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Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Es un reflejo de carencias emocionales con consecuencias psicológicas.

Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Es un reflejo de carencias emocionales con consecuencias psicológicas.

Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Es un reflejo de carencias emocionales con consecuencias psicológicas.

Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Es un reflejo de carencias emocionales con consecuencias psicológicas.

Un estudio de Málaga tiene un mensaje muy serio para todos aquellos que suelen acostarse tarde

Es un reflejo de carencias emocionales con consecuencias psicológicas.

Hombre anónimo usa teléfono inteligente en la cama en casa por la noche.Getty Images

Si te cuesta irte a dormir aunque estés agotado o pasas varias horas con el móvil o viendo series cuando deberías estar durmiendo entonces seguramente tengas “bed procrastination”, o procrastinación a la hora de dormir. 

Según un estudio realizado en la Universidad de Málaga, este comportamiento tiene graves consecuencias. Se trata de un mal hábito cada vez más frecuente y preocupante. Además, este fenómeno es un reflejo de carencias emocionales y puede tener consecuencias psicológicas importantes.

Desde la red hospitalaria Quirón Salud, explican que este patrón consiste en retrasar de forma voluntaria e innecesaria la hora de ir a dormir, aunque el cuerpo esté pidiendo descanso. La persona, en lugar de acostarse, elige actividades más irrelevantes o agradables  para posponer el momento de irse a la cama.

¿Qué es la "bed procrastination"?

Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una forma de procrastinación clásica. Se trata de aplazar una obligación –como en este caso es dormir– por algo más placentero o fácil, incluso cuando se es consciente de las consecuencias negativas. Lo inquietante es que no responde a una falta de sueño, sino a una necesidad emocional no resuelta.

Según el estudio, uno de los principales motivos detrás de este fenómeno es la falta de experiencias placenteras durante el día. Si una persona pasa toda la jornada cumpliendo obligaciones y sin disfrutar de momentos para sí misma, es más probable que intente compensarlo por la noche, retrasando el descanso para “reclamar” un tiempo que siente perdido.

Este patrón no solo afecta al descanso, ya que dormir mal o menos de lo necesario puede agravar la ansiedad, el estrés y reducir el rendimiento cognitivo al día siguiente. A medio y largo plazo, también se asocia con problemas de autoestima, depresión y dificultades para gestionar el tiempo y las emociones.

Si te cuesta irte a dormir aunque estés agotado o pasas varias horas con el móvil o viendo series cuando deberías estar durmiendo entonces seguramente tengas “bed procrastination”, o procrastinación a la hora de dormir. 

Según un estudio realizado en la Universidad de Málaga, este comportamiento tiene graves consecuencias. Se trata de un mal hábito cada vez más frecuente y preocupante. Además, este fenómeno es un reflejo de carencias emocionales y puede tener consecuencias psicológicas importantes.

Desde la red hospitalaria Quirón Salud, explican que este patrón consiste en retrasar de forma voluntaria e innecesaria la hora de ir a dormir, aunque el cuerpo esté pidiendo descanso. La persona, en lugar de acostarse, elige actividades más irrelevantes o agradables  para posponer el momento de irse a la cama.

¿Qué es la "bed procrastination"?

Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una forma de procrastinación clásica. Se trata de aplazar una obligación –como en este caso es dormir– por algo más placentero o fácil, incluso cuando se es consciente de las consecuencias negativas. Lo inquietante es que no responde a una falta de sueño, sino a una necesidad emocional no resuelta.

Según el estudio, uno de los principales motivos detrás de este fenómeno es la falta de experiencias placenteras durante el día. Si una persona pasa toda la jornada cumpliendo obligaciones y sin disfrutar de momentos para sí misma, es más probable que intente compensarlo por la noche, retrasando el descanso para “reclamar” un tiempo que siente perdido.

Este patrón no solo afecta al descanso, ya que dormir mal o menos de lo necesario puede agravar la ansiedad, el estrés y reducir el rendimiento cognitivo al día siguiente. A medio y largo plazo, también se asocia con problemas de autoestima, depresión y dificultades para gestionar el tiempo y las emociones.

Si te cuesta irte a dormir aunque estés agotado o pasas varias horas con el móvil o viendo series cuando deberías estar durmiendo entonces seguramente tengas “bed procrastination”, o procrastinación a la hora de dormir. 

Según un estudio realizado en la Universidad de Málaga, este comportamiento tiene graves consecuencias. Se trata de un mal hábito cada vez más frecuente y preocupante. Además, este fenómeno es un reflejo de carencias emocionales y puede tener consecuencias psicológicas importantes.

