Si ves esto en una lata de conserva, tírala de inmediato

Si ves esto en una lata de conserva, tírala de inmediato

Mucho cuidado con comértela.

¿Por qué no debes consumir una lata de conserva abollada?Getty

Los hay más hipocondríacos que otros. Son varias las personas que jamás consumirían un yogur caducado, aunque en la fecha ponga consumo preferente, mientras que otros no tienen ningún miramiento en llevarse a la boca ese tupper que lleva más de una semana en la nevera.

El estado de los alimentos y su conservación han sido foco de debate entre los expertos en nutrición y consumo. Dada la amplitud del tema de estudio y de su impacto total en la población, han surgido numerosos mitos y leyendas en relación a esta temática.

Una de las más archiconocidas son las abolladuras en las latas de conserva. Los bandos se dividen entre los que, fieles a su estómago de hierro, se la comerían sin ningún reparo, y entre los que, ni cortos ni perezosos, la tirarían a la basura sin mayor miramiento. Pero, ¿quién lleva la razón? 

¡Mucho cuidado con dónde está abollada la lata!

Siguiendo a Suki Hertz, profesora asociada de nutrición y seguridad alimentaria del Culinary Institute of America a Reader's Digest, hay que observar con detenimiento la lata, porque del lugar y del tamaño de la abolladura depende que esté en condiciones de consumir

Si la abolladura se encuentra en la costura del metal y es pequeña, podría ser apta para el consumo, mientras que si dicha abolladura está en la costura o borde, hay que desecharla. 

Al enlatar alimentos, el calentamiento evita la proliferación de bacterias y enzimas que destruyen los nutrientes a medida que pasa en el tiempo. Encontrar una abolladura de grandes dimensiones en las costuras es signo de que se ha roto la condición anaeróbica de la comida; el producto se ha echado a perder y están multiplicándose los posibles patógenos. 

Consecuencias de comer latas abolladas

Las consecuencias de comer las latas con el metal abollado y/o con abolladuras profundas van desde intoxicaciones alimentarias a enfermedades graves.

En casos extremos, es posible desarrollar botulismo, una forma de intoxicación alimentaria que provoca efectos negativos en el sistema nervioso. De haber consumido una, y presentar visión doble, párpados caídos y dificultades para tragar o respirar, es prioritario acudir a un hospital o centro médico para recibir un diagnóstico y tratamiento.