerebro para registrar que estamos comiendo, lo que influye en la saciedad. Así que comer muy rápido suele asociarse a digestiones pesadas, sensación de hinchazón y dificultad para percibir cuándo estamos satisfechos", explica.
El problema, prosigue esta técnica en dietética, "aparece cuando convertimos algo natural en una norma rígida": "Contar cuántas veces masticas te desconecta de la comida, te pone en modo control y puede generar ansiedad o sensación de 'hacerlo mal'. Además, no todos los alimentos requieren lo mismo, no se mastica igual una ensalada crujiente que un yogur, una legumbre que un pescado o una fruta madura".
Su recomendación, por tanto, sobre cuántas veces se debe masticar al comer "es mucho más sencilla y efectiva", afirma Luzón: "Mastica hasta que el alimento esté cómodo de tragar, sin esfuerzo ni prisas. Eso suele implicar masticar más alimentos sólidos y fibrosos, masticar menos alimentos blandos y ajustar el ritmo según el momento, el hambre y el contexto".
Y nos aconseja que, en lugar de contar, observemos estas señales: "¿Puedes identificar el sabor y la textura?, ¿tragas sin sensación de “bolo grande”?, ¿respiras entre bocados, y ¿dejas el cubierto apoyado alguna vez? Si la respuesta es sí, vas por buen camino", afirma esta experta.
Otro aspecto que desaca Luzón es que "comer despacio no es comer perfecto": "Masticar más no va de hacerlo 'bien', va de darte un poco más de margen para escuchar a tu cuerpo. No todos los días se come igual, ni falta que hace, a veces comerás más rápido porque tienes poco tiempo, otras veces disfrutarás más despacio y ambas cosas forman parte de una relación normal con la comida". En conclusión, "cuidar la alimentación no es contar masticaciones, es aprender a comer con menos prisa y más presencia… cuando se puede", resalta esta especialista.