Desde la red hospitalaria Quirón Salud, explican que este patrón consiste en retrasar de forma voluntaria e innecesaria la hora de ir a dormir, aunque el cuerpo esté pidiendo descanso. La persona, en lugar de acostarse, elige actividades más irrelevantes o agradables  para posponer el momento de irse a la cama.

¿Qué es la "bed procrastination"?

Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una forma de procrastinación clásica. Se trata de aplazar una obligación –como en este caso es dormir– por algo más placentero o fácil, incluso cuando se es consciente de las consecuencias negativas. Lo inquietante es que no responde a una falta de sueño, sino a una necesidad emocional no resuelta.

Según el estudio, uno de los principales motivos detrás de este fenómeno es la falta de experiencias placenteras durante el día. Si una persona pasa toda la jornada cumpliendo obligaciones y sin disfrutar de momentos para sí misma, es más probable que intente compensarlo por la noche, retrasando el descanso para “reclamar” un tiempo que siente perdido.

Este patrón no solo afecta al descanso, ya que dormir mal o menos de lo necesario puede agravar la ansiedad, el estrés y reducir el rendimiento cognitivo al día siguiente. A medio y largo plazo, también se asocia con problemas de autoestima, depresión y dificultades para gestionar el tiempo y las emociones.

Si te cuesta irte a dormir aunque estés agotado o pasas varias horas con el móvil o viendo series cuando deberías estar durmiendo entonces seguramente tengas “bed procrastination”, o procrastinación a la hora de dormir. 

Según un estudio realizado en la Universidad de Málaga, este comportamiento tiene graves consecuencias. Se trata de un mal hábito cada vez más frecuente y preocupante. Además, este fenómeno es un reflejo de carencias emocionales y puede tener consecuencias psicológicas importantes.

Desde la red hospitalaria Quirón Salud, explican que este patrón consiste en retrasar de forma voluntaria e innecesaria la hora de ir a dormir, aunque el cuerpo esté pidiendo descanso. La persona, en lugar de acostarse, elige actividades más irrelevantes o agradables  para posponer el momento de irse a la cama.

¿Qué es la "bed procrastination"?

Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una forma de procrastinación clásica. Se trata de aplazar una obligación –como en este caso es dormir– por algo más placentero o fácil, incluso cuando se es consciente de las consecuencias negativas. Lo inquietante es que no responde a una falta de sueño, sino a una necesidad emocional no resuelta.

Según el estudio, uno de los principales motivos detrás de este fenómeno es la falta de experiencias placenteras durante el día. Si una persona pasa toda la jornada cumpliendo obligaciones y sin disfrutar de momentos para sí misma, es más probable que intente compensarlo por la noche, retrasando el descanso para “reclamar” un tiempo que siente perdido.

Este patrón no solo afecta al descanso, ya que dormir mal o menos de lo necesario puede agravar la ansiedad, el estrés y reducir el rendimiento cognitivo al día siguiente. A medio y largo plazo, también se asocia con problemas de autoestima, depresión y dificultades para gestionar el tiempo y las emociones.

Si te cuesta irte a dormir aunque estés agotado o pasas varias horas con el móvil o viendo series cuando deberías estar durmiendo entonces seguramente tengas “bed procrastination”, o procrastinación a la hora de dormir. 

Según un estudio realizado en la Universidad de Málaga, este comportamiento tiene graves consecuencias. Se trata de un mal hábito cada vez más frecuente y preocupante. Además, este fenómeno es un reflejo de carencias emocionales y puede tener consecuencias psicológicas importantes.

Desde la red hospitalaria Quirón Salud, explican que este patrón consiste en retrasar de forma voluntaria e innecesaria la hora de ir a dormir, aunque el cuerpo esté pidiendo descanso. La persona, en lugar de acostarse, elige actividades más irrelevantes o agradables  para posponer el momento de irse a la cama.

¿Qué es la "bed procrastination"?

Desde el punto de vista psicológico, este comportamiento es una forma de procrastinación clásica. Se trata de aplazar una obligación –como en este caso es dormir– por algo más placentero o fácil, incluso cuando se es consciente de las consecuencias negativas. Lo inquietante es que no responde a una falta de sueño, sino a una necesidad emocional no resuelta.

Según el estudio, uno de los principales motivos detrás de este fenómeno es la falta de experiencias placenteras durante el día. Si una persona pasa toda la jornada cumpliendo obligaciones y sin disfrutar de momentos para sí misma, es más probable que intente compensarlo por la noche, retrasando el descanso para “reclamar” un tiempo que siente perdido.

Este patrón no solo afecta al descanso, ya que dormir mal o menos de lo necesario puede agravar la ansiedad, el estrés y reducir el rendimiento cognitivo al día siguiente. A medio y largo plazo, también se asocia con problemas de autoestima, depresión y dificultades para gestionar el tiempo y las emociones.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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